Qué puede hacer Trump en las dos semanas que le quedan en la Casa Blanca

OPINIÓN

Tom Brenner | Reuters

El aún presidente podría ordenar hasta un ataque a Irán, pero nada garantiza que le hicieran caso. Sus problemas empezarán después, perdiendo la inmunidad, enfrentándose a querellas de toda índole y al tremendo agujero económico de sus empresas

07 ene 2021 . Actualizado a las 19:20 h.

Donald Trump ya no puede publicar en Twitter y Facebook lo primero que se le venga a la cabeza, porque sus comentarios, a buenas horas, son borrados en pocos segundos por los robots de los gigantes tecnológicos. Pero sigue teniendo a su alcance el botón nuclear, que ni existe como tal botón ni está en la Casa Blanca ni es rojo. Los códigos nucleares son una metáfora que sirve para recordar que el presidente de EE.UU. tiene la última palabra en la cadena de mando que puede lanzar un bomba atómica. 

Y por ello en las últimas horas se han multiplicado las voces que invocan la enmienda 25 de la Constitución, aquella que permite incapacitar al presidente por razones de salud física o mental. 

El gran tema de debate en Washington, y por extensión en todo el país, no es lo que Trump ha hecho hasta ahora. Lo más preocupante es saber qué se atreverá a hacer en las dos semanas que le quedan en el cargo. O mejor dicho, qué está en su mano todavía.

La arquitectura constitucional estadounidense limita mucho lo que un presidente puede hacer por su cuenta y riesgo, más cuando tiene en contra a una proporción creciente de su propio partido y por tanto a las dos cámaras legislativas.

Esto quiere decir que Trump puede dar órdenes, por ejemplo lanzar un ataque militar a Irán, pero nada garantiza que estas sean cumplidas. El comunicado de las últimas horas, en el que a regañadientes admite que habrá una transición el próximo día 20, y de facto reconoce la victoria de Biden, no cambia nada. Al contrario, es un síntoma de debilidad, que demuestra que el todavía presidente está preparando el escenario para el día después de la retirada, con muchas papeletas para acabar procesado y probablemente exiliado para evitar la cárcel.

El presidente de Estados Unidos pierde la inmunidad un minuto después de dejar de serlo. Esto quiere decir que los tribunales le podrán perseguir a partir del día 21. El historiador Timothy Snyder, profesor de Yale experto en regímenes dictatoriales, dice que el cargo es lo único que mantiene a Donald Trump fuera de prisión. Cuando en un par de semanas el todavía presidente vuelva a ser un ciudadano común, lo primero que tendrá que afrontar será una avalancha de más de 4.000 querellas en su contra, muchas de ellas demandas civiles que podrían abocarlo a un horizonte judicial de larga duración. En el ámbito mercantil, el imperio Trump acumula una deuda de más de 400 millones de dólares, la mayor parte con el alemán Deutsche Bank, cuya ejecución podría poner en peligro parte de su patrimonio inmobiliario, muy devaluado por la crisis del covid. 

A esa montaña de demandas habrá que sumar, previsiblemente, las que se agolpen en los juzgados a partir del día 21. Con la legislación vigente, los tribunales no pueden procesar al presidente. Pero en cuanto pierda la inmunidad, se esperan cientos de querellas por abuso sexual o por casos de sobornos a cambio de silencio, como el que acabó con el abogado del presidente Michael Cohen en la cárcel. La grabación de la semana pasada, en la que Trump presiona a un funcionario electoral de Georgia, podría abrir un cuarto frente judicial, en este caso por sedición o alta traición. 

En este contexto, ¿qué puede hacer Trump para evitar acabar en prisión? Lo que no puede hacer es indultarse a sí mismo. Eso solo lo podría hacer Joe Biden, como en su día ya hizo Gerald Ford con Nixon tras el escándalo del Watergate. Pero en ese caso, el todavía presidente solo quedaría libre de posibles delitos federales, de modo que cualquier demanda en un tribunal de un estado podría seguir su curso.

Lo que parece claro es que, en la cárcel o en el exilio, arruinado o más rico todavía, a Donald Trump le costará cumplir su sueño de volver a la carrera electoral del 2024.