Mayores que no se cansan de aprender en la Universidad de Oviedo: «Venimos encantados»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

De izquierda a derecha. Soledad González, tesorera; José Carlos Montalbán, secretario; y Mamerto Sánchez, presidente de la Asociación de estudiantes mayores de la Universidad de Oviedo
De izquierda a derecha. Soledad González, tesorera; José Carlos Montalbán, secretario; y Mamerto Sánchez, presidente de la Asociación de estudiantes mayores de la Universidad de Oviedo

La experiencia es aún más «gratificante» gracias a la labor que desempaña la asociación de estudiantes de más de 50 años. La organización, que celebra su veinte aniversario, nos cuenta las actividades que lleva a cabo

26 may 2023 . Actualizado a las 09:35 h.

La asociación de alumnos de más de 50 años de la Universidad de Oviedo celebra su veinte aniversario. Hace ya dos décadas desde que los estudiantes del Programa Universitario para Mayores (PUMUO) de la institución académica asturiana decidieron aunar sus criterios para trasladar al vicerrectorado todas las «necesidades, posibilidades y deficiencias» de dicha formación con el objeto de que esta sea lo más completa posible. Además gracias a la labor «esencial» que desempeña esta organización, que cuenta con más de 200 asociados y organiza actividades sociales, la experiencia universitaria es aun más gratificante. «Venimos encantados», resalta Mamerto Sánchez, presidente del colectivo estudiantil.

El programa en el que actualmentehay un total de 747 matriculados -571 mujeres y 176 hombres- y que proporciona una formación universitaria de carácter general tiene una duración de cinco cursos. Este cuenta con una parte obligatoria, en la que hay asignaturas comunes para todo el alumnado, así como una parte optativa que atiende intereses más concretos de cada matriculado. Es por ello que las materias docentes con las que se pretende «alentar el gusto por el conocimiento y la cultura» y que los estudiantes adquieran «capacidades y destrezas que permitan una mejor adaptación a los cambios acelerados de la sociedad actual», se agrupan en torno a cuatro bloques temáticos: Humanidades; Ciencias Jurídico Sociales; Ciencias de la Salud y de la Vida; Ciencia y Tecnología.

En un primer momento, cuando se puso en marcha el programa de PUMUO, eran solo dos cursos. Sin embargo, gracias al esfuerzo y las peticiones realizadas por la Asociación de estudiantes mayores de la Universidad la oferta formativa se fue ampliando hasta conseguir que en la actualidad esta se componga de cinco ciclos. «Queremos que sean muchos más. Los que llevamos bastante años matriculados apenas tenemos ya asignaturas para hacer, aunque es cierto que siempre hay alguna nueva», resalta Mamerto Sánchez. En este punto, la tesorera de la organización, Soledad González, asegura que hay gente de la primera Junta de la asociación que sigue acudiendo a las clases porque «esto no es un ciclo que se cierra». «Por eso una de nuestras luchas es que la universidad nos ofrezca otras cosas», manifiesta.

De la misma manera, reclaman más sedes en otros puntos de Asturias. «Los mismos ayuntamientos preguntan por qué no se implanta PUMUO allí, el problema son las distancias y además no hay tanta gente. A lo mejor ahora mismo dado que la pandemia nos obligó a funcionar vía telemática se pueden utilizar aulas espejo para atender a los alumnos que puedan matricularse en diferentes sedes aunque sean pocos», reivindica José Carlos Montalbán, secretario de la organización que trasladará esta propuesta al vicerrectorado.

Por el momento, PUMUO cuenta con cinco sedes habilitadas (Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres y Luarca) y cualquier estudiante puede inscribirse en el que quiera. De la misma manera, estos tienen la posibilidad de matricularse en las asignaturas que más les convenga o les interesa e incluso pueden repetir alguna asignatura que «hiciste en su momento». Sin embargo, para los nuevos matriculados se aconseja hacer el curso completo. «Este está programado de tal forma que aunque al final no vas progresivamente vas completando los conocimientos que te han dado en la misma área», detalla el secretario José Carlos Montalbán. «Es mucho más interesante hacer el curso completo», apunta Mamerto Sánchez, antes de señalar que algunas clases incluyen visitas a laboratorios para rematar esa formación. «Por ejemplo en la asignatura de los dinosaurios acabas siempre visitando el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), que es un complemento genial», indica Soledad González.

Amplios conocimientos y gran implicación por parte del profesor

Por lo general, las clases, impartidas en su mayoría por catedráticos de la Universidad, son de lo más enriquecedoras, tal y como reconocen Mamerto Sánchez, José Carlos Montalbán y Soledad González, quienes están matriculados en alguno de los diferentes cursos. Los tres destacan la implicación de los docentes. «Cualquier duda que tengas te la resuelven sin ningún tipo de problema. Si en ese mismo instante no te pueden ayudar, te dicen que lo van a consultar y al día siguiente te solucionan la duda. Incluso algunos te dan su correo personal por si tuvieses que preguntarle cualquier cosa», reconoce la tesorera. «Vienen además encantados a darnos clase porque como nosotros venimos porque queremos, entonces estamos muy atentos a todas las explicaciones», resalta el presidente de la asociación de estudiantes.

