España es mucho más que Rusia

RUSIA 2018

ABEDIN TERKENAREH

Su repertorio individual y colectivo le da clara ventaja en el cruce más desigual sobre el papel

01 jul 2018 . Actualizado a las 12:26 h.

Ni un segundo pasó Kozakiewicz sobre la gigantesca colchoneta azul. Apoyó la mano derecha, y con el mismo impulso empleado para ponerse de pie convirtió la celebración en un corte de mangas para la historia. Luego el brazo prosiguió su camino al aire, recogiendo la fenomenal alegría del campeón polaco, como si quisiera disimular el desafío a la multitud. Pero hubo tiempo y cámaras suficientes para obtener una de esas instantáneas que alimentan el imaginario olímpico. Esta emparejada a los juegos del boicot. Los de 1980, cuando el melenudo Wladyslaw Kozakiewicz superó con ayuda de una pértiga el listón situado a 5,78 metros del suelo, batió el récord del mundo, se colgó el oro y se despidió con una sonrisa y un gesto de los 80.000 rusos que lo habían abucheado sin parar. Los que llenaban el estadio Central Lenin, ahora estadio Luzhniki, en el que España se mide esta tarde al anfitrión.

Rusia cuenta con la baza de la hinchada, como en su día el saltador local Konstantin Volkov, para salvar la distancia que sobre el papel lo separa del rival. Hierro cuenta con todo lo demás; con la superioridad por nombres y equipo del excampeón, un conjunto que no había caído con Lopetegui y tampoco lo ha hecho aún con el nuevo entrenador. El dato es tan incontestable como las malas sensaciones transmitidas en el arranque de Mundial.

Hubo graves errores individuales contra Portugal, impotencia colectiva frente a Irán y milagro de última hora ante la ya desahuciada selección marroquí. Evidencias que disgustan más por su denuncia que por su existencia a muchos de quienes componen la expedición del combinado nacional. Lo señaló hace un par de días Thiago y antes otros como Isco, abrazados a esa falacia de que el entorno mediático necesita animar y no señalar. Un síntoma más del ambiente enrarecido desde la previa al arranque del torneo, producto de una tensión que hoy podría empezar a esfumarse con una victoria frente a un adversario menor pese a su condición de local.

Rusia abrió la fase de grupos goleando a Arabia Saudí, penúltima clasificada según el ránking FIFA de entre todas las que confluyen en el Mundial. La última (puesto 70) es la propia anfitriona, cuyos suplentes quedaron retratados por Uruguay justo antes de alcanzarlos octavos de final. De por medio, sí completaron los de Cherchesov un encuentro notable, batiendo sin problemas a la Egipto de Salah.

Prueba para Carvajal

En las dos primeras citas, las que los metieron en los cruces, brillaron jóvenes de talento como Golovin, Zobnin o el irreverente central Kutepov, y brilló especialmente Cheryshev. El desborde del jugador del Villarreal, enfrentado a un Carvajal todavía por recuperar, supone la mayor amenaza rusa, junto a las acciones de estrategia y el trabajo de desgaste del enorme Dzyuba. Repertorio limitado frente al que maneja Hierro, dispuesto a resolver dudas por la vía de la consolidación. Habrá nueva oportunidad para que De Gea recupere aplomo e Iniesta se sume a Isco en el desequilibrio con balón. Costa podrá enmendar su discreto rendimiento de la cita con Marruecos y retomar la racha anotadora donde la dejó ante Irán. No parece que vaya a ser en compañía de Aspas, por mucho mérito que acumule el de Moaña, a quien Asensio habría ganado el sitio en las preferencias del entrenador. Como Koke a Thiago en la medular.

Le sobran recursos a España para silenciar Luzhniki, por muy alto que ponga Rusia el listón.