La última estafa de Puigdemont

Tomás García Morán
Tomás Garcia Morán LEJANO OESTE

OPINIÓN

Alberto Estévez | EFE

10 nov 2017 . Actualizado a las 12:05 h.

Después de declarar la independencia menos heroica de la historia, sin dirigirse al Parlamento, votando a escondidas por miedo a la justicia de un Estado que ya no reconoce, 24 horas después de haber ofrecido su rendición por 155 monedas de plata (traduciendo a Rufián, por salvar sus posaderas), la única salida honrosa que le quedaba a Puigdemont era salir al balcón de la mano con Junqueras e inmolarse contra la multitud, para evitar que llegara la Guardia Civil a detenerlos. Otro suicidio, menos épico pero con mayores consecuencias políticas, sería que hubieran salido quince minutos después del anuncio de Rajoy para decir que no se presentan a unas elecciones españolas (y por tanto que le regalan cuatro años de poder al unionismo y siguen el camino de Otegi: primero la cárcel y después la irrelevancia). Cualquier otra cosa es una estafa a los entusiastas que se besaban en la plaza, bailaban por fin libres y se hacían los selfies históricos para Instagram.

En contra del modus operandi habitual, Rajoy ha hecho algo, lo ha hecho rápido y le ha imprimido velocidad al proceso. El 155 se aplica con la mayor dureza posible, pero se desplegará el mínimo tiempo necesario, y Cataluña no se convertirá en el Vietnam que querían Junqueras y la CUP. Para que ello ocurra, el Estado no puede fallar. Rajoy lo tiene presente y por eso ayer dijo que dispone de los medios suficientes para aplicar las medidas de forma pacífica y moderada. Es decir, que garantizará el funcionamiento de los servicios básicos rompiendo los mínimos platos posibles. Igual ni siquiera hace falta sacar a nadie de un despacho a la fuerza.

En todo caso, la papeleta más difícil la vuelven a tener ahora en el tejado las fuerzas políticas independentistas y las que han jugado a dos bandas. ¿Se presentarán Ada Colau y Pablo Iglesias a unas elecciones convocadas al amparo del 155? ¿Intentarán impedir la CUP, ANC y los de la sonrisa el derecho a decidir y votar de millones de catalanes?