Además, para hacer más enriquecedora la formación y para poner en práctica lo aprendido en PUMUO también se imparten talleres. «Los que hacemos el curso completo básicamente tenemos dos por semestre y estos te dan más juego a la hora de tratar determinados temas o profundizar en otros. Entonces tú siempre eliges el que quieres porque son optativos», asevera José Carlos, quien lamenta que en cierto momento puede que algún curso se haya quitado de la programación y «si en su día no lo hiciste ya no tienes posibilidad de realizarlo». Es por ello que desde la asociación reclaman aquellos talleres que tienen especial interés entre los matriculados como puede ser el de la lengua de signos. «Fue genial y dificilísimo», reconoce Soledad, a lo que Mamerto confiesa que le encantó. Pero, desde la organización no solo exigen que se vuelvan a impartir talleres que «han desaparecido» sino que también median por mantener aquellos que consideran «esenciales».

Actividades para completar extraescolarmente la formación

De la misma manera, a través de la asociación organizan actividades culturales y lúdicas, en las que «a veces participa el docente», para completar aún más esa formación. Es por ello que tras acudir a la clase de Historia de las Universidades organizaron un viaje a Salamanca para conocer la institución académica de allí. De igual modo, cuando imparten una asignatura relacionado con el arte después planificaron una visita guiada al Museo de Bellas Artes de Asturias. «Todos los meses hacemos una», apunta Soledad, antes de señalar que también acuden a alguna que otra exposición del Museo Arqueológico.

Asimismo han visitado la pinacoteca del Instituto Bernaldo de Quirós, en Mieres; conocieron las pinturas de la iglesia de Santa María Magdalena, en Ribadesella; así como el Santuario de Bendueyos, en Lena. También hicieron un recorrido guiado por las cuevas de Tito Bustillo, subieron a la torre de la Catedral e incluso realizaron la ruta de la senda costera desde Andrín hasta Pendueles, entre otras muchas excursiones. «La gente está muy contenta con todas las actividades que estamos haciendo. Una compañera llegó a decirme que gracias a la asociación ha conocido Asturias porque es verdad que al cabo del año hacemos una serie de salidas muy interesantes. Además todas ellas están adaptadas a la situación de cada uno», resalta Soledad González.

Coro de la Asociación de alumnos mayores de la Universidad de Oviedo
Coro de la Asociación de alumnos mayores de la Universidad de Oviedo

A parte de las excursiones y visitas, «organizamos ciclos de conferencias con directores de cine, escritores, profesores… dependiendo de la asignatura que estemos dando en ese momento o el acontecimiento que esté pasando como por ejemplo la Guerra de Ucrania», explica Mamerto, quien señala que cuentan con un coro con el que han participado en encuentros que se han celebrado en otros puntos de España como Bilbao, Valladolid, Palencia o Galicia. También celebran concursos como puede ser el de pintura o el de dibujo, tal y como apunta José Carlos. Además, la organización pertenece a CAUMAS, la Confederación estatal de Asociaciones de alumnos y exalumnos de los programas Universitarios de Mayores, tanto de las entidades públicas como de las privadas. «Nos ofrecen asesoramiento, realizamos encuentros, intercambios con universidades de fuera de España...», asegura Mamerto.

La sociabilización, el punto fuerte

De igual modo organizan encuentros gastronómicos, puesto que tal y como asegura Soledad «una comida une más que cualquier clase». «Aquí la sociabilización que hay es terrible. Te permite cambiar de tu círculo de amigos y siempre te encuentras algún excompañero de bachillerato o de carrera», apunta Mamerto, quien concluye con que «podemos decir que siempre hacemos cosas que te obligan a relacionarte con otras personas, algo que con los años es muy complicado».

Al fin y al cabo desde la asociación, a parte de aunar todos sus esfuerzos para que el proyecto PUMUO «funcione mejor», que la formación sea lo más completa posible en todos los sentidos y que se generen lazos de amistad, uno de los objetivos que persiguen es que la gente de más de 50 años conozca la existencia del mismo. «Recomiendo absolutamente a la gente que se matricule en la Universidad y no se quede en casa. Que no tengan miedo que aquí no pasa nada. La Universidad es algo abierto», señala Soledad.

«Cuando uno se jubila tiene que seguir haciendo algo y tener la mente activa porque sino te empiezas a anquilosar», señala Mamerto, antes de que José Carlos lamente que «la situación vital por inercia te lleva a quedarte en casa». «Cuanto más parado te quedas, más te paras y mentalmente pasa lo mismo, con lo cual con nuestra asociación y con PUMUO nos mantenemos ágiles. El hecho a ir a clase te obliga a salir de hogar porque tienes que acudir al 80% de las clases sino quieres perder el curso. Es por ello que venir a la Universidad es tu tarea del día a día», señala el secretario de la asociación estudiantil. 

