Estefanía, cuidadora de perros en Oviedo: «Te lo dejan como si fuera un hijo»

LA VOZ DE OVIEDO

Estefanía Carranza junto a Lina, su perra, y Mara, a la que cuida en su guardería de día.
Estefanía Carranza junto a Lina, su perra, y Mara, a la que cuida en su guardería de día.

La ovetense lleva una década presente en plataformas similares a Airbnb donde los dueños buscan alojamiento para sus mascotas en casas particulares o personas «responsables» con las que puedan pasar unas horas o dar un paseo

12 mar 2023 . Actualizado a las 10:21 h.

Cada vez son más los hogares que tienen mascota en Oviedo. Perros o gatos que se convierten en un miembro más de la familia, al que atender de forma continua. A su vez, estos propietarios cuentan con un elevado número de recursos para que sus animales puedan estar cuidados en todo momento, incluso en su propia ausencia. A través de páginas web como Gudog, una especie de Airbnb para perros, los dueños pueden buscarles alojamiento en una casa particular cuando se van de vacaciones o personas «responsables» con las que pasar unas horas al día y salir de paseo.

En la capital asturiana este servicio está en «auge», reconoce Estefanía Carranza, cuidadora desde hace una década. Empezó en Gudog en 2013 al ver la oportunidad de sacar unos ahorros extra después de tener dos experiencias como paseadora. La primera fue con una vecina de su prima, «una señora que andaba muy mal», cuenta. «Trabajaba cuidando a los niños de mi prima y por mediación de ella empecé a ayudar a esta mujer que necesitaba a alguien para sacar a pasear al perro», recuerda. Se hizo cargo de sacar al animal hasta que murió y luego surgió la oportunidad de hacer lo mismo con la familia a la que limpiaba la casa.

Estefanía ofrece alojamiento completo, guardería de día y también paseo.
Estefanía ofrece alojamiento completo, guardería de día y también paseo.

Con esa práctica y la de haber tenido perro «desde guaja» buscó por internet la posible existencia de páginas en las que anunciarse como cuidadora. «Fue donde encontré Gudog, puse mi experiencia y así empecé», recuerda Estefanía mientras pasea por la Corredoria a su perra Lina y a Mara, a la que atiende de lunes a viernes por la mañana desde finales del año pasado. Para no dejarla sola mientras trabaja, su dueña optó por Estefanía para que Mara esté «como en casa» y acompañada durante el tiempo que se alarga su jornada laboral.

Este es el servicio de guardería de día, pero a mayores esta cuidadora ofrece paseos puntuales y alojamiento, «lo más demandado». Suele ser gente, asegura, «que se va de vacaciones o de fin de semana y prefiere algo más exclusivo para el perro que una residencia canina», la única opción que existía hace unos años. Pero también «urgencias» de personas que por cualquier circunstancia no pueden atender a sus mascotas y buscan dónde dejarlas en buenas manos. «Tuve un señor que venía de Bilbao porque tenía a su padre ingresado en el Huca y me pidió que me quedase con el perro un par de noches. Ahí intentas adaptarte y cogerlo porque también es una forma de ayudar a la persona», cuenta Estefanía.

Normalmente se hace cargo de un solo perro de forma simultánea, que convive en su piso con Lina, su mascota. Como máximo atiende a dos a la vez, si son pequeños o de la misma unidad familiar. No quiere coger más para garantizar que el servicio es correcto pese a que llegan clientes nuevos. «Hay veces que tengo que decir que no puedo», confiesa. Hoy por hoy, esta cuidadora ovetense se dedica a los animales que cuida, algo que le permite conciliar con la atención a su hija de dos años.

«Como si fuera un hijo»

«Te lo dejan como si fuera un hijo, para la gente que usa estos servicios más personalizados es uno más en la familia», confirma. Ha cuidado perros desde cachorros a los que ha visto crecer y a los que también coge cariño, sobre todo «cuando están una temporada larga», reconoce. Precisamente por el apego entre dueños y mascotas, ser cuidadora supone «una gran responsabilidad», asegura Estefanía Carranza contando que siempre lleva a los perros atados por la calle, «al no ser que estén en un lugar cerrado» y se asegura de que tengan el collar o el arnés bien ajustado para evitar posibles sustos. «Si les pasa algo estando conmigo me muero», afirma.

Estefanía lleva cuidando a Mara desde noviembre.
Estefanía lleva cuidando a Mara desde noviembre.

Cada vez son más las personas que conocen plataformas como Gudog o Rover y dejan a sus mascotas con los cuidadores. «Es un goteo constante», reconoce Estefanía asegurando que hace solo unos años llegaban reservas únicamente en verano, vacaciones o puentes. Ella misma ha estado en el lado contrario y ha dejado a su perra Lina con otro de los cuidadores de Oviedo, una experiencia «muy buena». 

Económicamente, estos servicios también suponen un impulso para quien los realiza. En las plataformas, que cobran una comisión tanto a dueños como a cuidadores, pueden ajustar el precio o los horarios a sus necesidades e informar de las características del animal y del hogar en el que van a estar. En el caso de Estefanía, por ejemplo, su anuncio detalla que tiene una perra pequeña en la casa y hay niños, su hija de dos años. 

Antes de formalizar la estancia, dueño y cuidador hablan, un contacto que no se pierde después. «Muchos se van tristes cuando dejan al perro, pero mando fotos y, al ver que está bien, se quedan tranquilos», cuenta. Cuando empezó, esta cuidadora ovetense no se imaginaba que los dueños iban a llegar casi a diario y está más que satisfecha. Además de los ingresos, «estoy siempre acompañada y camino mucho», asegura.

Medio millar de usuarios solo en Gudog

Estefanía es una de las cuidadoras de Oviedo presentes en Gudog, «una plataforma muy similar a Airbnb pero de alojamiento para perros en casas particulares de gente con experiencia en el cuidado de una forma muy familiar, lejos de ser una residencia canina», explica Loly Garrido, impulsora en 2012 de este portal. Surgió «por mis propias necesidades como dueña de una perrita a la que tenía que dejar con mis padres o algún amigo a la hora de irme de viaje», explica.

Mara tiene doce años y su dueña la deja de lunes a viernes con Estefanía mientras ella trabaja.
Mara tiene doce años y su dueña la deja de lunes a viernes con Estefanía mientras ella trabaja.

El bum ha sido tal que Gudog se ha extendido ya por España y parte de Europa, con cerca de un millón de usuarios y alrededor de 20.000 cuidadores. En lo que se refiere a Oviedo, son 480 los dueños de perros que utilizan esta aplicación y 36 las personas que están disponibles para atender a los animales —1.600 propietarios y cien cuidadores en Asturias—. 

Para garantizar que las personas que se hacen cargo de los perros son responsables, desde la propia aplicación piden una serie de requisitos y documentación, además de «hacer un seguimiento de todas las reservas y las comunicaciones por si hay alguna queja porque un cuidador no contesta o no es como se esperaba», detalla Loly Garrido. «Diariamente vamos haciendo una criba», añade. Entre los requisitos para ser cuidador de perros está ser mayor de edad, contar con disponibilidad horaria, tener un espacio adecuado o «no tener perros que no puedan convivir con otros perros».

«Todavía hay mucha gente que sigue pensando que la única alternativa para llevar a tu perro es la residencia», lamenta la impulsora de Gudog, asegurando que este tipo de plataformas «no han llegado todavía ni a un 1 % de usuarios potenciales», por lo que espera que en los próximos años «se siga multiplicando su uso» y alcance ciudades pequeñas y zonas rurales, donde aún es «desconocido».