Si te cuesta concentrarte, te sientes irritable y cada noche duermes peor, ha llegado el momento de tomar medidas

Séptima semana de cuarentena, con sus noches, sus días, sus fines de semanas e, incluso, algún festivo que no lo parecía. Es posible que a estas alturas del confinamiento comiences a notarte bajo de energía, a perder concentración y a sentirte más irritable de lo normal. Quizá incluso comiences a tener problemas con el sueño. No podemos sacar de tu mente las preocupaciones pero sí ayudarte a que prestes más atención a tu salud emocional. No solo debes cuidar esos kilos de más, fruto de la inactividad. El equilibrio mental es importante. Así que vamos a darte una serie de consejos para intentar llevar mejor esta recta final. Todo se basa en tres pilares de sobra conocidos: la alimentación saludable, el ejercicio físico y la organización del tiempo, para tener momentos de ocio y relajación.

Una alimentación desequilibrada deja tu cuerpo con menos vitaminas y minerales y eso tiene una repercusión directa sobre tu físico. Te puede generar cansancio, irritabilidad, apatía o falta de concentración. Así que la dieta saludable no solo tiene como objetivo vigilar la báscula. También afecta al resto de facetas de tu vida. ¿Qué debes incluir en tus menús para combatir el desánimo? Sigue leyendo.

El Omega-3 es un imprescindible. Este ácido graso presente en pescados azules y frutos secos y semillas mejora la función de la serotonina, un neurotransmisor implicado en el estado de ánimo positivo. Los nutricionistas te recomiendan incluir algún alimento rico en Omega-3 a diario. Así que puedes recurrir a pescados como sardinas, salmón, caballa, bonito, atún o bacalao y a frutos secos como las nueces, las almendras o los cacahuetes. También es importante que incluyas hidratos de carbono de alta calidad. Son el combustible esencial para tu cerebro y te proporcionan energía en forma de glucosa. Puedes confiar a las legumbres o a las frutas.

Los antioxidantes ofrecen protección al organismo. Cuando salgas a hacer la compra acuérdate de los arándanos, las frambuesas o las fresas, en plena temporada alta; de los cítricos y el aceite de oliva virgen extra. Lo mismo sucede con los prebióticos y con los probióticos. Presentes en alimentos como espárragos, puerro, alcachofas o vegetales fermentados y el yogur o el kéfir, ayudan a equilibrar la flora intestinal.

El ejercicio físico es fundamental. Te mantiene en forma y te ayudar a liberar hormonas de la felicidad. Ponte objetivos alcanzables. Media hora al día es suficiente para cuidarse. Mete alguna tabla que implique esfuerzo cardiovascular y fuerza. Si no sabes por dónde empezar, busca ayuda. Este enlace te da una pista. Si tienes alguna patología previa, lo ideal es que antes consultes con tu especialista. 

Descansa la mente. Si lo que te ayuda es dormir una siesta, de esas de 10 minutos, no renuncies a ella. Te servirá para recargar pilas. Reserva siempre un tiempo al día para el ocio. Lee, dibuja, ve series, juega en familia. En cualquier situación de la vida, es importante desconectar. El sol es también un reconstituyente. Si tienes un patio, una terraza o un balcón, utilízalos. Si no es así, sal a la ventana. De 10 a 15 minutos al día exponiendo tu cara y brazos serán suficientes para reponer vitamina D.

Quizá necesitas algo más. Practica la relajación guiada. Existen multitud de vídeos y de aplicaciones especializadas que te permiten caminar hacia la relajación. Y habla con tus seres queridos. Llamadas y videollamadas, la gran tendencia de este confinamiento, te conectarán con las personas que quieres y reducirán tu ansiedad.