Hace preguntas del tipo: «¿Por qué se dice «merluza» y no «merluzo»? ¿El tomate qué es: una planta, una hortaliza, un fruto? Y ya te quedas enganchada. Lo cuenta la mujer de Ferran Adrià en el magnífico documental Las huellas de elBulli, que ofrece Movistar +, en donde también ella adelanta cómo un día el chef catalán mirando un zumo de naranja clavó los ojos en la parte de arriba del vaso y le preguntó: «¿Te comerías un plato de espuma?». Y de ahí surgió uno de los hits culinarios de Ferran, un genio que se cuestiona todo, que observa todo y que ha vuelto a elBulli para sorprendernos con un proyecto bestial. No les adelanto más, pero tienen también que ver la entrevista de Buenafuente para entender que lo de menos es que Ferran sea cocinero, él está a la altura de Gaudí, de Dalí, o de cualquier creador que desde su pequeño paraíso de Roses inventa un nuevo lenguaje. Solo así se puede explicar toda la herencia que ha dejado, ya no solo en la gastronomía de José Andrés, Mugaritz o Joan Roca, sino en todos esos jóvenes a los que recibe en su puerta para enseñarles a pensar. «Yo no sé freír un huevo y aquí estoy», dice una de las chicas que se asoma al nuevo elBulli. Ese que en su día creció con ayuda de Juli Soler, el socio de Ferran, otro tipo peculiar que recibía a los comensales fumando y con una camiseta de los Rolling Stones. ¿No quieren, acaso, saber más?