Fiesta de la unión

OPINIÓN

13 jun 2019 . Actualizado a las 09:15 h.

Setenta y cinco años del desembarco de Normandía. La democracia europea, asfixiada por las balas, tanques y demás armas bélicas arrojadas sobre la vieja y decrépita Europa. El ejército de Estados Unidos desembarca en esta región de Francia enarbolando la bandera de la liberación

Precisamente en esta fecha tan gloriosa, hoy a las 12 horas celebramos en la iglesia de la Fundación Masaveu de Oviedo la fiesta de la Unión. 75 valientes bajo el estandarte del espíritu de D. Bosco, llenos del polvo de la vida por derroteros diversos vuelven unos 25 años después (Promoción 93-94) y otros, 50  años (Promoción 68-69), vuelven a sonreír a los pies de la imagen de María Auxiliadora como lo hicieran el primer día que pisaron el cemento del patio y las baldosas de las aulas.

«Trabajo y templanza», fueron las palabras que coordinaban todo el programa formativo de D. Bosco. Trabajo, estudio… y templanza, recreo, convivencia, amistad… Aulas y patio. Cemento y baldosas. Hoy es fiesta de la Unión: los antiguos alumnos de los colegios del Naranco y de la Fundación Masaveu, se unen una vez al año para convivir y honrar a los compañeros que celebran sus bodas de oro y plata, unidos por  el mismo lazo: el carisma de D. Bosco:

Sonrisa en los labios,

Afabilidad en la mirada

Palmada cariñosa en la espalda

Y, escuchar. Sobre todo escuchar

Al que acude a ti

Al más necesitado

Eso, y no otra cosa es

El carisma de D. Bosco

Que transmiten los salesianos.

La misa, momento de devoción, silencio interior, amistad, palabra de Dios, …unión. Después de la misa y bajo la protección de María Auxiliadora se fue «imponiendo» la insignia a cada uno de los miembros de las dos promociones. La vida, en esos momentos de encuentro religioso, bajo el paraguas del Espíritu Santo (la liturgia celebraba Pentecostés) y el manto materno de María Auxiliadora.

Un tiempo de visita a los talleres y recuerdos de los años vividos bajos esos sexagenarios muros y nos dirigimos a la segunda parte de la convivencia: comida en un restaurante de Siero, Martín Fierro. La distribución de mesas de diez y su forma circular favoreció la empatía, la vivencia de los recuerdos y el disfrute de los manjares servidos con profesionalidad y acogida. Los postres nos acercaron los discursos y, estos introdujeron las distinciones de la presente edición.

Se distinguió a Segundo García, antiguo alumno del Naranco, por su vida entregada a los demás en diversas parroquias de Asturias y dos periodos de misionero en Perú. Por otra parte, se vio en la Fundación de Orione, con centro especial en Posada de Llanes, la prolongación de Bosco y, por tanto, religiosos que viven su apostolado bajo el mismo carisma de Bosco. Esto fue la fiesta de la Unión que el próximo año deseamos contar con los presentes y llegar a esa cifra tan redonda del centenar: 100.