Las maneras sencillas de equilibrar la vitamina D sin necesidad de realizar grandes desembolsos

Confinado no quiere decir descuidado. Eres responsable y solidario con tus seres queridos y con el resto de la sociedad. Por esa razón sales lo mínimo imprescindible de casa y te has adaptado a una nueva rutina. Pero eso no quiere decir que hayas perdido de vista tu salud. Quizá uno de los temas que más te preocupa es cómo puede afectar la falta de luz a tu vida. ¿Descenderán tus niveles de vitamina D? Te vamos a dar unos trucos para que los mantengas a raya. El primero, de sentido común, es que si tienes un jardín una terraza o un balcón, los aproveches. Pero, si no es así, tu ventana más soleada servirá a nuestro propósito. En los días de buen tiempo, muestra al sol tu cara y tus brazos, entre cinco y 15 minutos. Respira hondo. Toma un té o un café. Hojea un libro. Disfruta de esos instantes. La luz es importante.    

La alimentación también te ayudará a recargar tus depósitos de vitamina D durante la cuarentena. Hay productos que te ayudarán a suplir la carencia de los rayos del sol en tu cuerpo. ¿Por qué necesitamos este nutriente? La vitamina D tiene un papel relevante en el sistema inmune, así que mantener unos niveles adecuados te ayudará a fortalecer la respuesta frente a infecciones, algo fundamental en estos tiempos. No lo dudes. Siempre que comiences a preparar la comida incluye uno de los productos que te vamos a recomendar. 

El sol en tu cocina

No pueden faltar los pescados grasos. Te sirve la caballa, el atún, unas sardinas, anchoas... Intenta incorporarlos a tu dieta dos veces por semana y procura variar el tipo de pescado, para que tu alimentación sea lo más rica posible. ¿Quieres aprovechar la oportunidad de ampliar tus recetas? Algo muy simple sería preparar una ensalada de aguacate y atún rematada con unas nueces. Pero si buscas algo más elaborado prueba este tabulé de cuscús con caballa en conserva.

Lo que no puede faltar nunca en tu nevera son huevos. Una ración de huevo llega a cubrir el 21% de las recomendaciones de vitamina D diarias. Puedes comer un huevo al día sin problema, siempre y cuando no tengas contraindicaciones previas. La gran ventaja de los huevos es la gran cantidad de formas en las que puedes prepararlos. El único consejo extra que te damos es que intentes cocinarlo con poca grasa. En tortilla, en revuelto, con verduras, o cocido. Si aún necesitas un empujón más, te presentamos estos huevos Florentine, muy nutritivos.

El hígado de ternera es un producto menos habitual en tu nevera. Aunque este alimento parece haber caído en el olvido, no pases por alto que es un suplemento nutricional natural y una fuente de vitamina D por excelencia. Intenta incluirlo en tu dieta, al menos, una vez cada quince días.

Seguro que te resulta más sencillo el siguiente paso: leche, yogures y mantequilla.  Estos alimentos están enriquecidos con vitamina D y, además, son una fuente inestimable de calcio, muy interesante para tu salud ósea. En el caso del yogur, su consumo se relaciona con beneficios cardiovasculares y también intestinales. Los expertos recomiendan que consumamos de dos a cuatro raciones de lácteos al día y que, como mínimo, dos sean yogures. Si te apetece hacer tus pinitos en la cocina, te proponemos una receta para hacer un yogur casero de fresa sin necesidad de comprar una yogurtera

Responsable y sano. Este confinamiento puede ayudarte a meter ese rayo de sol que te faltaba en la cocina.