Albiñana, la casi centenaria sombrerería de Oviedo: «Tenemos más de 500 modelos de sombreros para hombre»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

Luis Bobes es el actual propietario de Albiñana, la única sombrerería que queda en Oviedo
Luis Bobes es el actual propietario de Albiñana, la única sombrerería que queda en Oviedo

Es la única tienda de la capital asturiana que mantiene con vida el tradicional oficio. La segunda generación es la encargada de llevar las riendas de este emblemático negocio familiar que se ha convertido en seña de identidad

31 oct 2023 . Actualizado a las 09:37 h.

El sombrero es un accesorio que nunca pasa de moda. Este complemento de vestir lleva en nuestra vida desde tiempos inmemoriales, logrando resistir a los cambios estilísticos temporada tras temporada. Aparte de ayudarnos a combatir el calor o el frío, este artículo para la cabeza aporta una gran personalidad a quien se atreve a lucirlo gustosamente. Hubo un tiempo en el que además indicaba el estatus social de su propietario. En Oviedo, para hacerse con uno, basta con acudir a la Sombrerería Albiñana, la única tienda que resiste y mantiene vivo el oficio en la ciudad. Con nada más y nada menos que 99 años de experiencia, las estanterías de este icónico comercio están repletas de este apreciado producto en diferentes formas, colores, materiales e incluso épocas.

Así lucía antiguamente la Sombrerería Albiñana en la calle Melquiades Álvarez
Así lucía antiguamente la Sombrerería Albiñana en la calle Melquiades Álvarez

Para conocer la historia de la Sombrerería Albiñana hay que remontarse a principios del siglo XX. Corría el año 1924 cuando un valenciano llegó a Oviedo para conocer el oficio. Después de trabajar en una sombrerería, decidió abrir la suya propia frente a la iglesia de San Juan. Al principio el hombre determinó especializarse en la limpieza y el teñido de estos complementos de moda, ya que por aquel entonces en la ciudad había hasta seis tiendas similares. Con el paso del tiempo, apostó por comercializar sombreros, gorras, boinas y todo tipo de accesorios para cubrir la cabeza.

Después de 38 años de actividad en la capital asturiana, el sombrerero valenciano se vio obligado a traspasar el negocio. Su mujer había caído enferma y, como necesitaba un clima más seco donde vivir, el matrimonio se mudó a Madrid. Por suerte, la familia Bobes Cuesta, que en aquel momento vivía en Venezuela, se enteró de que la Sombrerería Albiñana buscaba nuevo dueño. Aunque nunca habían trabajado en algo similar, decidieron regresar a su tierra natal para llevar las riendas de la tienda, con la única condición de mantener el mismo nombre.

Imagen antigua del interior de la Sombrerería Albiñana, situada en la calle Melquiades Álvarez de Oviedo
Imagen antigua del interior de la Sombrerería Albiñana, situada en la calle Melquiades Álvarez de Oviedo

Una vez al frente de la sombrerería, en el año 1962, el matrimonio decidió darle un giro a la tienda, dado que «estaba muy abandonada». Además de darle un buen lavado de imagen, pusieron a disposición del público ovetense más variedades de sombreros, así como otros complementos de moda. Al volcarse en cuerpo y alma, el negocio fue viento en popa, hasta que en el 2005 la propiedad del edificio ordenó el cierre del local. Como además coincidía con la jubilación de la matriarca de la familia, sus hijos Luis y Elena Bobes deliberaron si hacerse cargo del negocio.

«Como nos criamos en la tienda, toda la vida la mamamos, y además empezamos a echar una mano desde los 14, nos daba pena dejar morir un negocio de tantos años. Entonces, decidimos abrir una tienda en la calle Melquiades Álvarez. Poco tiempo después inauguramos otra en la calle Magdalena. Hasta el día de hoy, que nos mantenemos con las dos abiertas», cuenta Luis Bobes, quien desde entonces mantiene la misma esencia de la Sombrerería Albiñana.

