El ayuntamiento se ve obligado a licitar por 265.000 euros la vigilancia de las ruinas del centro ecuestre, que permanece sin uso desde 2016
08 may 2020 . Actualizado a las 11:27 h.Oviedo gasta cada dos años casi 265.000 euros solo en vigilar la ruina de El Asturcón, una parte envenenada de la herencia que dejó Gabino de Lorenzo tras su paso por la alcaldía, especialmente durante los años 90. Las instalaciones, según constató hace pocos meses en una visita el actual alcalde, Alfredo Canteli, están en muy mal estado desde que dejaran de usarse como centro ecuestre, pero dejarlas sin vigilancia las exprondría a mayor degradación y comprometería aún más su futuro.
Ahora el consistorio, en plena crisis del coronavirus, se ve obligado a licitar la «vigilancia de seguridad sin armas» con un presupuesto máximo de 264.956,40 €, IVA incluido; un contrato con una duración de dos años a partir del próximo 1 de agosto.
Tanto el bipartito gobernante como la oposición buscan una salida para rentabilizar el faraónico centro, que ocupa 320.000 metros cuadrados y costó a las arcas municipales al menos 24 millones de euros solo en la construcción, además de una cantidad indeterminada en subvenciones de funcionamiento. Empeño personal de De Lorenzo, gran aficionado a los caballos y entonces propietario de una yeguada, nunca tuvo verdadera implantación entre las preferencias de los ovetenses.
Estuvo en funcionamiento gracias a un considerable gasto subvencionado (más de la mitad del coste real), pero cerró en 2016 tras soportar varios años de penoso declive. Canteli quiere que el centro vuelva a tener alguna actividad deportiva o turística en incluso no descartó la ecuestre, pero reconoce que el mal estado de las instalaciones genera el rechazo entre los posibles inversores, que ven necesario un gasto elevado para renovarlo.
También el PSOE en su anterior etapa de gobierno tripartito intentó reflotarlo sin éxito. Hubo ideas para utilizarlo como instalación deportiva vinculada al Real Oviedo o turística que quedaron en nada, visto el raquítico estado de las arcas municipales.