Rocío Carrasco lleva varias semanas sin aparecer en las pantallas de Telecinco. De ser omnipresente ha pasado a la absoluta nada. Ni tan siquiera la mencionan los colaboradores de los diferentes programas que copan la parrilla de la cadena, desde El programa de Ana Rosa hasta la edición Deluxe de Sálvame, pasando por las dos emisiones de Ya es mediodía o el propio programa vespertino.
De cien a cero en apenas quince días. El caso es que Montealto, regreso a casa, el programa en el que Rocío Carrasco regresaba a la recreación de la casa en la que se crio, estancia por estancia, no logró los resultados en audiencia que esperaba. El formato pretendía ser un buen preliminar de lo que supondría la segunda parte de su docuserie, que en un principio iba a estrenarse el pasado otoño, pero que aún no tiene fecha de emisión.
Ese silencio informativo ha generado numerosas teorías en torno a las posibles causas que lo rodean. ¿Ha habido algún movimiento interno para rebajar el protagonismo de Rocío Carrasco mientras crece el de su hija, con su reciente ruptura con su novio Manuel Bedmar —al que muchos ven concursando en el próximoSupervivientes— y que ha sido fichada recientemente por Ya es mediodía?