Muchos amigos me decían que cuando mejor estudiaban era cuanta más presión tenían. Yo siempre fui de los que prefería espaciar y no meterme un atracón a última hora. No sé si este fin de semana ayudará (para bien) a quienes tienen en su mano el futuro de cuestiones tan importantes como la oficialidá de la llingua asturiana o la reforma laboral a entender lo importante que es su voto. Espero y deseo un anuncio por parte de Foro Asturias para que modifique la teoría de la reformina por otra que sea la de apoyar y avanzar en favor de los derechos lingüísticos, como también espero y deseo que el llamado bloque de la investidura no deje escapar la oportunidad de aprobar el texto acordado entre el Gobierno y los agentes sociales para dar carpetazo a los puntos más lesivos de la normativa laboral del PP de Rajoy que se lleva aplicando hace diez años. En ambos casos, no solamente quienes gobiernan tienen una responsabilidad enorme en hacer historia, sino que también se verá si el resto de actores políticos están a la altura de las circunstancias o, por el contrario, dejan las cosas como están aun cuando no les guste del todo.
La geopolítica ha puesto su punto de mira en Ucrania, donde en la última semana se han incrementado las tensiones a cuenta de la disputa entre Estados Unidos y Rusia por el control militar de la zona. La posible integración del país en la OTAN es lo que ha desencadenado este conflicto, que por ahora es diplomático pero que tiene pinta de que llegará a ser militar. Putin no quiere perder su influencia, tal y como hace con Bielorrusia, y Biden no quiere otro fracaso como le ocurrió el pasado verano en Afganistán. En el medio nos encontramos los europeos, que seguimos haciendo historia de la misma manera: vamos divididos entre lo que nos pide el corazón y entre lo que nos pide la cabeza, porque cabe recordar que nos situamos entre mantener una estrecha relación con los norteamericanos con la necesidad de que los rusos no nos corten el gas. Espero que al final el pueblo ucraniano no se vea envuelto en una guerra por todo lo que ello supone.
Las encuestas publicadas a raíz de la campaña electoral que ha comenzado esta pasada madrugada en Castilla y León dejan claro que la disputa por la presidencia estará entre el señor Mañueco y el señor Tudanca. Salvo en el caso de Soria, el resto de agrupaciones de electores en otras provincias tendrán más complicado hacer historia en la España Vaciada. Ciudadanos puede que consiga representación parlamentaria a diferencia de lo ocurrido en la Comunidad de Madrid, pero claramente seguirá la tendencia de las últimas catalanas. Vox no parece que vaya a asumir ese espacio que deja el partido naranja y Unidas Podemos la verdad es que podría mejorar resultados pero sin que tampoco suponga un gran resultado. Lo que está claro es que estas elecciones tendrán una clara lectura nacional, y en función de lo que el PP consiga de aquí, sospecho que despejarán la duda de si adelantarán o no los comicios en Andalucía.