Rebic, de defenestrado a revelación

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

RUSIA 2018

DIMITAR DILKOFF | AFP

Ni Hajduk ni Fiorentina confiaron en el atacante, clave ahora en el juego de Croacia

07 jul 2018 . Actualizado a las 19:21 h.

Hace dos años Ante Rebic tuvo que ver a la selección de Croacia en la Eurocopa 2016 por televisión. Antes, la Fiorentina lo había cedido dos veces hasta que decidió facturarlo al Eintracht de Frankfurt y cuando tenía 15 años, el Hajduk, uno de los grandes del fútbol croata, lo había descartado. Hoy, en Split y en el resto del mundo ya saben que Rebic no es un tapado, sino un excelente futbolista que se ha subido a lomos del once de Dalic para convertirse en una de las grandes revelaciones del torneo universal. Ya ha dejado su tarjeta de presentación marcándole un gol a Argentina, forzando ante Dinamarca el penalti que Schmeichel le detuvo a Modric y provocando otra pena máxima a Nigeria. Esta tarde será una amenaza desde la banda derecha para el anfitrión Rusia en la pugna por un lugar en semifinales.

Rebic, de 24 años y 182 centímetros de estatura, lo ha tenido difícil para triunfar. Tras la patada del Hajduk tuvo que emigrar la modesto RNK, el otro equipo de Split. Allí avisó de su potencial subiendo, para quedarse, a la primera plantilla con solo 18 años. Era el 2011 y solo dos después se presentó al mundo marcando los goles que llevaron a la selección sub-20 a los octavos del final del mundial de la categoría.

Entonces la Fiorentina llamó a su puerta y con los italianos sufrió el segundo zasca. Una lesión prematura, aunque de leve importancia, y la falta de confianza del club viola provocó una doble cesión. Primero al RB Leipzig y después al Hellas Verona. Y en ninguna de las dos plazas la cosa mejoró.

Todo cambió en el verano del 2016 cuando Niko Kovac, exseleccionador de Croacia, decidió darle una última oportunidad llevándoselo al Eintracht de Frankfurt, tambien a préstamo. Y en su segundo año en la Bundesliga ha explotado, convirtiéndose en un asiduo en el equipo con 28 partidos y nueve goles aun sin jugar de nueve de referencia y subiendo a los altares por su actuación en la final de Copa en donde la marcó dos goles al Bayern.

Su actuación en la Bundesliga le reabrió las puertas de la selección, con la que había estado en el Mundial de Brasil saliendo tres veces desde el banquillo. Después pasaron más de dos años sin que Croacia lo tuviese entre sus nominados. Hasta que en noviembre del 2017 Zlatko Dalic, el apagafuegos que llevó a los balcánicos desde la repesca a los cuartos del Mundial, recurrió a él. Meses más tarde le hizo un sitio en la lista de 23 y aunque apuntaba a secundario se ha convertido en el gregario más lustroso. Hoy puede seguir revertiendo su historia si vuelve a ser un puñal por la derecha. Un rival indetectable.