Por qué a usted no le dan su medicamento

OPINIÓN

13 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Tengo un familiar que se ha topado con un problema público y publicado, pero al parecer incómodo: usted no ha oído hablar de esto a un político y menos en campaña electoral. Resulta que esta semana mi pariente fue a una farmacia de Oviedo con su correspondiente receta del sistema público de salud y su medicamento no estaba disponible… desde hace un mes. Pongamos nombre al problema, para no lanzar flechas ciegas y que lleguen a donde no deben. Se trata de un preparado para el asma, un broncodilatador llamado Terbasmin del laboratorio AstraZeneca. Acudió a una segunda farmacia con el mismo resultado. Y a una tercera. A lo largo de su peregrinaje de corte soviético en todas le dijeron que la carencia no sólo afecta a ese fármaco, sino también a otros muchos como el Adiro o el Dalsy, según ha publicado varias veces este periódico. Y no hay fecha prevista para que vuelva a las boticas.

Lo alarmante de este problema de aspecto venezolano que ocurre en la Europa del siglo XXI es que aparentemente no forma parte de la agenda pública. Dado que afecta a numerosos productos y laboratorios, no hay que ser un gran detective para deducir que el trasfondo del asunto no es operativo; no es posible que falten a la vez todos esos principios activos. La causa es, por tanto, económica. ¿Qué lleva a los poderosos laboratorios a tratarnos como ganado, al que se le aporta o retira la medicación según el rendimiento económico?

Un amigo médico me había comentado que el brexit estaba afectando al suministro: los ingleses se apresuran a hacer acopio ante una catástrofe aduanera y arancelaria de consecuencias imprevisibles. Me pareció de risa, una conspiranoia de manual. Pero mire usted por dónde, mediante una búsqueda simple encontré una argumentario completo y reciente en este sentido de una consultora al parecer seria, Asefarma: https://www.asefarma.com/blog-farmacia/que-hacer-ante-el-desabastecimiento-en-las-farmacias. Así que sufra usted hasta al menos el 29 de marzo. Hay que tenerlo en cuenta como factor, pero desde luego no es suficiente para explicar la situación, porque el hecho ya se ha producido muchas otras veces en el pasado sin que se hubiera siquiera votado la salida del Reino Unido de la UE.

Así que volvemos al principio activo: ¿Qué hacen las autoridades sanitarias para evitar la falta de medicamentos? O dicho de otro modo, las administraciones deberían poner el bozal a ese perro sin tardanza. Sabemos que los recursos son escasos, pero sin duda existen mecanismos para negociar. Las farmacéuticas son fuertes, de acuerdo, y puede ser que nos usen a los pacientes como rehenes de políticos temerosos, pero subestiman el enorme poder de un Gobierno cabreado con respaldo de la gente. Y eso debería pasar ya.