Nueva etapa para DX en su cuarto de siglo de vida

Yolanda Vázquez

OPINIÓN

XV Festival de Artes del Movimiento. Danza Xixón 2025
XV Festival de Artes del Movimiento. Danza Xixón 2025

La cita con la danza, una de las más veteranas de nuestro país, cumple un cuarto de siglo impulsando el contemporáneo en España, que sigue pendiente de su internacionalización. Este año se renueva el camino de una marca obligada a crecer. En su veinticinco aniversario, Danza Xixón salda su deuda con la danza urbana, promueve un proyecto de mediación para personas mayores y programa la importante participación de la coreógrafa internacional, y avilesina de cuna, Olga Mesa. El contemporáneo viene de la mano de Paula Comitre y Lucía Álvarez y de los navarros Led Silhouette

19 sep 2025 . Actualizado a las 08:12 h.

Esta edición de Danza Xixón consta de 25 días de actividad para 25 años fraguados coincidiendo con un cambio de gestión en lo que a programación se refiere. Idoia Ruiz de Lara, actual encargada de Fetén y hasta esta pasada primavera también de DX, ha dejado esta responsabilidad, que ha asumido Jimena Rodríguez, licenciada en Historia y directora de programas en la Fundación Municipal de Cultura de Gijón. Desde el próximo día 2 de octubre y hasta del día 26, Gijón rebosará danza, con más de una treintena de espectáculos programados y varias novedades que ayudan a celebrar la efeméride. Los escenarios y espacios que acogerán las representaciones son el Centro de Cultura Antiguo Instituto (CCAI), el Teatro Jovellanos, Laboral Ciudad de la Cultura y Espacio Escénico El Huerto. La actividad en vía urbana se desarrollará en puntos como la Plaza del Marqués o el Centro Municipal de El Llano, amén de otras localizaciones en varias zonas de la ciudad.

Foco de interés es la propuesta que la compañía navarra Led Silhouette plantea con Halley, una pieza de 2024, que viene de la mano de Jon López y Martxel Rodríguez, intérpretes y colaboradores habituales de La Veronal, que en 2016 sintieron la pulsión de la creación, en la que desde entonces y de forma individual se encuentran. Halley plantea, de mano, una reflexión en voz alta sobre las conexiones entre personas, el factor humano invisible que centra el hilo vital de la existencia como una continua perpetuidad. También, habida cuenta de lo que trae el programa, llega Losdeade, compañía madrileña, capitaneada por Chevi Muraday, de larga trayectoria, que trae el 10 de octubre al Jovellanos Tantas flores; y que será a partir de las 20:30 h. La pieza aborda la sensibilidad y vulnerabilidad desde la óptica masculina. A ver qué y cómo se aborda.

Entre los platos fuertes destaca la bailaora de flamenco Paula Comitre, premiada como artista revelación en 2020 en el Festival de Jerez y que formó parte del Ballet Flamenco de Andalucía. Este abril recibió el Premio Lorca a la mejor intérprete de danza española-flamenco. Viene al patio del CAI con su compañía y trae la pieza Apres vous, madame. Será interesante verla en vivo y más tras saber de su éxito en el pasado Festival de Itálica, esa joya de encuentro con el mejor flamenco que trata de paliar los vicios contraídos por la costumbre en otras citas más longevas y grandes. La flamenca Lucía Álvarez «La Piñona» también estará presente en Gijón, y lo hará con Insaciable, el sábado 11, en el Antiguo Instituto, a partir de las 20:30 horas. Para los aficionados al flamenco, dos citas para no perder.

Desde otro ángulo, mencionar a los valencianos Héctor Plaza y Quico López que estarán el domingo, día 12, en la Plaza Mayor. También destacable es la propuesta de la compañía de Elías Aguirre que abrirá camino en el Paseo de Begoña con Flowerheads. La compañía también tendrá representación en el CAI con Aurunca, el viernes 3 de octubre, a las 20:30 h., día que arrancan las representaciones. Pero si ha de nombrarse este año una producción nueva asturiana, esta es el de la compañía Proyecto Piloto con Rebeca Martín Tassis al frente. Sin embargo se mueve se estrenará el día 18 de octubre, a partir de las 20:30 h., en el Jovellanos. También la compañía asturiana Zigzag Danza celebrará su cuarto de siglo de vida sobre la escena con varias representaciones en diversas localizaciones: Aupapá, Jardín secreto y Mímesis. El patio del CAI también alojará a Pablo Dávila Producciones con Duetos sobre la fortuna.

