En el que Chandler muere: el capítulo final de Matthew Perry, de «Friends»

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

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El actor fue encontrado sin vida en el yacusi de su casa en Los Ángeles por un ahogamiento. Tenía 54 años y había sufrido numerosas adicciones, de las que dejó testimonio en sus memorias

29 oct 2023 . Actualizado a las 18:46 h.

A la comedia Friends, que se despidió para siempre en el 2004, todavía le quedaba en la recámara su capítulo más amargo y repentino: en el que Chandler muere. El actor que encarnó a este personaje, Matthew Perry, intuía desde hace años que una sombra funesta le sobrevolaba y ese mal augurio, del que él habló de forma explícita hace un año, se hizo realidad cuando a media tarde de este sábado (madrugada del domingo en España) su cuerpo fue hallado sin vida en el yacusi de su mansión en Pacific Palisades (Los Ángeles) tras un aparente ahogamiento. Tenía 54 años, a los que había llegado tras una vida de inconmensurable éxito en televisión y una suma de adicciones que minaron su salud.

Según informa el portal de famosos TMZ, el actor había pasado la mañana del sábado practicando pickleball, un deporte a medio camino entre el tenis, el pádel y el tenis de mesa y del que él era un gran aficionado. Después de esto regresó a casa y mandó a su asistente a hacer recados. Al regresar este, dos horas más tarde, lo encontró inconsciente y llamó a emergencias, pero no pudieron hacer nada por salvarlo. Las imágenes del lugar muestran su casa precintada, con la puerta tomada por coches de policía, aunque, según este medio, no existen indicios de violencia.

En otoño del pasado año, Matthew Perry dejó por escrito su infierno personal en un libro de memorias que revelaba las fuertes adicciones que pusieron su vida al borde del precipicio en numerosas ocasiones. Con sus valientes confesiones parecía estar preparando a millones de admiradores para el shock con el que han desayunado de este domingo. «Digo en el libro que, si hubiera muerto, algo que estuvo a punto de suceder, impactaría a la gente, pero no sorprendería a nadie. Y vivir con eso da mucho miedo», anunciaba. Más que como Chandler, él preferiría ser recordado hoy por los esfuerzos que hizo en los últimos años por divulgar y apoyar a las personas que viven al límite por depender del alcohol o las drogas.

Matthew Perry (Massachussetts, 1969) tenía 24 años cuando aterrizó en una comedia para televisión que tenía buena pinta. Trataba sobre un grupo de jóvenes que viven en Nueva York en ese momento de la vida en el que la familia son los amigos. Sus protagonistas eran unos desconocidos, como él: Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc y David Schwimmer. Los creadores les advirtieron de que disfrutaran al máximo del anonimato en los últimos días antes del estreno, porque a partir de entonces no volverían a pisar la calle sin ser reconocidos en cada esquina del mundo. Y así fue. El éxito de Friends fue arrollador y la fusión de los actores con sus personajes a lo largo de más de doscientos episodios les permitió ejercer presión en los estudios para pasar de ganar en la primera temporada 22.500 dólares (21.200 euros) por capítulo a recibir, cada uno de ellos, un millón de dólares por entrega en la décima temporada.

En el juego de equilibrios entre los seis pilares protagonistas de esta comedia de éxito mundial e intergeneracional, a Matthew Perry le tocó ponerse la máscara de Chandler Bing, un joven que ocultaba un poso de melancolía e inseguridad debajo de los chistes y los agudos comentarios con los que resolvía cada situación. «Hola, soy Chandler. Hago bromas cuando me siento incómodo». Esa era una de sus frases de presentación. El humor era su coraza y eso le hizo ganarse un hueco en el corazón de los espectadores. Eso y verlo sufrir con aquella novia, Janice, que irrumpía al grito de «¡oh, dios mío!». O escuchar en cada episodio de Acción de Gracias la triste historia de cómo sus padres, una escritora de novela erótica y una mujer trans, le comunicaron su divorcio en una de esas tradicionales cenas. Es él, con su sarcasmo, quien dice la última palabra en la emotiva escena final que cierra la serie.

La cara que el público veía era muy distinta del Matthew Perry real y el actor decidió contarlo en sus memorias para dar testimonio de que ni la fama ni el dinero te ponen a salvo de algunos males. «Espero que la gente se identifique con eso y sepa que esta enfermedad ataca a todos. No importa si tienes éxito o no, a la enfermedad no le importa», aseguraba. Esa enfermedad era el alcoholismo. En el libro Amigos, amantes y aquello tan terrible, reconocía que cuando empezó a trabajar en Friends ya bebía intensamente, pero estaba aún, eso creía, al mando de una situación que poco a poco se convirtió en una espiral sin solución. Afirmaba que su peor momento llegó en las últimas temporadas de la serie, cuando tomaba al día 55 pastillas de Vicodin, que conseguía engañando a los médicos. Había pasado por rehabilitación hasta en quince ocasiones y llegó a estar dos semanas en coma como consecuencia de una perforación de colon.

En la novena temporada de Friends, en el 2002, obtuvo una nominación a los premios Emmy. Era la única tanda de episodios en la que había conseguido acudir sobrio a los rodajes, contaba él mismo. Pero no pudo interpretar las señales. Existen otras temporadas completas de las que apenas tenía recuerdos. Pasados los años no era capaz de volver a enfrentarse a la serie en la pantalla, porque todo lo que conseguía ver reflejado en su cara era su sufrimiento, sus cambios de peso, su abismo interior.

Perry aseguraba que el apoyo de sus compañeros de reparto había sido la clave para salir adelante, especialmente el de Jennifer Aniston, la primera que intuyó sus problemas y la que más se preocupó por su salud a lo largo de los años. En el reciente capítulo del reencuentro, grabado para HBO Max y estrenado en el 2021, el intérprete que encarnó a Chandler hablaba de la unión que el grupo ha mantenido a lo largo de los años como una experiencia que marcó sus vidas.

 

A sus problemas personales también atribuía el actor sus rupturas sucesivas con «mujeres maravillosas» como Julia Roberts, Lauren Graham y Neve Campbell. «Rompo con todas porque tengo un miedo mortal de que descubran que no soy suficiente, que no importo y que estoy demasiado necesitado, y que romperán conmigo y entonces eso me aniquilará, porque tendré que tomar drogas y eso me matará», llegó a confesar.

Antes de Friends, había aparecido en series como Boys Will Be Boys, Los problemas crecen, Sensación de vivir, Fools Rush In, A Night in the Life of Jimmy Reardon, She's Out of Control y Parallel Lives, entre otros trabajos. Después de Friends la carrera de Matthew Perry como actor no destacó mucho más allá de su comedia junto a Bruce Willis Falsas apariencias (2000), donde interpretó al vecino de un sicario. 

La película de Netflix No mires arriba (2021), el gran éxito apocalíptico protagonizado por Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence y Meryl Streep, iba a ser su gran oportunidad de salir de nuevo a flote. Había llegado a grabar una escena con Jonah Hill en la que interpretaba a un periodista republicano, pero justo en ese momento sufrió un fallo cardíaco asociado a su adicción a la hidrocodona. En el hospital su corazón dejó de latir durante cinco minutos, pero logró salvarse por la tenacidad de un sanitario que machacó insistentemente su pecho. Él sobrevivió, pero su personaje desapareció del filme.