UN PROYECTO DE ALIMERKA

Organizar la despensa después de las vacaciones es más sencillo de lo que parece. Con unos pasos básicos, puedes ahorrar, comer mejor y reducir el desperdicio

Las vacaciones se acaban y la vuelta a tu rutina trae nuevos horarios, menús por planificar y la nevera medio vacía. Con este panorama, es fácil dejarse llevar por las ganas de empezar septiembre con todo en orden y lanzarse al supermercado.

Pero antes de hacerlo, abre los armarios, revisa lo que tienes y anótalo en una lista. Ese pequeño gesto no solo evita compras innecesarias; también te ayuda a ahorrar, reducir el desperdicio y comer mejor durante todo el mes.

Al final, la organización empieza en casa y tu lista de la compra es la mejor aliada para que el regreso sea más fácil y ordenado.

 
 
 
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Revisa, ordena y simplifica

La vuelta a la rutina es el momento perfecto para limpiar, evitar acumulaciones innecesarias y aprovechar lo que ya tienes en casa. Es hora de hacer inventario.

Mira bien los paquetes abiertos, comprueba las fechas de caducidad y decide lo que vas a tirar, lo que vas a guardar y lo que deberías consumir cuanto antes.

Después de revisar, coloca todo de forma ordenada. Agrupa los productos por tipo —legumbres con legumbres, cereales con cereales, conservas con conservas— para saber qué tienes, qué te falta y qué puedes combinar.

Para almacenarlos, si puedes, utiliza tarros transparentes o coloca etiquetas visibles. Ver el contenido de un vistazo te ayudará a no dejar nada olvidado en el fondo del armario. Y ese paquete de quinoa abierto desde primavera, mejor que no se te pase.

También puedes aprovechar este momento para pasar algunos alimentos de sus envases originales a recipientes reutilizables. Además de ganar en orden, muchas veces ocupan menos espacio y ayudan a conservar mejor los productos.

Mientras haces este proceso, vete fijándote en los productos que puedes aprovechar para organizar las comidas de la semana; así te resultará mucho más sencillo planificar la compra.

Lo que ves también influye en lo que comes

Una vez que tu despensa está limpia y organizada, es el momento de ponértelo fácil. Porque sí, el orden también puede ayudarte a comer mejor.

Coloca delante lo que quieres consumir más —legumbres cocidas, frutos secos, avena, conservas vegetales— y deja al fondo lo que prefieres no tener tan accesible —snacks procesados, galletas, dulces—. No es magia, es psicología; si no lo ves, no lo eliges con tanta facilidad.

Este pequeño gesto puede marcar la diferencia sin que tengas que recurrir a la fuerza de voluntad. Lo que colocas a la vista habla de tus prioridades, y tener opciones saludables al alcance es una manera sutil, pero efectiva, de cuidarte.

Antes de escribir la lista de la compra, recuerda esos productos que habías seleccionado para preparar las comidas de la semana. Un bote de lentejas, un tomate triturado y un poco de arroz pueden ser la base de varios platos. Este ejercicio reduce el desperdicio, evita compras innecesarias y ahorra tiempo y dinero.

Si quieres, anota las ideas que vayan surgiendo. A veces, combinar lo que tienes en la despensa, la nevera y el congelador con un poco de creatividad es todo lo que necesitas para retomar septiembre con buen ritmo.

Empieza septiembre con calma (y con lista)

Con la despensa depurada y todo en su sitio, piensa en lo que realmente necesitas. Llevar una lista en la mano y las ideas claras marca la diferencia. Ir al supermercado con foco —sabiendo qué falta, qué quieres reponer y qué productos necesitas para tus menús— te ayuda a evitar compras impulsivas, reducir el desperdicio y comer mejor.

Una buena idea es planificar al menos tres comidas de la semana antes de hacer la compra. Así evitas duplicar ingredientes, improvisaciones de última hora y aprovechas mucho mejor lo que ya tienes en casa.

Organizar tu despensa no es solo cuestión de orden: también es una forma de cuidar tu alimentación, tu economía y tu energía. Pequeños gestos como limpiar, clasificar, priorizar y planificar te lo ponen más fácil en el día a día.

Empieza hoy, con pequeños gestos, y verás cómo septiembre se llena de orden, ahorro y buenas decisiones porque cuidar tu despensa es cuidarte a ti.