La verdad escénica de Olga Mesa; por fin en casa

Si algo tiene de muy positivo esta edición es el hueco que le ha abierto a la relevante participación de la coreógrafa y bailarina asturiana Olga Mesa (Avilés, 1962), parte esencial de la historia de la danza española y que ha sabido trascender como pocas con su trabajo los márgenes de lo cotidiano y la realidad. La avilesina aborda en sus creaciones dimensiones corporales —acompañadas, a su vez, de otras disciplinas artísticas que van más allá de la mera hibridación— de las que en buena medida es responsable su compañero de viaje artístico, el vasco Francisco Ruiz Infante (Vitoria, 1966). Una lectura corporal en escena que interroga, tanto al cuerpo como a la visión del cuerpo, es la constante de la coreógrafa, que actualmente desarrolla su trabajo en Estrasburgo, aunque vuelve a su tierra de vez en cuando, a Avilés concretamente. Su emblemática pieza Esto no es mi cuerpo puso marco artístico a un modo creativo singularísimo, rico de significantes, campos semánticos y estética, dentro de un territorio de interacción coreográfica, intercedida por otros elementos en el que la imagen cobra un papel primordial. La semiótica en dos y tres dimensiones es clave para la autora.

Acostumbrada a crear investigando, atendiendo a bases y conceptos siempre modernos, ha sido verdaderamente una de las pioneras en este campo en el panorama español; tanto es así que su obra adquirió eco antes fuera de España que en España. Perteneciente a la generación de Blanca Calvo y La Ribot, Mesa ha procurado mantenerse fiel a una línea de trabajo centrado en entender la obra como un todo a la vez que como un fragmento, un plus que han perdido (o no han sabido encontrar) muchos creadores actuales: explicar lo general desde lo concreto y viceversa.

La alquimia de la investigadora y artista estará presente en Danza Xixón en torno al programa Una Mesa propia (danza de manos), que se desarrollará el miércoles, 15 de octubre, y el sábado 28 en Laboral Centro de Arte. La asturiana también tendrá tiempo de encontrarse con el público en el espacio La Danzatería; eso será el día 17, viernes, a partir de las 20:30 horas. Olga Mesa fue distinguida en 2016 por la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa. Era tiempo, pues, de que una cita escénica asturiana dedicara espacio, aire propio, a una de nuestras mejores creadoras, no solo por su carrera y reconocimiento internacional, sino por haberse aupado como una de las más completas personalidades de la danza contemporánea. El Festival de Cine de Gijón debería fijarse más en ella.

Saldar la deuda con la danza urbana

Así, en genérico, si en Asturias había una deuda pendiente era con la danza urbana. Este año, por fin, la cita gijonesa se abre al baile callejero, presente o muy presente en otras citas nacionales, como la de Cádiz en junio, y aborda de forma programada y profesional el reto de organizar algo con identidad propia. Y si hay un nombre y un hombre de referencia en este campo, ese es Lucas García, coreógrafo y bailarín y fundador de Meraki Cia. Él es el responsable de una de las grandes novedades de la cita: el I Certamen Urban Moves, dedicado íntegramente a estos estilos de danza en la calle, y que se desarrollará entre el 14 y el 18 de octubre, inscripción previa, contando con un jurado experto formado por Mai (Unity Proiektua) de San Sebastián, Antonio León, del Colectivo Premohs de Málaga, y Silvilock (Let’s Grow) de Valencia. Estilos como el popping, relacionado con el funk, o el locking, vinculado al hip hop, tendrán cabida de forma profesional en Danza Xixón. Ya era hora.

Otra iniciativa nueva, en la antípoda de la anterior, pero no por eso menos importante, es la que se abordará en el programa Trazando conexiones, que acoge un proyecto de mediación en centros de atención y en residencias de personas mayores con el ánimo de trazar una vida en danza, una idea en la que está especialmente implicada la Fundación Municipal de Cultura y que se realiza colaboración con el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón y con la implicación especial de Servicios Sociales del Ayuntamiento gijonés.

