Propietarios que no perdonan ni un céntimo del alquiler: Les Xuntines echa el cierre

Susana D. Machargo

OVIEDO

Oviedo .Nuria López, atiende a unas clientas, en plena liquidación de Les Xuntines, en la plaza de Riego
Nuria López, atiende a unas clientas, en plena liquidación de Les Xuntines, en la plaza de Riego

Nuria López liquida la tienda del centro de Oviedo en la que ha invertido una década por el coronavirus y la falta de empatía de los dueños del local

18 may 2020 . Actualizado a las 19:03 h.

«Podía haber tirado pero tengo un cabreo monumental». Nuria López baja la persiana de Les Xuntines después de 10 años experimentando en primera persona las luces y las sombras del pequeño comercio, de la diversidad de clientes que se han convertido en amigos a lo complicado que es cuadrar números. La apertura de la tienda supuso una terapia en un momento muy complicado de su vida. El cierre es otro tratamiento de choque, después de que la propietaria del local se negase a negociar nada, ni un aplazamiento del alquiler, ni una revisión de la cantidad ni tampoco a cubrir el gasto con la fianza en estos momentos de encrucijada económica. No ha sido capaz de saltarse el muro infranqueable del administrador para poder hablar con ella. Así que Les Xuntines está de liquidación. Se puede comprar desde el expositor a los calcetines poperos de Los Beatles, carteras de Andy Warhol o camisas de Pepa Loves. Todo viene bien para cerrar con las menores deudas posibles. Se siente víctima del COVID-19 pero sobre todo de la falta de empatía. 

Los clientes entran a comprar y a compartir el disgusto por el cierre. Nuria López colgó el mensaje en las redes sociales del negocio el domingo por la noche. La cola ha sido constante desde que abrió a primera hora del lunes. Todo el mundo se lleva algo. Todo el mundo pregunta qué es lo que ha pasado y a qué se va a dedicar. Si piensa abrir en otra parte. No sabe qué camino va a seguir. De momento, continuará con la tienda online para mantener unos ingresos mínimos pero no ve ahí su futuro. Piensa más bien en reciclarse y en buscar algo más seguro, algo en lo que no pierda el sueño pensando cómo llegar a final de mes.

El nuevo coronavirus le ha cambiado la vida. La epidemia no tiene la culpa de todos los males del pequeño comercio pero ha supuesto la puntilla. Nuria López reconoce que las condiciones son duras. «Te estás rompiendo los cuernos para pagar autónomos y el alquiler y para poder sobrevivir», explica. Tiene mil sueños en mente que por el momento no va a poder concretar, desde montar espacios colaborativos con otros negocios, a modo de showroom, a dinamizar la vida cultural de la ciudad. Desde su pequeño negocio siempre ha colaborado en lo que ha podido, sin lamentar la situación económica.

Como hicieron miles de emprendedores, a mediados de marzo colgó el cartel de cerrado por coronavirus. Iba a ser algo temporal. No se planteaba liquidar. Pero lidiar con dos meses sin ingresos en una tienda de pequeño tamaño supone mucho más que un reto. El único gesto de simpatía que ha recibido de la propiedad es el consejo del administrador de pedir la ayuda de 400 euros al Principado. Con esa cantidad cubre solo una mínima parte de un alquiler «que es muy alto».

El cierre sí ha desencadenado una ola de solidaridad entre los ovetenses. La cercanía y el trato con la gente son dos de los motivos por los que ha seguido adelante, día a día, durante una década. Ahora lo está viendo de manera muy evidente. «Me han dejado mensajes hasta abogados diciéndome que puedo llevar a juicio a la propietaria. Pero no quiero perder mi energía en esto. Ni hablar», explicar Nuria López, consciente de que, en algún momento, la euforia con la que está viviendo el final de Les Xuntines se trasformará en lágrimas. No de arrepentimiento pero sí de catársis.