Videocambio 100, el último videoclub de Oviedo: «Tenemos 14.000 títulos, más que cualquier plataforma como Netflix»

LA VOZ DE OVIEDO

Fernando y Amador Villavirán, padre e hijo, tras el mostrador del último videoclub de Oviedo.
Fernando y Amador Villavirán, padre e hijo, tras el mostrador del último videoclub de Oviedo.

Amador y Fernando, padre e hijo, están detrás del mostrador de un negocio que va a cumplir 34 años en la calle Gloria Fuertes y al que consideran «un servicio público»

23 feb 2023 . Actualizado a las 12:32 h.

Videocambio 100 es el último videoclub que resiste en Oviedo. A pesar de los avances tecnológicos que han motivado una transformación total en la industria audiovisual y en su consumo, Amador Villavirán y ahora su hijo Fernando han logrado mantener un negocio que va camino de los 34 años con el alquiler y la venta de películas como principales reclamos. En su local de la calle Gloria Fuertes se acumulan, en perfecto orden, más de 14.000 títulos, «más que todas las plataformas juntas», asegura Amador haciendo referencia a Netflix, HBO o Amazon Prime.

Fue él quien inició de cero el proyecto de Videocambio 100 en Oviedo. Cuando se jubilaron los dueños de la mueblería en la que trabajaba, se quedó sin empleo y «no podía parar». Le gustaba el cine, pero nunca lo vio como un modelo de negocio hasta que en ese momento profundizó en la idea junto a un primo con el que descubrió qué era un videoclub. Decidió invertir sus ahorros y a finales de los años 80 del siglo pasado, puso en marcha un establecimiento al que no quiere ver morir. 

Primero con las cintas de VHS y ahora con los DVD y los discos Blu-Ray (incluidos 3D), se mantiene fiel a su esencia, dar al cliente «la mayor variedad» e introducir cada semana nuevos títulos que sigan aumentando su ya extensa oferta. 

En su ya larga historia, ha habido muchos altibajos. Amador Villavirán recuerda que justo un año después de abrir el local llegaron a España las televisiones privadas (Antena 3 y Telecinco) y «el que tenía metido en ese canal el VHS no lo veía, hubo unos días que no se alquilaba ni para atrás, llegué a ir hasta a casas a solucionar el problema».

Pero el negocio fue avanzando y llegaron «épocas gloriosas», en las que pudo crecer y conocer el sector de la mano de grandes compañías como Warner Bros o Universal, que «nos invitaban a ir a eventos a Madrid, que era donde se hablaba de las cosas». Prueba de ello son algunas de las fotografías que aún cuelgan en las paredes del último videoclub de Oviedo, en las que Amador aparece junto a Antonio Banderas o Chuck Norris.

Un negocio pionero

Amador Villavirán logró hacer de su negocio una referencia. Los primeros años, con la instalación de una máquina de revelado de fotografías en una hora, que supuso «mucho boom» en un momento de horas bajas para el VHS. 

Un cliente de Videocambio 100 buscando series.
Un cliente de Videocambio 100 buscando series.

También decidió arriesgar más que otros videoclubs y comprar un mayor número de copias por cada título para satisfacer las peticiones de los clientes, y funcionó. «Siempre nos distinguimos del resto porque nosotros teníamos muchas copias, eso empezó a calar entre los clientes, y venían aquí», asegura Amador Villavirán. 

Cuenta que llegó a tener 80 copias de Terminator 2, una película que por entonces alquilaba a 300 pesetas al día y con la que «gané mucho dinero», porque alcanzó los 2.000 pases. Ese modelo lo replicó después en otras películas taquilleras como Pretty Woman o Ghost. «Se creó un runrún de que aquí siempre encontrabas la película, porque cuando ibas a un videoclub lo normal era que las nuevas siempre estuviesen alquiladas. Había que meter cantidad para que la gente pudiese tener disposición de la película, porque lo que quería el cliente era tenerla disponible en ese momento», defiende. 

Uno de sus principales reclamos es la gran colección de cine clásico de la que disponen.
Uno de sus principales reclamos es la gran colección de cine clásico de la que disponen.

Cuando el ritmo de alquiler bajaba, las películas se sacaban a la venta, pero siempre guardando al menos una copia de todas ellas. Ese es el secreto que ha permitido que la colección haya crecido hasta los más de 14.000 títulos. 

Entre los grandes éxitos, recuerda El Rey León, Titanic y Avatar, la última todavía hoy en día. Con el estreno reciente de la segunda entrega, han sido muchos los clientes de Videocambio 100 que han alquilado la primera para recordar qué pasaba antes de ir al cine. 

También fueron unos de los «pioneros» en la instalación de máquinas expendedoras de películas en la ciudad. Llegaron a tener ocho repartidas por casi todos los barrios de Oviedo, una época dorada en la que eran cinco trabajadores en el videoclub. 