Inyectar actividad al espacio de La Danzatería, creado hace dos años, es otro de los objetivos de la presente edición. El lugar, situado en la primera planta del Antiguo Instituto, continúa en parte con el camino ya emprendido y contará con encuentros y presentaciones; entre ellas, la del pintor Federico Granell y con una proyección artística de Paco Nadie, además de otras intervenciones.

La Danzatería será también el espacio que acogerá los encuentros con el público tras las representaciones programadas en el patio del Antiguo Instituto. Quizá se hace necesario decir que esta fórmula de interacción, algo manida ya, y con claros síntomas de agotamiento (bien es verdad que según de qué artista se trate y de cuál sea el planteamiento), a veces provoca el efecto contrario al pretendido, y que en lugar de ayudar a entender lo visto, contribuye a enquistar el estereotipo de que la danza contemporánea no se entiende. Hay artistas que están preparados para hacer esto y los hay que no. Y ejemplos vergonzantes en diversas cajas escénicas en el Principado ha habido unos cuantos. A modo de cierre, el último día, el 26, tendrá lugar el Danzódromo, previsto en la Plaza del Marqués, como fiesta final, donde el público será el verdadero protagonista.

Qué son 25 años

Mucho ha llovido desde que el Ateneo de La Calzada, ese edificio tan blanco-gris por dentro y por fuera, viera trasegar danzantes, más o menos profesionales (a veces muy poco), y echara a andar una iniciativa que 25 años después se ha convertido en algo perfectamente reconocible fuera del Principado y que ha traído a compañías nacionales y a alguna internacional de gran calado artístico. Marcos Morau & La Veronal, una de las constantes del certamen siempre, Teresa Nieto o la magnética y enorme compañía de Sidi Larbi Cherkaoui, que se llegó al Jovellanos con Sutra en 2018, de la mano de 21 mojes del Templo Shaolin, son muestras del carácter tan ecléctico como monumental de un tiempo de danza en octubre que trasladó al resto del país la idea de que en Asturias sabemos gestionar y programar contemporáneo. Tanto es así, que la iniciativa en su edición número XIX programó, adelantándose a otras citas, el Premio Max a la mejor coreografía en 2019, otorgado a Kukai Dantza por Erritu, una eclosión de etnia afincada en el solidario y buen terreno de la universalidad. Eso que de algún modo debe ser identidad bien entendida; nunca excluyente. Histórica (y antropológicamente) nuestra tradición dancística ha sido folklórica. Grosso modo, se puede decir que los asturianos nacimos al contemporáneo de la mano de DX. O lo que es lo mismo: la danza salió del barrio.

Cumplir un cuarto de siglo es una oportunidad única para marcar el inicio de una nueva etapa, sí, pero también para redefinir y concretar objetivos y ampliar lo que sea necesario para hacer del futuro de la cita algo cuya actualidad, versatilidad y pluralidad desemboquen en mantener a Asturias bajo el foco nacional de los encuentros por excelencia del contemporáneo más audaz; algo en lo debería estar el Principado implicado más directamente. Danza Gijón, así se llamaba primero, y Danza Xixón después, consiguió una notabilísima expansión, bastante más allá de las montañas que nos rodean, gracias a la práctica de buenos intercambios de promoción externa, y haciendo hincapié en lo que constituye Gijón como plataforma de influencia de cara al exterior, centrando este objetivo en la idea de crear un área de influencia fuera para las artes escénicas: es decir: que venir a exhibir aquí es bueno. Sigue por ello pendiente (y ausente) abordar el inicio y la cita con la internacionalización.

Por otro lado, el efecto rebote de los logros internacionales de Fetén, de los cuales la cita siempre se ha visto favorecida, ha hecho una labor de acompañamiento; no en vano son proyectos que siempre han ido muy pegados en el calendario. Y eso se notó ampliamente en el crecimiento exponencial de la muestra, de 2010 en adelante; pero, sobre todo, se notó, además de en el presupuesto, en el prestigio que paulatinamente ha ido cosechando. En poco tiempo se pasó de buscar representaciones a gestionar las atenciones que le prestaban las distribuidoras. Un prestigio que hay que cuidar y mantener; Danza Xixón no puede permitirse perder su propia referencialidad, ni dentro ni fuera de Asturias. (Por cierto, DX es una de esas iniciativas que ha contribuido como ninguna otra a dar singularidad propia, con valor de uso artístico, a un edificio como el Antiguo Instituto. La estela de entarimar el patio central y hacer actos de relevancia para la ciudad la copió en su momento hasta la Policía Local.)

