«No hay un planeta B»

Nacho G. Ruano | ANA PAULA GARCÍA REDACCIÓN

OVIEDO

Cientos de jóvenes abarrotan La Escandalera en la segunda protesta del día en Oviedo contra el cambio climático

15 mar 2019 . Actualizado a las 20:44 h.

Un ambiente entre festivo y revolucionario se respiraba en La Escandalera, donde cientos de personas se concentraron como protesta ante el cambio climático, en una jornada en la que miles de ciudades de todo el mundo salen a las calles para decir alto y claro que «no hay Planeta B». Ha sido una exhibición de apoyo de diversos colectivos estudiantiles y de jóvenes, a las que se han sumado personas de todas las edades unida por una causa común en todo el globo: combatir la contaminación y la subida de las temperaturas.

Los manifestantes apuntaron al sistema vigente como culpable de la escalada de polución que sufre el planeta y el desdén de las multinacionales por la conservación del medio ambiente. Unas compañías a las que se acusan de primar los beneficios antes de la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. «No hay economía en un planeta muerto», «¿Y tú que comes?, «Ni un grado más ni una especie menos». Estos eslóganes han sido comunes en concentraciones de todo el mundo.

La convocatoria de la tarde ha tenido una respuesta mucho más multitudinaria que la organizada al mediodía. El grupo que ejerció de portavoces se subió al pequeño estrado de La Escandalera con la pancarta oficial de la convocatoria que resumía el mensaje que querían lanzar: «Emergencia climática 15-M. Si el planeta fuera un banco ya lo habrían rescatado». Al megáfono, Manuel Franco Pire, trataba de animar a todos los asistentes. Lo consiguió. Aunque la cita era a las siete de la tarde, hora y media más tarde todavía quedaba gente concentrada y concienciada contra el calentamiento global

Tampoco los más pequeños de la casa quisieron perder la ocasión de tomar parte de esta concentración. Las pancartas de los niños se entremezclaban con el laberinto humano en el que se convirtió la céntrica plaza ovetense. Para concienciar sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases contaminantes, las mascarillas fueron un producto recurrente en esta protesta, a modo de visibilizar una realidad que repercute de forma negativa en la salud. Niños, jóvenes, adultos y mayores alzaron la voz juntos por el futuro de la «madre Tierra». Porque, como claman los manifestantes, «no hay Planeta B».