Este día de parón tras la fase de grupos debería repensarse y ser prohibido. No se interrumpe una ilusión. Mucho más si a lo que hemos asistido al vértigo de una sucesión de golpes de efecto, de máximas ansiedades. He visto Mundiales donde se bostezaba hasta la eliminación de cuartos. Creo que es esta extirpación del bostezo es la que ha engullido a Alemania, quien siempre solía asestar sus zarpazos al borde de la siesta. La que peor se ha adaptado al torbellino, al maelstrom, ha sido la maquinaria siempre aparatosa y blindada de los alemanes. Ayer reponían en los cines El Padrino. Pero Alemania- que ha sido históricamente Vito Corleone- ya no se presenta en la guerra de familias que comienza esta tarde. A no ser que estemos equivocando el marco y el verdadero padrone sea Putin. Quien tiene toda la pinta de una larga vida en el poder y una muerte dulce y anciana entre los nietos, mientras pasea por la tomatera de su dacha.
Los octavos son esa fase killer en la que te pueden balear el ojo izquierdo sangrante bajo las gafas mientras te relajas para el afeitado de la barbería. Ahí solo valen la pegada y la astucia. Bajo esas claves veo en su salsa a Bélgica y a Croacia. También a Uruguay que siempre ha sido Luca Brassi. Brasil se desangra en ausencia de un capo di tutti capi, lo que va de Dunga o Cafú al lagrimeo inaceptable y caligulesco Neymar. Francia y Argentina libran hoy una noche de San Valentín que tiene a todos a la expectativa. El que salga vivo de ese duelo será el rey de Nueva York y toda la costa oeste. Y España. Para llegar a la cima, Hierro tendría que poseer la gélida impiedad como para deshacerse de al menos cuatro chicos de la famiglia: Carvajal, Silva, Costa y, por supuesto De Gea. No lo hará. Para llegar a la cumbre- lo sabía bien Michael Corleone- no puedes permitirte perdonarle la vida ni a tu hermano. Me temo que Hierro no saldrá a pescar al amanecer con Freddo o con De Gea para regresar de ese viaje solo, sabiendo que si quieres coronarte en el trono de la lucha de clanes del Mundial eso te obliga a cobrarte la sangre de tu sangre.