Durante años en la Estación del Norte de Oviedo lucía este cartel en el que se anunciaba la Sombrerería Albiñana
Durante años en la Estación del Norte de Oviedo lucía este cartel en el que se anunciaba la Sombrerería Albiñana

Una filosofía de trabajo que «siempre se basó» en tres pilares fundamentales: el trato hacia el cliente, la calidad del producto y el conocimiento del mismo. «Para nosotros esa es la base de la tienda. El atender muy bien a la gente, intentar seleccionar los mejores artículos y saber todo el proceso de fabricación, el cómo, el por quién y en qué condiciones está hecho, puesto que en Albiñana llevamos años trabajando la sostenibilidad, algo que ahora está muy de moda», reconoce.

La Sombrerería Albiñana solo cerró sus puertas en la pandemia

Otra de las claves del éxito de esta emblemática sombrerería es que desde que abrió sus puertas hace ya 99 años no ha dejado de evolucionar y adaptarse a los tiempos. Durante la Guerra Civil, como los únicos clientes que tenía Albiñana eran combatientes, al precisar estos de botonaduras, galones, condecoraciones y otros productos militares, el sombrerero valenciano decidió incorporar estos artículos a su oferta para así seguir ingresando dinero.

De la misma manera, coincidiendo con el Mundial de fútbol del 82 y dado que iban a llegar mareas de aficionados, al padre de Luis Bobes se le ocurrió la idea de vender banderas. Desde entonces, en Sombrerería Albiñana comercializan todo tipo de enseñas oficiales. Quienes principalmente compran estos productos de calidad son los distintos Ayuntamientos, organismos y entidades públicas, aparte de hoteles.

Los sombreros que se ponen a la venta en Albiñana son en su mayoría de marcas españolas
Los sombreros que se ponen a la venta en Albiñana son en su mayoría de marcas españolas

Y con el objeto de llegar a todo tipo de clientes, en Sombrerería Albiñana cuentan con modelos de sombreros, gorras y boinas tanto para hombres como para mujeres. «Solo para caballero podemos llegar a tener por temporada entre 500 o 600 artículos diferentes», asegura Luis Bobes. Unos productos que principalmente son de firmas españolas. «Si no encontramos marcas nacionales nos vamos al mercado europeo y por último a países como Estados Unidos o Argentina, que sabemos que trabajan en buenas condiciones», detalla, antes de señalar que trabajan también la marroquinería, sobre todo bolsos destinados a un público masculino. Cuentan además con guantes, abanicos o paraguas, entre otros complementos de moda.

Complementos de moda como pueden ser paraguas, bufandas, carteras o guantes están también a la venta en Sombrerería Albiñana
Complementos de moda como pueden ser paraguas, bufandas, carteras o guantes están también a la venta en Sombrerería Albiñana

Al final, «todo el trabajo se basa en la observación y en lo que demanda el cliente». «Aquellas cosas que funcionan nos especializamos en ellas, pero seguimos modernizándonos para no quedar estancados», asegura Luis Bobes, quien confiesa que no le gusta «nada» que la gente diga que su negocio ya está más que consolidado. «Tú puedes tener 120 años que si no evolucionas puedes desaparecer. Somos uno de los primeros comercios en Oviedo en vender online y eso que somos un sector muy tradicional», resalta.

En Albiñana es constante la discusión de ver qué productos nuevos incorporan o con qué van a sorprender al cliente. «Con la competencia tan brutal que hay tenemos que estar continuamente reinventándonos», apunta el propietario de la sombrerería. En este punto reconoce que las plataformas de venta online afectan directamente a sus ingresos. Mientras que otros negocios exigen medidas para regular el comercio electrónico, Luis Bobes prefiere no subirse al carro. En vez de quedarse con los brazos cruzados, el empresario lucha por conseguir que la compra física sea mucho más atractiva y cómoda que la adquisición por internet.

Medio millar de sombreros conforman la oferta de caballero de Albiñana
Medio millar de sombreros conforman la oferta de caballero de Albiñana

Pero, ¿cómo se puede conseguir que la compra física sea más atractiva para las personas? «Con una atención muy buena al cliente, con confianza, con asesoramiento y, por supuesto, con una venta no forzada», confiesa antes de señalar que además realizan ventas por teléfono, a través de WhatsApp o incluso por correo electrónicos. «Son otros canales que incorporamos porque la gente lo demandaba», apunta.

