Porcelana holandesa y china en el suelo de Oviedo: los vestigios de la rica sociedad burguesa

G. GUITER

OVIEDO

Fragmentos de cerámica encontrados en el subsuelo de la Casa de los Llanes, Oviedo
Fragmentos de cerámica encontrados en el subsuelo de la Casa de los Llanes, Oviedo ESPERANZA MARTÍN-EAA

Una excavación en la Casa de los Llanes saca a la luz fragmentos olvidados de lujosos objetos cotidianos enterrados, algunos, desde el siglo XVI

05 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una excavación en la llamada Casa de los Llanes, en pleno centro de Oviedo, frente a la Catedral, pone en evidencia la riqueza y sofisticación de la élite burguesa ovetense.La investigación que llevó a cabo la arqueóloga Esperanza Martín Hernández y publicó la revista Excavaciones Arqueológicas de Asturias (Intervención arqueológica en la casa de los Llanes, Oviedo) arrojó, en este sentido, revelaciones sorprendentes.

En la excavación de lo que hoy es un solar (de la casa original apenas quedan las fachadas y algún resto), Martín descubrió que había una gran cantidad de material cerámico en fragmentos que quedó enterrado por el paso de los siglos. Pero lo más llamativo es la procedencia de ese material: «Los centros productores identificados son principalmente portugueses, talaveranos y holandeses; y en menor medida sevillanos, franceses y chinos», señala, lo que evidencia «los ricos intercambios comerciales que mantenía Oviedo y el elevado estatus de sus élites sociales».

Interior de la Casa de los Llanes, ubicada en Oviedo frente a la Catedral y prácticamente en ruinas
Interior de la Casa de los Llanes, ubicada en Oviedo frente a la Catedral y prácticamente en ruinas ESPERANZA MARTÍN-EAA

El inmueble fue construido hacia mediados del siglo XVIII durante el programa de reforma arquitectónica de las residencias de la nobleza ovetense, quienes asimilan elementos barrocos y neoclásicos. Había sido encargada por Menendo de Llanes-Campomanes y, al parecer, levantada por el arquitecto benedictino fray Pedro Martínez de Cardeña, considerado uno de los maestros más importantes de la época.

La zona, al estar muy próxima al origen histórico de Oviedo, con toda probabilidad tenía construcciones anteriores. Tal como señala el estudio de la arqueóloga, en lo descubierto hay una «clara predominancia de materiales pertenecientes al lapso comprendido entre los siglos XVI y XVIII, que sellan estratos inferiores y que suponen la mayor presencia cerámica del conjunto».

La presencia de materiales de cronología medieval «es mucho más reducida, limitándose a ejemplares pertenecientes a ollas globulares de borde exvasado y decoración incisa». El estudio de la cerámica moderna correspondió al experto Miguel Busto.

Pese a la fragmentación de las piezas, identificaron centros productores españoles (Talavera y Sevilla), pero también portugueses, holandés, franceses y, como ya se mencionó, hasta chinos, lo que obviamente eran productos de lujo.

La explicación de la procedencia es prolija, con dos focos entre las importadas: «En primer lugar un significativo número de lozas en blanco, sin ningún tipo de decoración, de las series blancas, muy comunes en todos los centros peninsulares y europeos ya desde el siglo XVI, por influencia de los gustos ítalos (moda procedente de Faenza) extendidos por todo el continente».

«Otras series presentes son la tricolor y polícroma de los centros ya mencionados de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo, comenzada a producir a finales del siglo XVI y durante todo el siglo XVII». La serie polícroma comienza a fabricarse a partir de mediados o incluso finales del siglo XVII y durante un siglo.

Por otro lado, dice el estudio, «las producciones portuguesas son de las más abundantes, destacando las series con decoraciones geométricas y vegetales en azul, como la serie rendas o randas y la serie helechos». Lisboa, Coímbra y Vila Nova son los centros de elaboración.

En cuanto a las producciones holandesas, «muy probablemente elaboradas en Delft», destacan las de «decoración monocroma en azul y de clara inspiración chinesca».

Por último, en cuanto a las importaciones, «debemos destacar la aparición de una porcelana china, que aunque se trate de una producción tardía, muy probablemente del siglo XVIII, no hace sino evidenciar los ricos intercambios comerciales que mantenía Oviedo y el elevado estatus de sus élites sociales».

El borrado de la historia

El objeto de la intervención, según escribe Martín, iba mucho más allá. De hecho «complementa otras más amplias llevadas a cabo en las proximidades», como la estructura hidráulica que reveló la ampliación del museo de Bellas Artes y una necrópolis de la Edad Media.

Pero el paso del tiempo y la ocupación humana acabaron con casi toda evidencia de ese antiquísimo pasado: «En la casa de los Llanes son escasas las evidencias que de época medieval se presentan, a excepción de algún hoyo de poste muy desdibujado por la acción erosiva de las aguas subterráneas y varios hoyos de vertido».

«Por desgracia», concluye la investigadora, «el empleo de maquinaria en pasadas décadas para la instalación de una zona de galería dentro del inmueble desproveyó al solar de toda evidencia arqueológica en su extremo norte, rebajando el nivel del suelo a cotas inferiores a la superficie original estrato geológico».