Pesca y biodiversidad

Pelayo Melón REDACCIÓN

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

12 may 2020 . Actualizado a las 11:03 h.

Ante la gran controversia suscitada, sobre la apertura de la práctica de la pesca deportiva, durante determinadas fases del estado de alarma. Infinidad de colectivos se han mostrados contrarios a la citada autorización.

La mayoría de estos grupos se enmascaran tras un dudoso conservacionismo. Los cuales, utilizan como identidad una determinada modalidad de pesca, sobre la cual, no me voy a pronunciar. Pero, debemos tener presente las secuelas que esta práctica genera sobre los peces sometidos a sus efectos secundarios.

En los últimos tiempos, se induce la sensación de que los pescadores tradicionales son los principales culpables de la decadencia de las poblaciones de salmónidos en nuestros ecosistemas acuáticos. Por lo menos, estos colectivos así lo exponen indirectamente. Además, vislumbran que el mal endémico que asola a la biodiversidad es la acción de la pesca extractiva y solicitan su cese. Haciendo alarde del gran conocimiento que poseen sobre los problemas de nuestros maltrechos ecosistemas. Tomando una postura ventajista, maliciosa, de fácil argumentación e induciendo el ecologismo de sofá orbitado en un profundo desconocimiento.

Incluso, algunos grupos defiende determinadas especies. En otros países, mucho más concienciados y que se toman muy en serio la recuperación de sus ecosistemas acuáticos. Han demostrado, científicamente, que determinadas aves actúan de forma negativa y muy pronunciada sobre la biodiversidad en sus ecosistemas fluviales. «Cormoranes» (rápidamente saldrán para desmentir estas afirmaciones en sus redes propagandística), pero recientes estudios de Hidrobiología (ciencia de la vida y los procesos de la vida en el agua) exponen de manera clara que estas aves colapsan las poblaciones piscícolas. Dejando claro y constatando el cambio de comportamiento alimentario de esta especie y sus efectos devastadores sobre los ecosistemas fluviales sometidos a su rango de acción (Niels Jepsen, 2019). Otros trabajos, centrados en arroyos donde los propios gestores y pescadores observaban una pronunciada decadencia poblacional de salmónidos, no atribuible a una pesca extractiva(prohibida), con buena calidad de las aguas y escasa presencia de cormoranes. Concluyen, tras realizar monitoreo con etiquetas pit (pequeñas marcas numéricas recuperadas excrementos aves) y radiotransmisores sobre las poblaciones residentes de salmónidos, que aproximadamente más del 50% de los salmónidos marcados, fueron comidos por las aves durante el invierno. En un trabajo realizado con tímalos, se observó una depredación superior al 70% de la población muestreada, presumiblemente por el efecto de estas aves. Revelando que una pequeña cantidad de cormoranes puede afectar considerablemente a las poblaciones de peces residentes.

Derivado de una base sólida, basada en datos científicos y técnicos, determinados países Europeos (incluso Suiza) realizan controles de población anualmente, al igual que otras medidas disuasorias, para mitigar al máximo la acción de estas aves colonizadoras sobre los ecosistemas fluviales.

Sobre los verdaderos problemas, en lo referente al estado ecológico de las masas de agua superficiales, poco o nada que reseñar. Solo hace falta revisar sus aportaciones en el Foro de participación ciudadana habilitado para la planificación del Plan Hidrográfico del Cantábrico Occidental 2021-2027 (Esquemas de temas importantes del tercer ciclo de planificación hidrológica). Donde, podemos observar sus innumerables intervenciones. En las cuales, abordan y aportan infinidad de acciones de mejora y reacondicionamiento sobre temas transcendentales y mucho más dañinos para nuestras poblaciones de salmónidos que un simple pescador deportivo. Como, los referentes a la conectividad lineal (descendente y ascendente), caudales ecológicos, efluentes EDAR, canalizaciones y enderecha miento de cauces, deforestación de riberas, contaminación difusa, sedimentación, especies invasoras, etc. Por desgracia, para la biodiversidad de los ecosistemas fluviales, a 10 de mayo de 2020 las aportaciones en lo referente a todos estos temas son nulas. ¿Solo los pescadores tradicionales son el problema?, a los hechos y publicaciones en los diferentes medios me remito.

Mientras tanto, aquí en nuestro país, determinadas decisiones discriminatorias hacía el ejercicio de la pesca deportiva se han llevado a cabo. Esperemos, que estas decisiones hayan sido inducidas desde un sector desconocedor de todos los problemas que rodean a nuestros ecosistemas. Y, que, de ahora en adelante, se respete a este numeroso colectivo que es el que más interés tiene en conservar las poblaciones de salmónidos. Un río sin peces, jamás albergará pescadores en sus riberas.