A parte de mantener una rutina, para muchas personas mayores de 50 años el programa supone una oportunidad para adquirir aquellos conocimientos que por circunstancias de la vida no les ha resultado posible. «Aquí te encuentras desde gente con un nivel cultural muy alto como pueden ser ingenieros, abogados o incluso médicos, a individuos que no han podido pasar de la Primaria», señala Mamerto. Un claro ejemplo nos lo encontramos con Soledad González, quien lleva 15 años participando en el programa.

«Cuando tenía que haber entrado en la Universidad no entré. Me quedé con las ganas de hacerlo y entonces en cuanto pude me matriculé. Estar en PUMUO me permite ampliar conocimientos, sin tener que estudiar mucho y por supuesto sin tener que hacer exámenes. Yo aquí vengo a clase tranquilamente, cojo mis apuntes y si quiero ampliar la información pues consulto al profesor. Además con este programa los conocimientos son muy variados, es decir, como a mi no solo me interesa la psicología sino también las artes o las matemáticas también me matriculo en esas asignaturas», relata.

En su caso, como vive en Siero y por tanto «tengo a la misma distancia Oviedo, Gijón y Mieres, pues cada día voy a clase a un sitio diferente». «Mucha gente se queja de ir cuatro días a clase, pero a mi me encanta. Cuando haces el primer curso completo lo haces así y yo lo sigo haciendo porque yo cuando no tengo clase, aunque tengo otras cosas que hacer que ocupan mi tiempo, el venir aquí a mi me encanta. Yo soy de las que traigo libreta y bolígrafos de colores», confiesa.

Por el contrario, Mamerto Sánchez se matriculó en PUMUO tras poner fin a su carrera laboral. «Yo tenía un trabajo de mucha actividad y de repente al jubilarme me encontraba en casa y me decía: "qué hago aquí, tengo que ponerme con algo". Fue mi hija la que me habló del programa porque no sabía ni que existía, me apunté y estoy encantado. Ya llevo nuevo años viniendo», cuenta. «En mi caso, que soy de Salamanca, cuando vine aquí hace cinco años dije: "tengo que buscar algo". Me enteré tras buscar a ver qué cosas había para hacer de que existía PUMUO y como encima me queda cerca de casa pues me apunté. Mi idea es seguir hasta hacer todos los cursos. El año que viene seleccionaré lo que quiera y me apuntaré a algún taller que todavía no hice o a alguna asignatura nueva que hayan metido».

Acudir a la enseñanza reglada: próximo objetivo 

Mientras continúan sus formaciones, desde la asociación «intentaremos conseguir que una vez acabado el ciclo de PUMUO podamos asistir a la enseñanza reglada aunque sólo fuese como oyentes», reivindica Mamerto Sánchez. «En su momento lo hubo pero lo quitaron y sé que la experiencia de las personas fue espectacular», asevera Soledad González, quien al igual que el resto de la junta directiva anima a todo aquel a formar parte de la asociación. «Cuantos más seamos más cosas podremos hacer y podrán aportar sus ideas también», apunta el presidente de la organización.

¿Cuánto cuesta asociarse y qué ventajas reporta?

«La cuota son 15 euros al año. Al asociado le da derecho a participar en cualquier actividad que hagamos con la asociación, tiene preferencia para participar sobre cualquier otra persona del exterior y siempre los precios son más económicos. Además recibe la información de manera personalizada a través del WhatsApp de las actividades que vamos a hacer», precisa Soledad González.

La Universidad de Oviedo aplaude el trabajo de la asociación de estudiantes

La vicerrectora de Extensión Universitaria y Proyección Cultural, Pilar García Cuetos, celebra los 20 años de la Asociación de alumnos mayores de la Universidad de Oviedo. «El alumnado de PUMUO es lo que dota de sentido a todo el trabajo y la asociación de su alumnado refleja ese dinamismo y esa apertura al mundo propios del programa», señala la docente antes de apuntar que «la vida concebida como un aprendizaje permanente es lo que caracteriza a PUMUO y su alumnado».

«En sus estatutos fundacionales, los objetivos que se planteaba AUMA eran: promover y realizar actividades de tipo cultural, artístico y recreativo que contribuyan a la formación y desarrollo de las personas, la satisfacción de aficiones formativas, la organización de actividades culturales que contribuyan al establecimiento de relaciones humanas, la colaboración en actividades sociales y servir de punto de encuentro de las personas del proyecto. Y 20 años después, podemos decir que los objetivos se han cumplido con creces», reconoce Pilar García Cuetos. 

Bajo esta premisa la de Extensión Universitaria destaca que «excursiones, visitas, encuentros, conferencias, coro o concursos de creación literaria han nacido de su empuje y su labor incansable». «La lista de actividades es tan grande que no podemos recogerlas todas, pero lo fundamental es la vida compartida, el aprendizaje compartido, la soledad vencida y la ilusión permanente», elogia.