Trastos y Tesoros, la tienda de segunda mano en Oviedo que te teletransporta a casa de tu abuela

LA VOZ DE OVIEDO

Sandra Folgueras abrió Trastos y Tesoros a finales de 2014 junto a su marido.
Sandra Folgueras abrió Trastos y Tesoros a finales de 2014 junto a su marido.

Sandra Folgueras está al frente de un comercio único en la capital asturiana que tiene por objetivo dar «una segunda vida a las cosas»

15 mar 2023 . Actualizado a las 09:36 h.

Antes de que plataformas como Wallapop o Vinted irrumpiesen en Internet, comprar artículos de segunda mano era una cuestión rara e incluso mal vista por una parte de la sociedad. Lo sabe bien Sandra Folgueras, que a finales del 2014 abrió su tienda Trastos y Tesoros en Oviedo sin hacer caso a lo que escuchó justo un día antes. «Cuando estábamos acabando de colocar las cosas del escaparate, paró un matrimonio nos pusieron a caldo, que éramos unos guarros y que cómo se nos ocurría vender estas cosas usadas, menos bonitos nos llamaron de todo», recuerda tras el mostrador de su local, en la avenida de Colón de la capital asturiana.

Trastos y Tesoros nació de la «necesidad» del matrimonio, puesto que en ese momento tanto Sandra como su marido se encontraban en paro «y las facturas había que pagarlas igual». Tenían claro que querían montar «algo distinto» y en unas vacaciones en Santa Pola (Alicante) unos meses antes vieron «varias tiendas de este tipo» y les gustó la idea. De vuelta a Oviedo, se pusieron manos a la obra y en tres meses abrieron el negocio, «en un local pequeño en el que teníamos más trastos que tesoros», rememora. 

El comienzo «costó mucho», pero poco a poco los ovetenses se han ido concienciando y van entendiendo que «es una forma de dar una segunda vida a las cosas y también de ecología». «La gente no se da cuenta que muchas veces tiramos o nos deshacemos de cosas que tienen una segunda, una tercera y hasta una cuarta vida, y es una lástima que viviendo en los tiempos que vivimos no se aprovechen las cosas», defiende Sandra Folgueras.

Objetos de decoración, lámparas, muebles auxiliares o cuadros son algunos de los artículos que se pueden encontrar.
Objetos de decoración, lámparas, muebles auxiliares o cuadros son algunos de los artículos que se pueden encontrar.

En Trastos y Tesoros se han ido adaptando a la clientela y especializándose en ciertos artículos. Ahora tienen muebles auxiliares, vajillas, cuberterías, cristalerías, mantelerías, lámparas y un sinfín de objetos de decoración. Incluso cuentan con una estantería repleta de libros que buscan nuevos lectores porque a Sandra le gusta leer y tirarlos le «da mucho dolor». Pero cuando empezaron vendían de todo. «Lo mismo te podías encontrar un martillo que unos cordones de zapatos», reconoce la propietaria de la tienda. 

De vuelta a casa de la abuela

Entrar al establecimiento de segunda mano de la avenida de Colón de Oviedo es retroceder en el tiempo. Volver a ver los platos en los que comías en casa de la abuela o las lámparas de cristal con las que iluminaba su salón. Objetos vintage que buscan un nuevo hogar en el que sobrevivir al paso del tiempo. «Es raro el día que no entra alguien y dice 'ay, es que mi abuela tenía esto'», celebra Sandra. Para ella, el sentimentalismo que provocan muchas de las piezas de la tienda es su principal «tesoro». No ha tenido artículos de gran valor económico y no coge objetos de plata ni de oro. «Igual lo más caro que tuvimos pudo alcanzar los 500 euros, que no es exagerado», asegura. «Los tesoros son más a nivel sentimental», insiste.

Las vajillas son lo más buscado entre la clientela de Trastos y Tesoros.
Las vajillas son lo más buscado entre la clientela de Trastos y Tesoros.

El negocio tiene «muchas vertientes», desde personas aficionadas al coleccionismo a gente «que compra algo porque dice que lo tenía su abuela o su madre», pasando por clientes convencidos de la principal filosofía de Trastos y Tesoros, dar una segunda vida a las cosas. El perfil de quienes pasan por la tienda de Sandra Folgueras es de lo más variado. «Hay de todo, desde chicos muy jóvenes que quieren poner su casa con cosas reutilizadas porque no quieren nada que machaque el medio ambiente hasta señoras mayores que han roto un plato y vienen a buscar otro para reponer la vajilla», detalla. También «alguna caprichosa a la que nos vale todo», apoya una clienta. Eso sí, con el paso de los años, cree que el negocio «se volvió más elitista» y las personas que llegan a Trastos y Tesoros buscan «cosas más concretas y piezas especiales», apunta.

Para animar a los ovetenses a pasar por su tienda y apostar por los productos de segunda mano, Sandra Folgueras da como argumento la «calidad». «Un mueble de tu abuela sigue igual que cuando tu abuela lo compró, en cambio si compras un mueble ahora, no vamos a dar marcas, pero lo más fácil es que cuando cambies de casa y lo desarmes no puedas volverlo a montar», reivindica.

Escaparate de Trastos y Tesoros, en la avenida Colón de Oviedo.
Escaparate de Trastos y Tesoros, en la avenida Colón de Oviedo.

Comprar y vender

Para hacerse con todas las piezas que tiene en su tienda, a Sandra no le ha quedado «más remedio» que comprar. Recurre a rastros, desembalajes o pisos que tienen que vaciarse. También «hay gente que viene y te ofrece piezas concretas», una opción minoritaria puesto que «el particular lo que quiere es sacar el mayor rendimiento posible a sus artículos», mientras que «el secreto está en comprar barato para poder vender barato», confiesa.

Sandra Folgueras se apoya además en las redes sociales para ampliar clientela y mantener el contacto con la ya existente. En su página de Facebook publica, por ejemplo, alguna de las piezas que tiene a la venta en la tienda. Aunque en este tipo de comercio todavía gana la presencialidad. «La gente normalmente me contacta por Internet pero luego quiere venir a verlo, porque no es lo mismo las fotos o los vídeos que yo pueda enviar a que vengan aquí, toquen las cosas y vean lo que hay», explica. A parte, eso permite que «el que viene con la idea de comprarse una colcha de ganchillo al final marche con una vajilla, dos lámparas, la colcha y una butaca», aplaude. 

Hay numerosos paños, mantelerías o colchas.
Hay numerosos paños, mantelerías o colchas.

En su establecimiento, como en casi todos, hay épocas mejores y otras peores. «El comercio es muy complicado y, a no ser que vendas algo muy necesario, como una barra de pan, fluctúa de un mes para otro, incluso de una semana para otra», confiesa. «Hay meses maravillosos y otros que dices 'ay Dios mío, que voy a tener que echar el cierre'», reconoce Sandra a la vez que asegura estar «contenta» en líneas generales por el funcionamiento de su negocio.