El juez condena a siete años al exentrenador del equipo ovetense y a cinco a su novia y exjugadora del equipo
06 dic 2019 . Actualizado a las 12:56 h.Siete años y nueve meses de cárcel para él y cinco años y diez meses par ella. En total, trece años de prisión para la pareja condenada por grabar a las jugadoras del Grisú mientras se duchaban y se cambiaban en el vestuario. P.M.F. era el segundo entrenador del equipo y A.F.G. su novia y jugadora del club. Los dos han sido condenados por tres delitos de uso pornográfico de menores, otro de captación de menores y otro por vulneración de la intimidad. Además, a él también se le imputa un delito de posesión de pornografía infantil.
Los hechos ocurrieron durante la temporada 2016-2017. En principio, la Fiscalía pedía 29 años de prisión para P.M.F. y siete para A.F.G, pero fue el propio Ministerio Fiscal el que rebajó la petición de penas tras la celebración de la vista oral celebrada en la Audiciencia Provincial de León el pasado mes de noviembre. Los acusados no solo grabaron a las jugadoras del Grisú, sino que ella incluso llegó a grabar a sus hermanas, una de ellas con una discapacidad psíquica severa y la otra de 5 años. Además, intentaron engañar a otra chica de San Sebastián haciéndose pasar por productores, y a raíz de esa denuncia fue cuando empezó a destaparse el caso. La investigación se llevó a cabo desde la Guardia Civil de Villablino, en León.
El fallo recoge elementos que han contriuido a reducir la pena de los acusados. En el caso del exentrenador, señala que «el estado mental que presenta el acusado es perfectamente compatible con el conjunto de desviaciones o anomalías de su conducta sexual» y que «tiene una evidente desviación del objeto sexual, orientado hacia niños y fetichismo». Por último, concluye que «tiene una limitación de la capacidad de actuar». Como atenuante también ha servido que P.M.F. pagó 16.000 euros a las víctimas en concepto de responsabilidad civil. A A.F.G, que es quien grabó los vídeos, se le han tenido en cuenta los atenuantes de confesión, reparación del daño y colaboración en la investigación.
La sentencia también recoge que el acusado deberá someterse a un tratamiento psiquiátrico y que no podrá acercarse ni comunicarse con las víctimas durante cinco años. Además, deberán pagar una multa de 3.600 euros que se suma a los 16.000 euros ya abonados.