El iPhone, casi a precio de oro

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

STEPHEN LAM | Reuters

08 nov 2018 . Actualizado a las 07:54 h.

Un conocido bloguero de tecnología publicó a principios de septiembre una entrada titulada Un otoño sin sorpresas. Dos meses después parece haber abandonado su bitácora y ha concentrado su actividad en Twitter, donde este tipo de vaticinios frustrados pasan más desapercibidos al quedar enterrados en la maraña de tuits, retuits, hilos y demás. Es cierto que, en el mundo de los dispositivos móviles, no vamos a vivir siempre una década como la que abrió este siglo, en la que fuimos testigos del nacimiento de los reproductores mp3, el iPod, las tiendas de música online (y luego de aplicaciones), el paso de los teléfonos móviles a los smartphones, la aparición de Android, los ultraportátiles, el iPad... Pero eso no quiere decir que no haya novedades.

El otoño se ha convertido, de hecho, en la época del año que abre la temporada tecnológica, en la que se presentan los terminales flagship o de referencia que coronan el catálogo de los mayores fabricantes. No es casualidad que Apple, después de dos años anunciando el lanzamiento de sus nuevos iPad en primavera, haya decidido cambiar la dinámica y hacerlo a finales de octubre. El objetivo está muy claro, y es aprovechar la marea de ventas que se avecina con el Black Friday-Ciber Monday-Navidad. La compañía de la manzana no puede dejar de surfear esta ola porque está en juego el segundo puesto mundial, que le arrebató Huawei pero que podría recuperar con el tirón de sus renovados productos. Aunque en Cupertino lo que pierden en número de unidades comercializadas, lo ganan con el aumento de precio, lo que les ha permitido por ejemplo disparar sus ingresos por el iPhone un 29 % en el último trimestre pese a haber distribuido la misma cantidad de teléfonos que el año pasado.

El teléfono de la manzana ya está casi a precio de oro, y no es una metáfora: la versión XS de 512 GB cuesta 1.559 euros y pesa 177 gramos, lo que da una media de 8,8 euros el gramo. Y el oro de 8 quilates, que no es puro cien por cien (tiene un 33,5 % y el resto es plata y otros metales) pero se utiliza igualmente en joyería, está a 11,5 euros el gramo. Jobs era un genio y Tim Cook otro... de los números.