UN PROYECTO DE ALIMERKA

Son como los diez mandamientos pero en versión alimenticia. Y como nunca está de más refrescar la memoria, vamos a repasar algunos de ellos

Este espacio donde compartimos de forma semanal artículos sobre bienestar, salud, recetas y consejos nació como una despensa en la que ir guardando mucha información de valor sobre alimentación saludable. Hay que remontarse años atrás para ver que desde el primer momento hemos confiado en trasladar a los lectores (y haciéndolo de la mano de una reconocida marca asturiana) todas las recomendaciones, referencias y detalles que debemos tener en cuenta para vivir con salud y hacerlo de forma consciente: sabiendo comprar y sabiendo comer.

Sin embargo, a lo largo de todo este tiempo han sido muchos los lectores que se han incorporado a La Salud Sabe Bien y se han devorado semana a semana nuestros deliciosos artículos. En esta ocasión vamos a refrescar algunas de las acciones más necesarias para alimentarnos de forma saludable y saber qué reglas seguir para elaborar un menú semanal en el que combinemos todos los nutrientes necesarios, dejando a un lado los ultraprocesados y las tentaciones y no desperdiciando nada de comida.

Reduce

El consumo de ultraprocesados hasta eliminarlos de tu dieta

El enganche que producen los alimentos ultraprocesados es su palatabilidad, es decir, el placer que producen en nuestra boca al saborearlos. Pero también es por su facilidad de consumo; prácticamente, abrir y a la boca o, como mucho, abrir, calentar y a la boca. Muchos de estos productos, por no decir casi todos, están hechos de manera industrial y con ingredientes que normalmente no se encuentran en las cocinas como son los aditivos, los edulcorantes o los potenciadores de sabor. Hablamos de bollería, galletas, salsas, aperitivos salados, golosinas, cereales de desayuno, fiambres, pizzas preparadas, panes industriales, refrescos o bebidas energéticas, aunque la lista podría ser mucho más larga. La mayoría de estos alimentos no contienen alimentos enteros y, si nos paramos a leer sus ingredientes, la mayoría son desconocidos o suenan a pura química. Precisamente, eso es lo que deberíamos hacer con este tipo de productos, hacer como que nos los conocemos y, por lo tanto, no dejarlos entrar en nuestra casa.

Aumenta

Las raciones de frutas y verduras

Convierte tu despensa en un festivales de colores de frutas y verduras. Suena precioso, ¿verdad? Pues mejor sabrá y es que este es el mandamiento que más hay que cumplir a la hora de alimentarse bien y también el que más puede costar. Eso sí, una vez que se coge el hábito de consumir frutas y verduras a diario, la costumbre permanece. ¿Cómo conseguir introducir frutas y verduras y no caer en el aburrimiento? ¡Combinándolas! Macedonias de frutas, salteados y parrilladas de verduras, smoothies combinando ambas, juntándolas por colores, descubriendo nuevos matches y usándolas como base de muchas recetas.

Junta

Varios grupos alimenticios para hacer platos completos nutricionalmente

Una vez que tengamos el hábito, toca desbloquear el siguiente nivel y es el de la biodisponibilidad. Puede sonar muy erudito, pero se trata de saber combinar ciertas frutas y verduras para que, al tomarlas juntas, los nutrientes de una y otra se absorban de mejor manera. Por ejemplo, combinar el brécol con tomate o pimientos permite una mayor absorción del hierro del primero y de la vitamina C de los alimentos de color rojo.

Descarta

Hacer la compra con hambre o para un mes entero

Aquí juega un papel importante el dicho de «Somos lo que comemos» y es que nuestro estado de ánimo influye mucho a la hora de alimentarnos y de escoger lo que vamos a llevarnos a la boca. Por eso, hacerlo con hambre y con la ansiedad implícita a esta sensación es un error del que es muy fácil arrepentirse y lamentarse. Aquí también entra en juego la palatabilidad que comentábamos antes y es es que si vamos al supermercado con el estómago vacío solo llenaremos el carro de alimentos que nuestro cuerpo asumo como fáciles de comer para saciar esa sensación de apetito voraz.

Es como un parque de atracciones negativo para los sentidos: nos dejamos llevar por los packaging atractivos, los colores o los lineales que están a la altura de los ojos y que son más una estrategia de marketing que un propósito de compra saludable.

Potencia

Los alimentos con fibra, integrales y los lácteos enteros

El mejor yogur es el natural, no hay discusión alguna. Pero el natural que lleva leche y fermentos lácticos. No el que lleva únicamente leche desnatada; no el de sabores que lleva azúcares y no los naturales edulcorados.

Hay una campaña negativa en contra de los lácteos enteros que ya es hora de desterrar y reafirmar que no suponen riesgos para la salud. Esta norma aplica a la leche y a todos los derivados lácteos y es que ya que vamos a tomarlos, conviene tomarlos en toda su esencia, claro que sin caer en excesos. El consumo de leche entera, aunque pueda parecer lo contrario por la información que se ha leído durante años, reduce el riesgo de obesidad y apenas afecta a los niveles de colesterol en sangre.

Reparte

Las sobras y reaprovéchalas para otras recetas

Luchar contra el desperdicio alimentario es otra de las acciones en las que incidimos desde que nació este portal. No nos gusta tirar comida ni verla en el cubo de la basura. Siempre es mejor que termine en el estómago aunque sea en diferentes formatos. Si nos hemos pasado con las cantidades de algunas hortalizas haciendo una menestra de verduras, lo que sobre puede ir directo a un delicioso plato de cuchara para una cena como puede ser una crema de calabacín.