Patentes, virus y reflexiones

Francisco Dávila Luaces FIRMA INVITADA

OPINIÓN

María Pedreda

08 sep 2020 . Actualizado a las 09:27 h.

Hace unos meses se presentó una solicitud de patente llamada ID2020 por parte de una empresa cuyo software está instalado en casi todos los ordenadores. Me llama la atención el escaso debate sobre algo que puede suponer un punto de no retorno y nos lleve directamente al transhumanismo. Hemos sido educados para contestar preguntas y no para hacérnoslas.

Decía Gustavo Bueno que una opinión no vale nada si no va seguida de un argumento. Oímos muchas opiniones, pero casi nadie tiene argumentos. Ya que nuestro país va a quedar totalmente arruinado y nuestra libertad individual coartada, deberíamos tener claro a cambio de qué entregamos todo ello. Deberíamos tener claro por qué siendo Wuhan la décima ciudad de China los contagios no se trasladaron inmediatamente a las otras ciudades con cuya economía está relacionada. Si China es la fábrica de Estados Unidos, por qué no se propagó a continuación por este país, teniendo en cuenta el impresionante número de contenedores y ejecutivos que se mueven a diario de un país a otro. Si vino a Europa por el turismo, por qué entró por Lombardía y no por Roma, Venecia o Florencia. Sería bueno saber por qué en Portugal van alegremente sin mascarilla y las masificaciones en la playa son continuas y no tienen apenas casos. Si el propio Ministerio de Sanidad reconoce que las PCR pueden tener mas de un 50 % de error, por qué se paraliza un país y se obliga a cerrar a pequeños negocios, en base a un positivo de un test que ningún juez admitiría como prueba, y cuyo resultado puede variar en función de la marca que se utilice.

Nuestro país quedará en la ruina, a merced de los grandes fondos de inversión que lo comprarán por cuatro duros. Los millones que van a venir de la Unión Europea desaparecen al leer la letra pequeña, hay que devolverlos, incluida la parte a fondo perdido, porque la UE los obtendrá de los mercados internacionales y por tanto el dinero tendrán que ponerlo los países miembros, o sea, nosotros. Inevitablemente el Gobierno subirá impuestos y tendrá que crear otros nuevos, y además hará un fuerte recorte en las pensiones.

Profesionales sin tacha como el doctor Cavadas piden una auditoría independiente. Mientras arruinamos sin motivo la enseñanza y el futuro de nuestros niños, tapándoles la boca e impidiéndoles que se relacionen, los hijos de las élites dominantes van a escuelas Waldorf y Montessori donde los móviles están prohibidos, les enseñan a pensar sin límites y les dicen que todo es posible.

A veces en la historia aparecen personajes con grandes aciertos y pocos errores, pero los que cometen son de tal calibre que se pagan durante cientos de años. Aristóteles fue uno de ellos, hasta Galileo la ciencia tardó casi 2.000 años en reencontrar el camino, las mujeres todavía siguen pagándolo hoy. Pasteur aportó luz y conocimiento sobre los microorganismos. En su lecho de muerte reconoció que «Béchamp tiene razón», pero el mal ya estaba hecho y 125 años después de su muerte nos va a venir una buena factura.