El personal del Albergue pide a las familias que antes de adoptar evaluén si tienen tiempo, medios y ganas para convivir con una mascota: «Son para toda la vida»
01 jul 2019 . Actualizado a las 15:11 h.El de Edu ha sido el último caso. Un cachorro de dos meses al que maltrataron hasta dejarlo tuerto y dejaron después en una bolsa de plástico en el barrio de Vetusta. Le encontró la Policía, que ya busca al responsable del abandono. Los agentes le llevaron al Albergue de Animales de Oviedo, donde se recupera de la cirugía que le practicaron para tratar sus lesiones.
En el centro viven 201 perros y 14 gatos y se espera que el número de recogidas aumente en las próximas semanas. Un fenómeno que, lamentan los trabajadores de las instalaciones, se repite cada verano. Un periodo en el que, además de aumentar las entradas de mascotas, se reducen notablemente las salidas.
Más camadas indeseadas
Con el aumento de las horas de luz se dan mejores condiciones para la superviviencia animal. Es por eso que durante esta parte del año muchas especies alcanzan las épocas de apareamiento. Este es el motivo por el que se multiplican las camadas indeseadas, lo que provoca abandonos directos y el regalo precipitado de mascotas. Terminan en el Albergue de Animales.
Vacaciones
Por otro lado, con la llegada del verano la mayoría de las familias aprovecha para disfrutar de las vacaciones. En muchas ocasiones, estas tienen lugar lejos del domicilio habitual y suponen un desplazamiento durante el que el perro se convierte en un inconveniente. Al llegar al destino, además, pocas veces se planifican los días de disfrute teniendo en cuenta los cuidados y atenciones que necesitan los animales.
Por eso, ante la imposibilidad de dejar el perro con alguien que pueda atenderlo, son muchas las personas que aún cometen delitos de abandono.
Las adopciones, a la vuelta
Eva Rodríguez, responsable de Adopciones del Albergue de Animales de Oviedo, cuenta que las cuestiones anteriores se ven agravadas por un frenazo de las salidas. «Durante el verano se detienen las adopciones», destaca para argumentar que la mayoría de los interesados aguantan hasta la vuelta a la normalidad para sacar una mascota del centro.
Educación y castigo
Otra de las causas, repetida a lo largo de todo el año, es la necesidad de un cambio cultural. Los animales no pueden tratarse como regalos y es necesario un esfuerzo educativo para impulsar la tenencia responsable. Asimismo, se hacen necesarios controles para impedir que ningún perro carezca del chip que permita identificar y castigar a su dueño en caso de abandono.
Para toda su vida
Todos estos asuntos llevan al personal del Albergue de Animales a ser extremadamente serios a la hora de establecer las recomendaciones que realizan a quienes quiere sacar un animal de sus instalaciones. «Los adoptantes tienen que tener claro que asumen un compromiso para toda la vida de la mascota, que va a estar ahí en caso de mudanzas o rupturas de parejas. Hay que tenerlo muy en cuenta», indica Eva Rodríguez.
Animales sin pretendientes
Al margen de la estación del año existe además un problema que se repite también en otros albergues de España. Hay un gran número de animales para los que no hay demanda y son estos los que protagonizan las estancias más largas en las instalaciones municipales de Oviedo.
La mayoría de las familias buscan un perro pequeño, lo que supone que los más grandes tengan mayores problemas para encontrar una familia de acogida.