Aun con todo, para muchas compañías de danza y de danza-teatro sigue siendo difícil exhibir en Asturias. La ausencia de una plataforma red, plenamente integrada en Redescena con entidad y gestión propia, al igual que lo están muchas otras comunidades autónomas, debería ser prioritaria. En general, desde fuera es difícil hacerse una idea algo más cabal de lo que pasa y no pasa con la gestión de las artes escénicas en nuestra región, que si bien cuenta con el programa-impulso Escena en rede, debería seguir dando pasos en esa dirección; un deber que ya es hora de cumplir. O, en otro orden de cosas, resolver el misterio de por qué no se programa más al asturiano Manu Badás en su propia tierra.

Como si fuera premonitorio, en la presentación de la XXV edición de DX, este miércoles, la concejal del ramo en el Consistorio gijonés, la forista Montserrat López, desgranó algunas de las ideas y objetivos del proyecto, chuleta en mano, y acudió a la rueda de prensa en el Antiguo Instituto, vestida de azul, el mismo color que la mariposa del cartel de la edición de este año. A ver si eso significa que el año que viene incrementa el presupuesto del certamen, que hace tres ediciones se recortó (y se ha seguido ajustando) en una cifra cercana a los 20.000 euros; muchos euros de menos para las artes escénicas.

Por su parte, Verónica Rodríguez, responsable del Departamento de Innovación de la FMC de Gijón, señaló la intención de seguir «cuidando mucho» la cita de octubre con la danza, en un año literal y metafóricamente bisagra, igual que el cuerpo e identidad de la mariposa, imagen gráfica de esta edición. Habrá que ver qué depara el futuro y cómo. La presentación en rueda de prensa contó también con la asistencia del Antón García, director general de Acción Cultural y Normalización Lingüística del Principado, siempre pendiente de todo lo relacionado con las artes escénicas.

Octubre siempre ha sido el mes por excelencia de la danza en Asturias; debe seguir siéndolo con coherencia y nivel otros veinticinco años más. Eso requiere acciones y directrices concretas, pero sobre todo criterio y coherencia; no encasillarse, dar con proyectos e ideas que tengan continuidad o que demuestren tenerla con verdadera dimensión artística, que lo que busquen no sea un hueco, sino aportación, recambio y movilidad; y todo ello refrendado con más presupuesto. La edición de este año se ha desarrollado con un montante en torno a los 140.000 euros; ciertamente no se puede hacer más con menos; pero no es cuestión de ajustar cada año más. No más recortes; más bien al revés: inyección, de lo contrario algo que costó tanto situar como referente puede disminuir y encasillarse pronto y, entonces, cambiar de rango y convertirse en otra cosa. Eso no es bueno para nada ni para nadie.

Asturias siempre ha sido minifundista, cada uno con su chabolu y parcelita, y en lo escénico, aunque se han logrado cosas, sobre todo por los que sí saben ser profesionales —cada vez son más—, todavía hay demasiada gente que parasita. La que vive de la danza sin saber de ella.

XV Festival de Artes del Movimiento. Danza Xixón 2025

Web: https://www.gijon.es/es/eventos/danza-xixon

Entradas: https://www.gijon.es/es/eventos/informacion-danza-xixon-2025

Fechas: Del 2 al 26 de octubre. Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular del Ayuntamiento de Gijón, 2025.

Gijón-Divertia-Teatro Jovellanos. Inaem. Principado de Asturias. Camino Escena Norte. Laboral Ciudad de la Cultura. Laboral Centro de Arte y Creación Industrial. El Huerto, espacio escénico. Postigo Abierto. Gijón Social. Conservatorio de Música y Danza de Gijón. Esad. Escuela de Arte de Oviedo. Apda. Festival Internacional de Cine de Gijón. Laboral Cinemateca. Mercado Artesano y Ecológico.