La derecha sigue en sus trece. Poco o nada ayudaron a nuestro país (ya ni hablamos al Gobierno) para empujar y conseguir un buen acuerdo en Europa, jaleando a los llamados ‘frugales’ liderados por Holanda. Ahora que se han quedado con las ganas de que Pedro Sánchez fracasase, se han devanado los sesos para intentar apuntarse el tanto porque «tres mujeres del PP» (según Pablo Casado, en referencia a Ursula von der Leyen, Angela Merkel y Christine Lagarde) han conseguido cerrar un acuerdo histórico en el seno de la UE tras horas de negociaciones. No se puede tener más descaro, y más cuando en el Congreso solamente han querido dilapidar el consenso en la comisión para la Reconstrucción Social y Económica. Un cero al Partido Popular en cuanto a responsabilidad.
Mientras tanto, la presidenta de la Comunidad de Madrid continúa polemizando con el aeropuerto de Barajas a la vez que se niega a establecer la obligatoriedad de la mascarilla. Eso sí, del dinero que va a recibir del ’Fondo Covid’ (1.495 millones de euros, el 24,9% del primer tramo, de 6.000 millones) no ha mostrado por ahora ninguna queja, cuestión que compañeros suyos como el gallego y el andaluz sí al considerar que no se premia a quienes han hecho bien las cosas. Efectivamente, la gestión del ejecutivo de Ayuso fue y es un desastre y un ejemplo de lo que no hay que hacer en un momento en que se necesitan consensos, acuerdos y altura de miras. No ha sido mucho mejor Torra, pero como se insistió una y otra vez desde la Generalitat en terminar con el Estado de Alarma y en devolver las competencias sanitarias a las comunidades autónomas, ahora ante ejemplos como el de Lleida queda patente que las recomendaciones no son tan efectivas como las obligaciones y creo que se demuestra que el mando único con Salvador Illa al frente funcionó y cumplió su cometido. Un diez en responsabilidad para el ministro y todo su equipo, empezando por Fernando Simón.
El INE publicó ayer que de los casi 20.000 hoteles existentes en España solo abrieron en junio 5.896. El mes pasado las pernoctaciones se desplomaron un 95,1% respecto al mismo mes de 2019, lo que da cuenta de que la principal industria de nuestro país sigue sin retomar la rutina. En este debate de la responsabilidad, ¿debemos seguir viajando por nuestro país como nos animaron al finalizar el Estado de Alarma? A ello se suma el debate del cierre de locales de ocio nocturno, porque según los casos detectados una buena parte de ellos se han producido en estos lugares. Bajo mi punto de vista no se puede caer en una contradicción: si las discotecas abren es porque la administración se lo permite, y como es lógico querrán tener el máximo aforo posible dentro de esta ‘nueva normalidad’. Si nos hinchamos a pedir responsabilidad (mascarilla, distancia social, lavado de manos…), ¿permitimos que abran espacios a los que por responsabilidad lo mejor es no ir en este momento para evitar los contagios? ¿Entonces por qué se permite que abran? Sinceramente veo más lógico decretar, si lo responsable es no acudir a estos lugares, que al menos temporalmente se ordene su clausura.
Tampoco entiendo las llamadas a la responsabilidad en reuniones familiares o de personas no convivientes. ¿Qué significa responsabilidad? Si están permitidas, ¿apelar a la responsabilidad es evitar que nos veamos con quien nos apetezca aunque cumplamos las recomendaciones (incluyendo el número máximo de personas)? Me cuesta muchísimo trabajo entender el caso del Fuenlabrada. ¿Cómo es posible que se les permitieran viajar hasta A Coruña conociendo casos de coronavirus? Entiendo perfectamente la posición de la Alcaldesa de la ciudad gallega y del Dépor, tanto en lo relativo a la situación sanitaria que ha provocado que seis jugadores hayan dado positivo como en la deportiva con el descenso del club coruñés a Segunda B, pero aquí alguien ha faltado a la responsabilidad y ni el fútbol está por encima de la salud ni se puede tolerar una situación así. Es obligado investigar lo ocurrido y depurar responsabilidades.