El Regimiento Provincial de Oviedo participó en importantes batallas de la Guerra de Independencia, como San Marcial y Tolosa
22 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.No fueron muchos, pero sí bravos contra el invasor francés. Es la historia del Regimiento Provincial de Oviedo, una fuerza militar que tuvo numerosos destinos durante la Guerra de Independencia. Creado como Regimiento de Milicias por una orden del 31 de enero de 1734 para ser empleado sobre todo en la defensa de toda la línea costera del Principado, a partir de 1738 se constituye efectivamente con un escudo de armas que porta la Cruz de los Ángeles, blasón heráldico de la capital.
Tuvo su momento culminante durante la lucha contra el ejército francés de Napoleón (1808-1814). En el mes de mayo, la Junta General del Principado asume la soberanía y declara la guerra a Francia al mismo tiempo que una alianza con Inglaterra. Es entonces cuando pasa a llamarse Regimiento Provincial de Oviedo, aunque estaba acantonado en Gijón. Pedro Méndez de Vigo es promovido a coronel y designado como mando del regimiento a finales de mayo de 1808.
Después de luchar en Santander bajo el mando del general Llano-Ponte, regresa a Oviedo y se refuerza con voluntarios que se entrenan para la ocasión. En septiembre se trasladará como fuerza expedicionaria y luchará en varios lugares del norte de España, hasta que Llano-Ponte es relevado por la Junta debido a sus fracasos.
A lo largo de los años siguientes, participará en números enfrentamientos contra los franceses entre los que destacan la batalla de San Marcial junto al río Bidasoa, donde experimenta muchas bajas pero que supone una importante victoria; y la batalla de Tolosa (1814) que marca el fin de la Guerra de Independencia. Acabada la contienda, se incluye el regimiento en una expedición a las colonias americanas.
En cuanto a los uniformes, fueron variando mucho a lo largo del tiempo, según fueran los proveedores o las necesidades. En 1809 se les dotó de casaca blanca, cuello y vuelta rojo, forro blanco y botón dorado; calzón corto y gorro blanco con vuelta encarnada. Hacia 1812 recibe vestuario británico, pero también tiene ropas hechas en España de color azul turquesa con cuello, vueltas y vivos celestes. También usaban, para verano, pantalón de lienzo crudo. Dos años más tarde, reciben uniforme compuesto de casaca de paño, con divisa roja o verde; un pantalón de paño y otro de lienzo; morrión y gorro de cuartel.