Un paseo por la heroica ciudad después de la siesta

Jesús Collado REDACCIÓN

OVIEDO

Turistas en Oviedo
Turistas en Oviedo

La ruta clariniana elaborada por la Universidad a petición del Ayuntamiento repasa las correspondencias entre la Vetusta ficticia y el Oviedo histórico

26 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, en una carta al filósofo Bertrand Russell citada con mucha frecuencia, James Joyce dejó dicho que, en el caso de que un ataque nuclear destruyera Dublín, sería posible reconstruir la ciudad ladrillo a ladrillo gracias a su Ulises. Era una fanfarronada (por no hablar del mal gusto de la reacción narcisista a la devastación y las vidas perdidas) que el austero Clarín habría evitado si se hubiera aplicado a promocionar La Regenta en su correspondencia. Ninguna novela puede aspirar a tanto, pero la Vetusta de ficción es una versión tan ligeramente maquillada del Oviedo de la Restauración que la búsqueda de correspondencias entre la ciudad literaria y el trazado urbano auténtico que sobrevive pasados más de 130 años de la publicación del libro se ha convertido en un reclamo turístico de primer orden.

No hace falta, sin embargo, ser un turista, buscar publicaciones privadas ni apuntarse a las visitas guiadas de pago para lanzarse a la calle a seguir los pasos de los personajes o a localizar los escenarios de la trama. La Universidad de Oviedo elaboró en el 2013 un catálogo de emplazamientos clarinianos (www.rutaclariniana.es) que el Ayuntamiento presentó en la feria Fitur del año siguiente. Su contenido sirve como excusa perfecta para un paseo reposado y para lanzar una mirada con perspectiva histórica a lugares que cualquier ovetense recorre en su día a día.

El recorrido puede partir de diversos puntos. La Catedral, donde comienza y acaba la novela, parece el lugar más fiel a la trama, pero existen otras posibilidades. Por ejemplo, puede accederse al Antiguo, transformado en la novela en el barrio de La Encimada, desde el Campillín, a través de la calle Magdalena. Ahí cerca, al principio de la calle Campomanes, vivió el novelista durante cerca de veinte años, incluidos los de la redacción y la publicación de La Regenta. Una mezcla de Magdalena y Cimadevilla pasó a sus páginas como calle de El Comercio, uno de los lugares favoritos de paseo y compras en Vetusta a la caída de la noche.

Por Magdalena se puede ir sin rodeos hasta el Ayuntamiento. Ante él, la actual plaza de la Constitución era para Clarín la plaza Nueva y la iglesia de San Isidoro de la realidad se camuflaba como parroquia de San Isidro. También se puede coger un desvío hacia El Fontán. En la novela, el mercado se montaba en la plaza del Pan. Un poco más abajo, en lo que hoy es la Biblioteca de Asturias, se levantó durante dos siglos el corral de comedias de la capital, aunque Ana Ozores se habría referido a él como el Coliseo. Allí asiste la protagonista a la representación del Tenorio que le cambia la vida.

Cerca de la Catedral, es casi imposible mirar a la torre sin un pensamiento para el magistral Fermín de Pas. Por San Francisco, se deja atrás el edificio histórico de la Universidad, que no se visita en La Regenta, y aún se puede prolongar el paseo Uría arriba, hacia la estación de ferrocarril. Ese barrio nuevo, el ensanche de la ciudad que desbordaba sus murallas, se llama en la novela La Colonia y el nombre resume lo que era la calle en aquel momento: una vía recién abierta, embarrada en las semanas lluviosas y flanqueada por huertas, chalets y casas de indianos. Encima de ella y en sus alrededores creció el moderno centro.

Escenarios de 'La Regenta'

1-. Oviedo Antiguo. El casco histórico de la ciudad, comprendido dentro de la antigua muralla, está representado como el barrio de La Encimada.

2-. Ensanche del siglo XIX. La calle Uría, que avanzaba en línea recta desde el Carbayón hasta la estación del Norte, aparece como centro de La Colonia.

3-. Palacio de Valdecarzana. Como sede del casino, el edificio, cuya parte más antigua data del siglo XVII, aunque tiene añadidos del XVIII, en la novela simboliza la vida de provincias.

4-. Palacio de Camposagrado. La actual sede del Tribunal Superior de Justicia de Asturias es la Audiencia en Vetusta y el lugar de trabajo del regente.

5-. Catedral y Capilla de las Santas Reliquias. La referencia al templo, en cuya torre gótica tienen lugar el célebre inicio de la novela y la presentación del magistral De Pas, y a su Cámara Santa apenas está disfrazada. En su interior también se cierra la narración.

6-. Biblioteca de El Fontán. Su fachada aún recuerda el corral de comedias estrenado en el último tercio del siglo XVIII, donde Ana Ozores asiste a la representación del Tenorio que acelera la acción.

7-. Campo San Francisco. En la novela se divide en dos zonas de esparcimiento para los habitantes de Vetusta. El paseo del Bombé estaba abierto desde principios del siglo XIX y en 1875 empezó a incorporar fuentes para darse un aire más señorial. En la novela aparece como Paseo Grande y compite en atractivo con El Espolón, que es el disfraz literario del Paseo de los Curas, situado encima del Bombé, en lo que hoy es el límite superior del parque con la calle Santa Susana. En el Campo puede visitarse también el monumento a Clarín, erigido alrededor del busto del escritor instalado en 1931.