Representantes de los antiguos chiringuitos de San Mateo: «Las fiestas de este año son un fracaso»

X. Menéndez REDACCIÓN

OVIEDO

Plaza del Ayuntamiento de Oviedo durante las fiestas de San Mateo
Plaza del Ayuntamiento de Oviedo durante las fiestas de San Mateo

Los representantes de las agrupaciones concuerdan en que el cese de los chiringuitos, la descentralización de las fiestas y la fuga de los conciertos, ahora de pago, son los culpables del vacío del centro de la ciudad

18 sep 2022 . Actualizado a las 19:01 h.

Las fiestas de San Mateo de 2022 están siendo las peores desde hace mucho tiempo, según denuncia una parte de la ciudadanía. Las calles del centro, semivacias, distan mucho del ambiente festivo que durante estas semanas impregnaba la ciudad años atrás. Cientos de personas se concentraron el viernes frente al ayuntamiento para mostrar su rechazo a un modelo que, argumentan, se han cargado las fiestas de San Mateo. Con el cese de los chiringuitos, y el éxodo de los conciertos, antes gratuitos, a las afueras del centro de la ciudad, Oviedo afronta el último fin de semana de sus fiestas con mal sabor de boca. El Ayuntamiento ha ampliado el horario de las casetas de hostelería y locales puestos a disposición del público para amortiguar una realidad dolorosa: San Mateo 2022 es un fracaso. Los chiringuitos históricos habían recogido más de 15.000 firmas, se habían manifestado frente al Ayuntamiento y advertido de los efectos catastróficos de la implantación de este nuevo modelo para la ciudad. La Voz de Asturias ha hablado con responsables de esos chiringuitos, históricos y sumados con la ampliación de 2017, para que relaten su visión del que aseguran que es el peor San Mateo de la historia. 

Pinón Folixa es uno de los chiringuitos históricos que llevaba funcionando en el centro de Oviedo casi cuarenta años, desde 1983. Su presidente, David Fernández Incio, lamenta la degradación de San Mateo y que los vecinos sean quienes lo paguen. «El modelo antiguo funcionaba y este está siendo un desastre, algo que todos preveíamos y alertamos de ello. Habíamos conseguido encontrar un equilibrio entre los hosteleros, la zona del antiguo, el Ayuntamiento y demás colectivos para contentar a todos y hacer unas fiestas que gustasen a la gente. Este modelo desestructurado no funciona», asegura Fernández. 

Para Fernández, el nuevo modelo, «desestructurado», con la fiesta dispersa por los barrios, no es el indicado «en una ciudad radial como Oviedo. El centro queda cerca de todos los barrios y tiene varios parking para la gente que viene de fuera», explica Fernández, quien añade que los chiringuitos daban vida y ambiente festivo al centro de la ciudad y ofrecían consumiciones a precios populares. Además, señala que los conciertos de pago «son buenos grupos pero la realidad es que mucha gente, con esos precios, solo puede permitirse ir a uno, como mucho», señala Fernández sobre las razones del «fracaso» de las fiestas de San Mateo. 

Aparo es otro de los chiringuitos históricos que en 1983 revolucionaron las fiestas de la ciudad. Jaime Campillo, vicepresidente de Aparo, afirma que los efectos del nuevo modelo son notables. «Otros años bajabas cualquier día por semana y a las 12.00 horas notabas que eran las fiesta de Oviedo. La gente trabajaba, pero había otro ambiente. Ahora no hay nada» lamenta. «Se han cargado San Mateo y eso es un hecho, lo sabe todo el mundo. Esto no es una cuestión política, es una realidad. El problema es que aquí había sitio para todos pero no quieren comprender que los chiringuitos no son políticos. La gente que iba era gente de todos lados, de izquierda y derecha, personas que querían simplemente disfrutar de sus fiestas», asegura. 

