UN PROYECTO DE ALIMERKA

Ya fue desterrado el mito de que un microondas no conserva los nutrientes. Ahora toca darle el protagonismo que se merece como aliado a la hora de cocinar rápido y sin manchar

Si preguntamos qué electrodomésticos son los más utilizados a la hora de cocinar en casa, el horno y los fuegos (o placa) son, sin duda, lo que encabezarían el ránking. Sin embargo, nadie le presta el protagonismo que se merece al microondas, aunque quizás después de leer este artículo empieza a subir puestos gracias sus funcionalidades y prestaciones a las que no habíamos atendido hasta ahora.

Relegado seguramente a la solemne tarea de calentar la leche del desayuno o de descongelar unos apurados filetes que nos olvidamos de sacar a tiempo del congelador, es hora de sacar a relucir sus cualidades.

La primera de ellas es que es un instrumento limpio y rápido. Cocinar en el microondas supone manchar muy poco y supone también hacerlo en menos tiempo que en, por ejemplo, un horno tradicional. Al mismo tiempo, cocinar en él implica utilizar muy poco aceite en comparación con un hornillo o placas de inducción o vitrocerámica. Además, los nutrientes de los alimentos se preservan de las misma manera a lo que hay que sumar que su método de cocción es bajo en grasas porque los productos se cocinan en su propio jugo. ¿Ya te hemos convencido algo más de que te va a cambiar la vida darle más uso al microondas para tus recetas? Si hasta el mismísimo Ferrán Adriá lo definió como «un gran avance para la cocina».

Utensilios

Por poner una pega a nuestro nuevo electrodoméstico favorito, no todo el menaje de cocina es apto para el microondas. Los utensilios hechos de metales no se deben introducir porque generan ondas de rebote que hacen que el microondas se recaliente o eche chispas.

Lo ideal son recipientes de silicona, cristal o plástico adaptado, aunque también hay versiones de ollas o sacos de asar que están pensados para cocinar al microondas.

Alimentos ideales

¿Con qué alimentos podemos empezar a experimentar? Nuestra propuesta inicial es un salmón, que puede estar listo en menos de cinco minutos. Coge un lomo o una rodaja y rocíalo con un buen chorro de aceite de oliva, sal y pimienta. Tápalo y dale tres minutos a máxima potencia. Y, ¡voilà! Tendrás en muy poco tiempo un pescado bien sabroso, con todas sus propiedades y sin haber manchado ni esparcido olores por la cocina.

Vamos ahora a probar con un tubérculo que cada vez tiene más aceptación en nuestra cocina: el boniato. De sabor dulzón, con alto contenido energético y bajo en grasa, tiene mejor aporte nutricional que la patata. Para cocinar boniato al microondas, no tienes más que lavar el boniato, quitándole los restos de tierra y pincharlo por varias zonas con un tenedor. Ahora toca taparlo con un recipiente o introducirlo dentro de un estuche de vapor, un nuevo utensilio que será de gran utilidad para tus recetas en el microondas. Con ocho o diez minutos de tiempo, tendrás tus boniatos listos para consumir. Otro truco es envolverlos en film transparente para evitar la pérdida de vapor. Quedarán más tiernos tras la cocción.

Los huevos también dan mucho juego para prepararlos al microondas. Si los quieres revueltos tan solo tienes que cascarlos, batirlos y meterlos en el microondas. Abre la puerta en mitad del proceso para removerlos. Y si lo quieres en formato tortilla de patata, no necesitas ni una gota de aceite. Eso sí, llevará una media hora de tiempo poder tenerla lista para degustar.

¿Te apetecen unas verduras tiernas? Coge un ración que no supere los 300 gramos y mezcla tus verduras favoritas: calabacín, judías tiernas, espárragos verdes y dales unos tres minutos al microondas. Para verduras algo más duras como calabaza, coliflor o cebolla, es conveniente darle un minuto más. En ambos casos, es recomendable taparlas con un film transparente que cubra el bol que hemos introducido para que no se evaporen sus propios jugos.

Si quieres que la receta tenga un extra de sabor, corta las verduras en trocitos más pequeños y añádeles un chorrito de aceite. En este caso, cocínalas en tramos de dos minutos y ve removiendo entre tramo y tramo hasta alcanzar el punto de cocción deseado con el microondas.

Y ya para rematar, ¿qué tal un bizcocho al microondas? Esta receta seguro que te suena porque se ha hecho muy popular a raíz de programas culinarios de televisión. En tan solo cinco minutos, podrás tener listo para saborear, por ejemplo, un pudding de plátano y arándanos. Aplasta un plátano -cuanto más maduro, mejor- con un tenedor hasta obtener textura de puré. Mézclalo con dos cucharadas soperas de harina, otras dos de mantequilla y otras dos más de leche hasta que se forme una masa. Una vez mezclado, añade arándanos a la mezcla y divídela en dos tazas o moldes para que no quede una única ración muy grande. Dale uno o dos minutos a máxima potencia hasta lograr la consistencia deseada que puede ser más a menos compacta. ¡Ahora toca saborear y esperar a un próximo artículo con más recetas al microondas porque el abanico de opciones es inmenso!

Más sobre gastronomía saludable en
La Salud Sabe Bien.