Ni uno ni otro

OPINIÓN

25 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Venezuela ha dividido al mundo, aún más si cabe. Poca falta hace decir que la geopolítica no versa (casi siempre) en el respeto a la democracia, sino más bien en los intereses económicos, y todos sabemos que en el país latinoamericano hay petróleo. Juan Guaidó y Nicolás Maduro se disputan la presidencia de la República a través de los apoyos en el extranjero. El primero lo tiene de EEUU, Argentina o Brasil, y el segundo de Rusia, México y Uruguay. La UE se ha limitado a pedir elecciones. En España hemos visto a la derecha manifestar su apoyo a Guaidó. Concretamente, el presidente del PP se dejó fotografiar el miércoles en la Puerta del Sol, y Rivera tampoco se ha quedado atrás en su apoyo al autoproclamado presidente. Podemos e IU han visto en esta operación un golpe de estado y el PSOE comparte la necesidad de unos comicios libres de los que surja un ejecutivo legítimo.

La verdad es que uno cuando quiere dar su opinión se encuentra en un cúmulo de contradicciones. Poco o nada ayuda que ambos bandos manipulen e intenten convencernos (o al menos a mí) a través de medias verdades. El país atraviesa una anomalía democrática que se ha acentuado con la crisis económica y la fractura social que ha dividido a la gente en chavistas y antichavistas. Es complicado posicionarse a favor de Maduro, pero es evidente que sus adversarios son todavía peores que él. Ni uno ni otro puede salvarse y es lamentable que tengan a un pueblo sometido a sus intereses. No obstante, si permanece esta situación comparto el criterio de los líderes europeos de que tiene que haber elecciones limpias (en donde los partidos puedan concurrir de acuerdo a reglas aceptadas por todos y de forma que las personas puedan escoger libremente).

Veremos si se calma la situación, porque decir que se normalice lo veo muy imposible, y se consigue restablecer el orden constitucional con una salida democrática que permita a la ciudadanía elegir libremente su futuro.