Para Campillo, los chiringuitos y los conciertos gratuitos eran la esencia de San Mateo. «Nadie se va a cruzar Oviedo para una sesión vermut en otro barrio, encima al precio que están las consumiciones. La gente lo que está haciendo es quedarse en sus bares de siempre».

Campillo señala que Otea y sus presiones han desencadenado en uno de los peores San Mateos de toda la historia. Tanto hablar de la economía, de dinero, y se han cargado las fiestas. «Debían de pensar que nos hacíamos millonarios y ni mucho menos. Los chiringuitos invertíamos mucho dinero y mucho tiempo para conseguir unas fiestas para todos. Buscando el beneficio de cuatro amigos han conseguido que San mateo sea un fracaso».

Desde el Rincón Cubano, otro de los padres fundadores de los chiringuitos de San Mateo, creen que con el nuevo modelo «la esencia se perdió. Han liquidado lo que daba identidad a las fiestas de Oviedo. Está siendo un San Mateo irreconocible y la gente está echando de menos lo que era la fiesta tradicional», asegura José Manuel Fernández. Fernández señala que había eventos que daban singularidad a las fiestas de Oviedo: el día de América y los chiringuitos. «San Mateo estaba relacionado con la fiesta de noche en el Antiguo, gente de pie, buscando su espacio entre los chiringuitos. El modelo actual de casetas se basa en terrazas con música similar en todos los sitios, cosa que puedes hacer cualquier día del resto del año. 

Fernández garantiza el beneficio que los chiringuitos traían a los locales de hostelería del centro de Oviedo. «La gente venía por los chiringuitos pero mucha acababa en los bares. Yo he hablado con propietarios de locales en el Antiguo y me dicen que ójala hubiese cuatro San Mateos al año, porque eran 10 días con mucha gente. Los chiringuitos no se confrontan con la hostelería, ambos son complementarios. Cabemos todos y una amplia oferta aumenta la diversidad, posibilita que cada uno, según sus gustos, encuentre su espacio». Sin embargo, el nuevo modelo ha provocado que las calles del centro se vacíen y los conciertos se trasladen a las afueras. ¿Qué sentido tiene mover las fiestas a los barrios cuando los barrios ya tienen sus fiestas?, se pregunta Fernández.

Fernández argumenta que prescindir de los chiringuitos tiene dos consecuencias graves para Oviedo. Primero, la pérdida de una fiesta caracterizada por su diversidad y que nutría las calles del centro por la noche. Por otro lado, las asociaciones ovetenses se resienten y recaudan menos dinero para las actividades deportivas, festivos, culturales... «Con ese dinero se hacían muchas cosas y eso daña a toda la ciudad. Por poner un ejemplo, parte de las fiestas de la Corredoria se financiaban gracias al chiringuito de San Mateo», señala Fernández. 

La Folixaria es uno de los chiringuitos nuevos que en 2017 comenzaron con su actividad con la ampliación de los chiringuitos. Su portavoz, Álvaro Villegas, confirma que este San Mateo está siendo uno de los peores que se recuerda. La Folixaria tiene su caseta en la plaza de la Catedral y desde ahí aprecian la considerable bajada de afluencia de personas durante este año. «Nosotros participamos en este modelo porque lo criticamos desde el centro, porque vemos lo que ve todo el mundo, que no es bueno para la ciudad» asegura Villegas.

Villegas señala que tanto los chiringuitos históricos como los nuevos habían advertido de las consecuencias que la implantación del cambio de modelo significaría para la ciudad. «Se han cargado una tradición de casi 40 años, un modelo que funcionaba; los conciertos gratuitos, la participación ciudadana…Tenían como objetivo hacer caja y han hecho todo lo contrario: arruinar hasta sus propios amigos», lamenta Villegas, que señala que las calles vacías son la prueba de ello. «Que San Mateo 2022 es un fracaso lo ve todo el mundo. Los hosteleros lo están notando, los taxistas, los proveedores…Querían dar a sus amigos de Otea su trozo del pastel y al final se han cargado las fiestas», lamenta Villegas.