Rendición de Trump en el 5G

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

18 jun 2020 . Actualizado a las 09:06 h.

En medio de la avalancha informativa por el covid-19 y las protestas contra el racismo, que opacan todo lo demás, el Departamento de Comercio de Estados Unidos ha aprovechado para colar una excepción en la Entity List para permitir a las compañías del país norteamericano colaborar con Huawei. Sí, con Huawei, el ogro tecnológico chino, la compañía que según Donald Trump espía a través de sus equipos y a la que declaró la guerra metiéndola en una lista negra que prohibía hacer negocios con ella.

La decisión se ha tomado para que las empresas de EE.UU. puedan trabajar en el desarrollo de estándares internacionales de tecnología y especialmente en los del 5G, «pese a la ubicua participación de Huawei en las organizaciones» de dicho sector. El comunicado deja bien clara la posición dominante de la firma de Shenzhen en un mercado clave del que dependen no solo las comunicaciones globales, sino el desarrollo del vehículo autónomo o la inteligencia artificial, por poner dos ejemplos.

Se trata de una capitulación en toda regla y que reconoce la inferioridad y el retraso estadounidenses en la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil. La situación es tan surrealista que, mientras Washington presiona a sus socios (Europa, Reino Unido, Japón, Australia...) para que excluyan a Huawei de los contratos para montar las redes 5G, anima a las empresas americanas a compartir información y trabajar codo con codo con los chinos.

En realidad, todo lo que rodea a esta batalla —que se enmarca en la guerra comercial que mantienen Washington y Pekín— es bastante extraño. Por ejemplo, el hecho de que pese a las sucesivas moratorias al veto impuesto por Trump compañías como Google o Facebook lo están aplicando de forma efectiva, lo que ha impedido a Huawei incluir aplicaciones como Gmail, Maps o WhatsApp en sus terminales más recientes. Aun así, mantiene la segunda posición en el ránking de vendedores de smartphones gracias a sus ventas en China, donde ha sobrepasado a Apple y destina ahora la mitad de sus terminales. Y es que China es mucha China.