A raíz de la muerte de Maradona me enteré que soy abolicionista de género. Entré a ver la cuenta de twitter de Paula Dapena y ponía «Abolicionista de género», así me enteré de lo que era.
Como imagino que mucha gente estará como yo con tanto término nuevo, voy a explicar las cosas desde mi punto de vista.
He sido educado y socializado en una sociedad católica tradicional, machista, racista y homófoba. Por eso cuando tenía pelo lo llevaba siempre corto, mis pantalones son holgados sin exceso y de colores discretos. Mis zapatos, sin tacón, suelen ser marrones o negros. No me pinto las uñas, ni los labios, ni me maquillo y he necesitado un importante esfuerzo intelectual para darme cuenta que es bueno echarse crema hidratante en la cara. Soy además el típico «un paisano ye un paisano» y ya si la cosa sube de tono «se lo vas a decir a un paisano de la Cuenca».