Vivir por y para comer: la muerte en vida de los comedores compulsivos

Claudia Granda OVIEDO

OVIEDO

Miembros de uno de los grupos de comedores compulsivos
Miembros de uno de los grupos de comedores compulsivos

La asociación de Comedores Compulsivos Anónimos lucha día a día por superar su adicción, una enfermedad real y desconocida

24 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Adela es comedora compulsiva «de toda la vida». Lleva cinco años acudiendo cada semana a las reuniones de Comedores Compulsivos Anónimos donde, con el resto de sus compañeros trata de hacer frente a esta enfermedad. Adela no es su nombre real, pero sí su problema. «Esto es algo mucho más profundo que atiborrarse, porque esconde una falta de canalización de las emociones. No sabemos gestionarlo de otra manera», explica. En la sala la acompañan cuatro compañeros más. Cada uno con su historia, su adicción, su problema y su cuerpo. Su denominador común: querer dejar de comer compulsivamente. «Aquí no estamos todos gordos, también hay personas delgadas. Hay cabida para cualquier comportamiento que no sea normal con la comida, como la bulimia o la anorexia», explica Adela.

Antes de comenzar a relatar sus testimonios, todos coinciden en dejar clara una cosa. La adicción a la comida es una enfermedad real, a nivel emocional y a nivel físico. Llegar hasta aquí no ha sido un camino fácil, dado que el primer paso, que es admitir el problema, ha sido duro para todos los que rodean la mesa. Pero lo han conseguido, aunque el trabajo que queda por delante aún es muy largo. 

«Esta enfermedad es crónica y progresiva, es un comportamiento», cuenta Adela. Ponerle freno es necesario, dado que esta adicción a comida crece con el paso del tiempo y, en esta sala, más de uno ha perdido a compañeros por el camino. Pero todos son positivos y afirman que este problema tiene solución. Eso sí, con constancia. «Es una enfermedad que se trabaja a diario», recalca. Para poder avanzar en este camino, el apoyo entre compañeros es fundamental. Por eso son varias las herramientas que se ponen a disposición. Por un lado, las reuniones, con las que rompen el aislamiento que les ha generado la comida. El teléfono para ellos es otro método de ayuda para acceder a sus compañeros en los momentos de flaqueza.  Por último, el apadrinamiento.

Identificar el problema y enfrentarse a él

A la hora de hacerle frente a la comida es necesario analizar qué tipo de situaciones o actitudes pueden llevar a una persona a comer compulsivamente. Algunas de ellas son hacerlo frente al televisor, sentirse enfadado o cansado, o encontrarte aburrido en casa. Acudir a Comedores Compulsivos Anónimos (OA) es el primer paso para muchos de ellos para eliminar estos comportamientos. «OA es una hermandad de hombres y mujeres que comparten su experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otro a recuperarse», lee Adela de una de sus muchas carpetas.

La literatura que usan para afrontar su adicción es variada, y basada en la de Alcohólicos Anónimos. «El problema es que esta adicción es bastante fastidiada. Los alcohólicos dejan de beber alcohol, pero nosotros tenemos que comer al menos tres veces al día», explica. Un problema muy importante para ellos, dado que la inmensa mayoría ha tenido que aprender a diferenciar el hambre física y el hambre emocional. «Hay mucha gente que aquí ha sentido por primera vez en su vida lo que es el hambre física», cuenta.

La adicción a la comida es una enfermedad que puede llegar a ser mortal. Algunos la definen como una muerte lenta y dolorosa que puede derivar en otras enfermedades como la diabetes o el cáncer. Otros dicen que es la muerte en vida, vivir por y para comer. «Pasarte el día frente al televisor comiendo compulsivamente y cargado de remordimientos, ¿eso es vida?», se preguntan. 

Los doce pasos

La filosofía de OA se basa en la ejecución de los 12 pasos. A través de estos objetivos guían su camino hacia la desintoxicación. La aceptación del problema es el primero de todos. A este le siguen otros como realizar un listado de todas aquellas personas a las que han dañado o reparar todo lo malo causado, hasta llegar al último paso: la superación. La consecución de todos ellos es muy importante y el apoyo entre todos sus miembros, fundamental. «Es un esfuerzo continuo, no tienes nada garantizado», afirman.

La asociación

Comedores Compulsivos cumple 25 años el próximo 7 de diciembre y su próxima convención nacional tendrá lugar en Asturias, los días 10, 11 y 12 de mayo. Además, el 1 de diciembre impartirán un taller dedicado a cómo conseguir la abstinencia al que podrán acudir todos los interesados. 

Las vías de acceso a la asociación son dos, su página web, comedorescompulsivos.es y su número de teléfono 651 346 249.