 Una clientela fija y más de 23.000 socios

 Amador Villavirán y su hijo Fernando contabilizan más de 23.200 socios en el videoclub. La mayoría son clientes fijos del barrio, aunque desde que son el único negocio de alquiler de películas de Oviedo llegan de otros puntos de la ciudad e incluso del resto de Asturias. También están en redes sociales (Facebook y Twitter) para anunciar a sus seguidores las últimas novedades, «incluso me piden películas por Whatsapp», asegura Fernando. «Hacemos todo lo posible para encontrar lo que nos piden, si no lo tenemos aquí con almacenistas o incluso contactando con otros videoclubs que ya han cerrado», confirma. 

 También han visto crecer a una generación, que empezó yendo con sus padres y madres a buscar películas de dibujos animados los sábados y que ahora regresan, con sus hijos e hijas, para continuar con esta tradición. 

Conocen a la perfección los gustos cinematográficos de los clientes habituales y por eso hay alguno «que directamente no pasa del mostrador, le recomendamos las películas o las novedades que creemos que le van a gustar y las alquila», cuenta Fernando. Precisamente esa cercanía es otro de sus puntos fuertes, que distinguen a este negocio frente a plataformas como Netflix, HBO, Disney+ o Amazon Prime.

 Las grandes amenazas

La llegada de estas grandes distribuidoras de contenido audiovisual a través de internet supuso un varapalo para este tipo de negocios, aunque recuerdan que la peor etapa fue en la que eclosionó la piratería. «Todo lo que sea competencia de pago, me parece perfecto, yo creo que el gran desfalco que hubo en España fue la piratería, aquí eso hizo un daño a la cultura brutal, porque yo competía con el todo gratis», recuerda el hijo aludiendo a la «locura de cierres» que se produjeron en todo el país. 

También la pandemia del coronavirus provocó un cambio en los hábitos. Videocambio 100 tuvo que cerrar mientras Netflix, HBO o Amazon Prime disparaban el número de suscripciones a causa del confinamiento. «Esos meses no había otra opción porque estábamos cerrados, y ahí sí perdimos», apoya Amador.

Los cajones están repletos de películas que  ya no entran en las estanterías del local
Los cajones están repletos de películas que ya no entran en las estanterías del local

Pese a ello resisten, y lo seguirán haciendo porque el negocio familiar puede presumir de tener relevo generacional. Amador Villavirán está actualmente con una jubilación activa para que Fernando pueda descansar y no haga «60 horas a la semana», pero es el último el que se encarga del grueso del negocio. A él llegó después de estudiar informática y encargarse del mantenimiento del ciber que tenían en la Tenderina, donde estuvo casi una década antes de que se generalizara el uso de ordenadores en las viviendas.

«Un servicio público»

«Es casi un servicio público, viene gente de todas las edades y encuentran aquí cosas que no hay en otros lados, yo creo que por eso seguimos aguantando, aunque sea sacrificado y muchas horas. Luego hay clientes que nos dicen ‘no cerréis nunca’. Yo mientras siga dando dinero para poder vivir, seguiré con ello», garantiza Fernando Villavirán. Y no tener que cerrar es, precisamente, lo que su padre más desea. «Mientras no dé pérdidas estaré con ello y me veo moralmente obligado, porque el videoclub en su día me lo dio todo y tampoco puedo agarrar y decir ahora lo dejo», apunta Amador. 

Tener trabajadores es «inviable», pero padre e hijo seguirán al pie del cañón con el apoyo de la clientela que siempre han tenido. Abren todos los días, de lunes a domingo y en horario de 11:30 a 14:00 horas por la mañana y de 17:00 a 21:00 horas por las tardes. Los fines de semana, alargan el cierre una hora, hasta las 22:00 horas.

Cada semana entran novedades, pero nunca suponen la desaparición de las películas más antiguas.
Cada semana entran novedades, pero nunca suponen la desaparición de las películas más antiguas.

El precio es otro de sus grandes secretos y llevan más de dos décadas sin subirlo. Alquilar una película en DVD de las catalogadas como ‘novedad’ cuesta 2,50 euros para 24 horas, mientras que si es Blu-Ray el precio se eleva a 3 euros y a 4 si es Blu-Ray en 3D. También tienen lotes de tres y cinco títulos por más días y cuentan con unas cien series en alquiler cuyo préstamo puede alargarse en el tiempo. Como complemento, Amador y Fernando ofrecen digitalización de cintas VHS o tienen una máquina de pulido para la reparación de CD y DVD.

Con todo ello, en Videocambio 100 están dispuestos a cumplir el deseo de los clientes y seguir manteniendo el negocio pese a la piratería, a Netflix y a los cambios de consumo en el cine. Eso sí, piden seguir teniendo su complicidad para poder salir adelante y acumular más películas. Ya no pueden exponer todas las que tienen porque no entran en las estanterías, pero cualquier rebuscado título puede estar en los enormes cajones de almacenaje, en los que no falta el orden ni la catalogación para satisfacer el deseo de todo el que pasa por el último videoclub de Oviedo.