La Liga nos roba

Rafael Arriaza
Rafael Arriaza PUNTO DE VISTA

OPINIÓN

María Pedreda

22 abr 2021 . Actualizado a las 08:45 h.

Pues tal parece que sí, que la Liga nos roba. Al parecer, a varios. Se diría que no solo los deportivistas hemos sido objeto del latrocinio interesado de las huestes de Tebas. Al menos eso es lo que se deduce del lío que se ha montado con lo de la Superliga. La deuda bruta total del Real Madrid es de unos 901 millones de euros, y la del Barça es de unos 1.173 millones. No sé por qué la llaman deuda bruta. Yo diría que más que bruta, es bestial. El Atlético de Madrid no está mucho mejor, y su deuda, al igual que las de sus dos primos de Zumosol, se ha multiplicado en los últimos diez años de manera salvaje. Desde sus palcos, los avispados presidentes de estas grandes empresas, que padecen un tipo de psicopatía que hace que por cada euro que ingresan se tengan que gastar casi dos, han encontrado la solución y a los culpables. ¡La culpa es de la Liga, que nos roba! El soniquete debió de hacer mella primero en el Barça, claro, pero lo asumieron los demás. Desde luego, yo en parte los entiendo: no es de recibo que tengan que malvivir con unos exiguos ingresos anuales de alrededor de 700 millones de euros. Pobrecitos. Concretamente, la temporada pasada, la de la pandemia que nos dejó a todos tiritando, tanto Barça como Real Madrid ingresaron la misma cantidad, 715 millones de euros. ¡Pero si con eso no se va a ninguna parte hoy en día! Para poder mantener su tren de vida, sus fichajes galácticos, y sostener a algunos entes fantasmagóricos que algún avispado intermediario les coloca periódicamente y que de vez en cuando se visten de corto y parece que saben, pero no quieren, o que quieren, pero no saben -pero que cobran religiosamente cifras de muchos ceros- y que parece que solo están ahí para lucir un corte de pelo o un tatuaje nuevo, o jugar unos hoyos de golf, o anunciar una casa de apuestas, hace falta mucha pasta cada año. Pasta que, como es lógico, si a ellos no les llega, será porque se la quedan otros que no la merecen tanto. Algunos, incluso, que sostienen sus economías sin deudas. Y otros que penamos por deudas mucho menores que las que ellos tienen, porque en su modelo de estafa piramidal aún no se ha cerrado la entrada de incautos. Y claro, tras ponerse de acuerdo en el problema y los culpables, el siguiente paso ha sido iniciar su particular procés para que los demás no les sigamos robando. Da igual que ellos ya sean los que más reciben. No les llega. Y se independizan. No, por favor, no hablo de política. Montan su chiringuito, del que aunque lo hagan rematadamente mal nadie podrá hacerlos descender, porque son socios fundadores, y esperan repartirse la longaniza a manos llenas. Y como se monta el lío, insisten en su argumento, explicando claramente que están arruinados. La verdad es que es para estarlo, con esos míseros ingresos, insisten. Por supuesto, dejando entrever que esta es una situación que ellos no querían, pero que la malvada Liga opresora no les deja más salida que la que han tomado. A menos que, claro, se llegue a un acuerdo que rellene sus arcas -a costa de vaciar otras, que el dinero no cae del cielo- para poder, en un gesto de buena voluntad, quedarse a compartir tardes de fútbol con los pobres desgraciados que les robamos.