Ahora que se acaba de estrenar la serie sobre Ángel Cristo y Bárbara Rey han empezado a rular por las redes cortes de programas de televisión de los años 90 donde se les entrevistaba. Y hay uno en concreto en que se ve cómo a Ángel se le empieza a preguntar por el maltrato a Bárbara Rey. Un maltrato, con palizas, que ya era conocido por todos, pero que en aquella época aparecía desdibujado. En ese programa, un amigo de Ángel, conocedor de la historia, le decía a la cara: «Yo te he visto cómo la empujabas, cómo le tirabas del pelo, cómo la insultabas...». Y Ángel, en su perfil de domador, le replicaba por todo lo alto: «¿Pero le pegué?». En ese ambiente, lo que espeluzna del vídeo no son solo las palabras de Ángel, sino la carcajada brutal del público que, en aquella época, aún era capaz de reírse de la broma de un maltratador. Pegarle a una mujer —y a una mujer del perfil de Bárbara— todavía pasaba el corte. Era esa misma sociedad que no aceptó tampoco el maltrato a Carmina Ordóñez y a muchas otras mujeres de ese estatus social. Hoy, esos vídeos nos avergüenzan y nos sacan los colores, como nos los sacarán en el futuro todas las babosadas que se dicen estos días sobre la chica que ha denunciado a Dani Alves. Aún hay quien califica como «aprovechadas» a esas mujeres que se acercan a los futbolistas, aunque luego acaben siendo violadas. Tenemos la mirada torva y confundimos todo. «Putita», le llamaba el jugador. Justicia es lo que necesitamos.