¿Qué cantidad de agua es necesaria para una cocción perfecta? ¿Se añade aceite al agua? ¿Qué tipo de pasta es mejor utilizar con cada salsa? Aunque parezca muy sencillo, preparar un buen plato también tiene su misterio

La pasta suele ser uno de los primeros platos que aprendemos a cocinar, pero esto no significa necesariamente que sepamos prepararla de la manera correcta. Y es que para hacer la receta de pasta perfecta, se necesita prestar atención a los detalles y no simplemente tirar los espaguetis en una olla de agua hirviendo. En realidad, es probable que estés cometiendo algunos errores muy comunes a la hora de cocinar este popular plato italiano.

No utilizar suficiente agua

La relación agua-pasta importa mucho. Si usamos muy poca, la pasta se volverá gomosa y tenderá a pegarse. Así, según los expertos, debemos hacer un cálculo aproximado de un litro de agua por cada 100 gramos de pasta que vayamos a preparar. Además, el tamaño de la olla también es importante, porque cuanto más espacio tenga la pasta, menos pegajosa quedará.

Añadir la pasta a la olla demasiado pronto

Cuando tenemos hambre, parece que el agua tarda siglos en hervir, pero -hagas lo que hagas- nunca añadas la pasta al agua fría. Esto aumenta el tiempo de cocción necesario y estropea la textura de nuestro plato. Es muy importante esperar hasta que el agua esté hirviendo.

Echar aceite al agua

Este es uno de los errores más extendidos en nuestro país y un pecado a ojos de todo cocinillas italiano. Muchas personas suelen añadir un chorrito aceite de oliva al agua para tratar de evitar que la pasta se pegue. Sin embargo, lo que estamos haciendo sin darnos cuenta es crear una fina película de grasa a su alrededor que impide que la salsa se adhiera bien. Si lo que queremos es evitar que la pasta se pegue, bastará entonces con removerla de vez en cuando mientras se está cociendo.

Cocer la pasta demasiado

Tradicionalmente, la pasta se sirve «al dente», es decir, ligeramente firme al morder. Para evitar cocinarla demasiado, debemos guiarnos por los tiempos de cocción que figuran en el envase, aunque esto no significa que tengamos que añadir la pasta y olvidarnos de ella hasta que pase el tiempo recomendado. Es importante vigilar la olla y probar la pasta para saber cuándo debemos apagar el fuego. Si al hacerlo ves que aún no está hecha, pruébala cada 30 segundos para evitar que se pase. La pasta cocinada “al dente” tiene, entre otras cosas, un menor índice glucémico.

No combinar adecuadamente la salsa con el tipo de pasta

Debemos tener en cuenta que si vamos a cocinar recetas de pasta con salsas es mejor que utilicemos las que tienen formas curvas, porque se impregnan mejor del condimento. A las pastas cortas como los macarrones les van más las salsas de textura gruesa como la boloñesa y son también perfectas para ensaladas, como esta de pasta con guacamole. Las pastas largas necesitan salsas menos espesas como una carbonara (puedes probar esta en la que los champiñones sustituyen al bacon). Con la pasta rellena lo mejor es utilizar salsas sencillas y sin demasiados ingredientes para que su sabor no oculte nunca el del relleno, como en estos tortellini con calamares y pesto de acelgas.