«Algunos clientes son ya tercera generación y muchos se han convertido en amigos»

Esto, sumado a la gran variedad de productos con la mejor calidad posible, hace que la Sombrerería Albiñana cuente con una amplia y fiel cartera de clientes. «Algunos son ya tercera generación y muchos se han convertido en amigos», resalta orgulloso y agradecido a partes iguales Luis Bobes. «Tenemos de todos los tipos de edad y de todos los géneros, no podemos decir que somos más masculinos o más femeninos, aunque en un principio la sombrerería estaba más enfocada a caballero. Además, hay quienes se despiden dándote un apretón de manos y eso quiere decir que se formó ya una relación. A lo mejor no te compra un sombrero dentro de dos meses pero sí dentro de dos años, y eso hace que el negocio continúe».

Unos productos que traspasan fronteras

Aparte de personas de cualquier punto de Asturias, Sombrerería Albiñana tiene clientes por todo el territorio nacional: «Nos compra gente de León, de Madrid e incluso de Barcelona». Y por si fuera poco, también venden sus productos fuera de España. Sin ir más lejos, «la semana pasada batimos el récord de distancia de una compra. Vendimos una gorra en la ciudad australiana de Melbourne, cuando lo máximo que habíamos llegado fue Japón», señala Luis Bobes, quien asegura que «es muy reconfortante que alguien de tan lejos conozca tus artículos». «Te da mucha energía», celebra.

En Albiñana se comercializan sombreros y gorros de todo tipo, forma y color
En Albiñana se comercializan sombreros y gorros de todo tipo, forma y color

La sombrerería Albiñana ha obtenido este año el Premio Nacional de Comercio Interior. «En Asturias no hay ningún comercio que lo tenga y en España ninguna sombrerería», resalta antes de señalar que desde el año 2007 hasta el día de hoy cuentan con un total de 12 galardones, tanto nacionales como internacionales, por el buen trabajo realizado durante todo este tiempo. No obstante, pese a tener una estantería repleta de reconocimientos, Luis Bobes no da la batalla por ganada ni un solo día. «Nunca sabes lo que puede pasar», reconoce.

Por eso, cuando soplen las velas de los 100 años de la Sombrerería Albiñana lo celebrarán, aunque todavía no sabens cómo. Además, en lo que llega el día en el que tenga que poner fin a su vida laboral, seguirá trabajando para cumplir todos los objetivos que se le pongan entre ceja y ceja. Luis Bobes al igual que aquellas personas que regentan un negocio espera poder jubilarse en la sombrerería que le vio crecer, tanto personal como profesionalmente.

En el momento en que eso ocurra, su hijo será el encargado de coger las riendas de la empresa familiar. «Tiene interés en hacerlo pero yo no quiero obligarlo a nada, que él decida libremente, porque un comercio lleva mucho sacrificio y hay que estar dispuesto a trabajar muchas horas. Pero es verdad que es muy satisfactorio tratar con la gente y pasar por todo el proceso de la venta», asevera.

Si alguien está interesado en conocer de primera mano la Sombrerería Albiñana podrá hacerlo a través de las visitas guiadas que organiza junto con el Ayuntamiento de Oviedo. «Durante una hora contamos la historia del negocio, explicamos cómo se hace el sombrero, los tipos que hay y cómo distinguir la calidad de los mismos», asegura Luis Bobes, quien anima a todo aquel que lo desee a pasarse por la tienda.

Aparte de llevar las riendas de la Sombrerería Albiñana, Luis Bobes es el autor de El peor negocio del mundo. Una obra que todavía se puede encontrar en las librerías y en la que el empresario da ideas de cómo se debe trabajar y cómo crear una estrategia para que un pequeño comercio no se muera. La historia, protagonizada por dos amigos y con toques de humor, recoge cómo el negocio de un pueblo, por no actualizarse ni localizar la demanda de los clientes, fue al fracaso.

¿Y cuál es el secreto para que eso ocurra? «No hay un gran secreto detrás del comercio lo que hay que hacer es estar atento y, sobre todo, tener la capacidad de adaptación. Aquí no aguanta más el que más dinero tiene, sino el que es capaz de observar el mercado, ver como evoluciona e ir adaptándose al mismo. Hay que aprender de los grandes. Si Amazon triunfa es porque está dando lo que yo no, entonces hay que mirar y ver si lo podemos aplicar en la tienda», sentencia.