La vecina de Sheldon Cooper se pasa al thriller en una de las novedades de HBO
08 dic 2020 . Actualizado a las 18:49 h.No tiene la soberanía de The Crown, ni la complejidad perversa de Killing Eve, pero sí algo que atrapa, una «azafata» que se sale de la pista convencional del thriller para ofrecernos no sabemos bien qué, piscolabis, suspense caótico y ligero, a la carrerra, con subidón y caídas. El mérito de The Flight Attendant, con un sencillo argumento, una buena banda sonora que espabila y un humor negro con fantasma increíble y aires entre hitchkonianos y tarantinos, se lo lleva por la gracia Kaley Cuoco, que ha pasado de ser la vecina de Sheldon Cooper a la explosiva azafata de una miniserie turbulenta, para despendolarse en streaming. Pasa volando, no hay espera. En esta serie de HBO es como si Bridget Jones se hubiese pasado al noir. Pero no pillada por Darcy, sino por un muerto.
¿Mejor que The Undoing, ese Big Litlle Lies como de oferta? Con más chispa, sin duda, pero según avanzan los capítulos se nos va subiendo: la necesidad de desentrañar algo sobre el crimen, la simpatía dramática de Cuoco, su desencaje. Tenemos la impresión de vernos envueltos en un enredo sin rumbo fijo, incluso con piloto automático. Pero por alguna razón no se deja The Flight Attendant, que esconde un lastre familiar, un trauma que explica la adicción de Cassey (Cuoco) y ese fondo dramático que no pesa ni amarga, que va muy bien, muy cool, vestido de comedia. Con un toque millennial que a veces nos revienta pero también relaja.
Si son un poco ese Homo agitatus que describe con lucidez Jorge Freire en su ensayo Agitación, prueben un sorbo de este combinado de sospechas y pasiones que matan, y decidan.
Resumiendo, Cassey pasa una noche de infarto con un pasajero de su vuelo a Bangkok. Por la mañana, él aparece con el cuello rajado junto a ella en la cama. Ella ignora qué pasó, ¡pero huye! Querrán seguirla. Quizá, solo eso, seguir a Kaley Cuoco en su loca carrera sin saber si esta «Bridget noir» nos llevará, realmente, a alguna parte. Pero qué importa, una serie loca la vive cualquiera.