Rendición de la banca y algo más

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

Alberto Ortega | Europa Press

11 feb 2022 . Actualizado a las 09:05 h.

Ayer, cuando abrí el ordenador me encontré una carta del banco en la que me informaba, no sé si por ser cliente o persona mayor, de lo siguiente: de que a partir del lunes abrirán sus oficinas hasta las 14 horas. «Esperamos que todo sea más fácil a partir de ahora», me decía. Además, me recuerdan que dispongo de 4.600 oficinas de Correos donde puedo retirar dinero. Y que tengo 7.000 cajeros automáticos. Y que dispongo de un contact center, qué bien sonaría si supiera lo que es. Y que las oficinas serán reforzadas con «embajadores séniores», cuánto honor. Me quedé muy satisfecho, porque el personal de Correos es magnífico y hasta me pondré la corbata cuando vaya al contact center y no os digo cuando me reciba mi «embajador sénior», que supongo que habrá presentado cartas credenciales.

Visto de otra forma, he ahí el escrito de rendición de la poderosísima banca ante los indefensos viejecitos que, cuando se unen, tienen una fuerza descomunal. La revolución sénior ha comenzado a triunfar. Las entidades financieras se han acongojado ante las 600.000 adhesiones que recibió el activista Carlos San Juan y que «casualmente» tropezó con Nadia Calviño a la entrada del Ministerio de Economía cuando entregaba la caja de firmas. Los bancos lo aguantan todo, menos la mala fama. Lo que hoy deseo aportar es que la rebelión que provocó el seísmo no es solo de los jubilados, que son cerca de diez millones. En el diario digital 65ymas hicimos una encuesta a la que respondieron más de 11.500 lectores y la primera sorpresa es que la exclusión digital no afecta solo, para entendernos, a los «viejos»; afecta a los mayores de 50 años, que se encuentran en plena actividad laboral y pleno rendimiento en sus empresas. Los mayores de 50 años somos en este país más de veinte millones de personas. Si tanta gente tiene dificultades para efectuar gestiones bancarias por medios tecnológicos, el problema ya no es solo de la banca: es un problema social de enorme magnitud. Es la demostración de la inmensa brecha digital que existe en España. Y es una prioridad en el programa de modernización del que presume el Gobierno.

Porque no crean ustedes que las dificultades son pequeñas. El nivel de insatisfacción, según la encuesta de 65ymas, llega al 70 %. La confesión de falta de conocimientos para operar con banca digital alcanza un 48 % (también entre las personas de 50 años de edad). Y esos resultados son uniformes en todo el país, da igual que hablemos de las grandes ciudades o de la España vaciada. Así que el problema no se limita a la relación mayores-banca. Es general del país. Lo que ocurre es que en los bancos se cobra la pensión y se prestan (y se cobran) servicios básicos. Y además, qué diablos, han ganado 19.000 millones el año pasado, en gran parte por cerrar oficinas y abandonar la atención personal.