La curiosa historia del cuadro que rula de bar en bar por La Tenderina

Nacho G. Ruano

OVIEDO

El cuadro de «Manolín el Navetu» en el bar Casa Quilo de Oviedo
El cuadro de «Manolín el Navetu» en el bar Casa Quilo de Oviedo

Manolín, que se mudó de joven junto a su hermana a Oviedo, da la bienvenida a los clientes de Casa Quilo desde una peculiar perspectiva

17 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un hombre mayor, «que ronda los 70 años» según sus conocidos, vigila expectante quién entra a Casa Quilo, el bar más antiguo de La Tenderina. En las paredes del local cuelga el legado histórico más curioso de este barrio ovetense. El cuadro de «Manolín el Navetu», uno de los personajes más queridos de la zona, pende de una de las paredes de este establecimiento. Una historia que se remonta a la década de los 70, donde se fraguó una colecta popular que daría lugar a esta obra pictórica.

«La chavalería de entonces (1977) quería mucho a este señor, y coincidían siempre con él en el bar Emilio, cerca de donde tenía su casa, en la llamada Caleya del Cordero, ahora la zona de Río Dobra. Estaba por la mañana en el bar, iba yo con mi padre y estaba él ahí. Luego iba a comer y a la tarde volvía. Se llevaba mucho con los chavales, que salían bastante con él. Le quisieron brindar un homenaje y por ello llevaron a cabo una colecta popular en la que se recaudaron 26.750 pesetas para pagar al pintor, D.J. Amandi. Después de tomar una fotografía para tener la imagen de referencia, lo inmortalizó en la misma pose que mantenía en el bar al que iba diariamente», explica Eduardo Moreno, de Casa Quilo, quien guarda muchos recuerdos de quien fuera uno de los personajes más queridos de este barrio.

El hijo de Delfina Moreno, la propietaria del establecimiento que actualmente aloja el cuadro, muestra el documento que registra la propiedad de la obra, en la que aparece una serie de términos que deben regir el destino del cuadro. «El cuadro ha sido pagado por los clientes del bar Emilio, y no puede venderse ni donarse, ni ser sacado del barrio. Debe exponerse en un sitio público y, tras el cierre del establecimiento que lo tenga, pasará al siguiente local en orden de antigüedad», recoge el documento.

A pesar de esta entrañable historia, que constituye un verdadero legado histórico para La Tenderina, no todos los habitantes del barrio conocen la figura de «Manolín el Navetu». «Hay mucha gente que llega al bar y me pregunta por el cuadro, si la persona que aparece es mi abuelo. Al haber venido mucha gente nueva al barrio, todavía hay personas del lugar que desconocen el origen y la historia del cuadro», afirma Eduardo Moreno.