El atraco más espectacular de la historia de Oviedo

DANIEL ROIG

OVIEDO

Oficina principal del Banco Herrero en Oviedo. Los atracadores accedieron por la puerta de la calle Fruela, a la izquierda
Oficina principal del Banco Herrero en Oviedo. Los atracadores accedieron por la puerta de la calle Fruela, a la izquierda

ETA (PM) asaltó el Banco Herrero en 1979 y se hizo con un botín que al cambio actual sería de unos 4,5 millones de euros

16 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace algo más de cuarenta años, el 9 de julio de 1979, ETA político-militar llevó a cabo el atraco más espectacular (y con mayor botín) de la historia de Oviedo. Ese día, ocho asaltantes se hicieron con 120 millones de pesetas que, al cambio actual, según el cálculo del INE, supondrían casi cuatro millones y medio de euros. Un golpe nunca superado.

Los atracadores siguieron un plan bastante minucioso y despiadado. La noche del domingo 8 de julio, una pareja se colaba en el número 22 de la calle Valentín Masip, donde vivía el apoderado del la oficina del Banco Herrero de Fruela, José Fuertes, junto a su mujer y sus dos hijas. Llamaron a la puerta y, como excusa, contaron que había una fuga de agua en el piso de abajo. La esposa de Fuertes abrió y entonces sacaron sus armas y entraron en el domicilio familiar junto a otros dos compinches que esperaban en la escalera.

El grupo no sólo estaba compuesto vascos; también contó con colabores asturianos vinculados al nacionalismo local. Según recogió la sentencia años más tarde, lo formaban José Ignacio Aramayo, alias Zatorra, considerado uno de los dirigentes de ETA político militar, Miguel Angel García Pita, Juan Emilio Carvajal, Manuel Ramos Vicente, Santiago Suarez, Jesús Javier Urquijo, Socorro Coto y François Marhuenda. Todos serían condenados tres años más tarde, menos Coto y Suárez, que resultaron absueltos.

En la casa del apoderado retuvieron a los miembros de la familia y los amenazaron aunque no les agredieron. A las siete de la mañana, se trasladaron en coche con el bancario a las inmediaciones del campo de San Francisco, cerca de la oficina del banco, donde llegaron a pie.

Diez minutos más tarde llamaron a la puerta de la sucursal de Fruela. Eran los primeros en llegar. El ordenanza, confiado al conocer al apoderado, abrió la puerta y en ese momento entraron los ocho atracadores, algunos de los cuales hablaban en castellano con acento vasco. Rápidamente se repartieron por todo el edificio, dando órdenes a los empleados que empezaban a llegar: los iban desviando a los lavabos donde les iban pidiendo el DNI para identificar a los jefes de la oficina, que tenían las llaves de la caja fuerte.

Ésta estaba ubicada en el sótano y solo se abría mediante el uso simultáneo de tres llaves, la del cajero y dos apoderados. Un dispositivo electrónico dejaba bloqueada la caja hasta la hora programada el día anterior, en este caso las ocho de la mañana, cuando se harían los pagos a Hunosa y otras empresas. El objetivo era apoderarse de 400 millones de pesetas, pero 270 habían sido retirados el día anterior. Aún así, la cantidad era muy sustancial.

Una vez que se hicieron con el dinero, lo metieron en varias maletas (una de ellas se rompió y la tuvieron que abandonar con 15 millones). En la calle estaban los blindados que debían transportar el dinero: los guardias jurados se dieron cuenta de que algo raro pasaba e hicieron sonar la alarma.

Entonces, uno de los atracadores disparó su pistola a quemarropa contra el parabrisas pero no llegó a herir al conductor porque el vidrio blindado resistió el impacto. Huyeron y tomaron sus coches, que previamente habían robado y a los que habían cambiado las matrículas por otras falsas. Tras el golpe, los etarras permanecieron escondidos en el domicilio de García Pita durante quince días y algunos de ellos pasaron clandestinamente a Francia. ETA PM tenía también alquilada una casa de pueblo en San Claudio, dentro del municipio. Allí permaneció, durante dos meses, una parte importante del dinero del atraco.

No mucho tiempo después, casi todos fueron detenidos, juzgados y condenados. El presunto líder, José Ignacio Aramayo Egurrola, fue detenido en marzo de 1980 y juzgado en 1982 en la Audiencia Nacional junto a sus compañeros por el atraco. Condenado a 18 años de cárcel por este hecho, fue indultado en 1990 tras la disolución de ETA político-militar.

Carbajal fue condenado a más de 26 años de cárcel, Urquijo a 19 años, Ramos a 13 años y 6 meses, García Pita a 8 años y Marhuenda a 6 años. Santiago Suárez y Socorro Coto fueron absueltos.