Análisis: «El Sporting ganó por fuera»

Daniel Souto

SPORTING 1905

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Artículo de opinión

18 dic 2018 . Actualizado a las 00:45 h.

El Sporting continúa con la dinámica positiva desde la llegada de José Alberto tras vencer por la mínima a un Mallorca también inmerso en la lucha por el playoff de ascenso. El conjunto gijonés volvió a saltar al césped del Molinón - Enrique Castro ‘Quini’ ordenado en un 4-4-2 que va pasando de recurso a discurso para el nuevo técnico. Con Blackman y Djurdjevic en punta, el área estaría bien poblada, renegando del juego de los mediapuntas para tratar de hacer más daño por fuera y estar equilibrados desde el doble pivote.

Eso sobre el papel, pues luego la práctica fue muy diferente. Robin Lod y Carlos Carmona ocuparon los teóricos puestos de volantes para formar esa línea de cuatro en el centro del campo, pero en realidad su tendencia fue claramente interior. Finlandés y balear partían de posiciones más centradas para luego, en determinadas ocasiones, dejarse caer a banda cuando el Sporting jugaba a un ritmo más bajo y el balón llegaba a los laterales de su zona. Sin embargo, la dinámica habitual del partido era que ambos estuviesen incrustados por dentro, tratando de formar un escalón más por delante de Salvador y Nacho y fuesen ellos los enlaces con la pareja de puntas, cuya movilidad al final era la que ocupaba los espacios que Robin y Carmona dejaban con sus posiciones habituales.

Fue Djurdjevic el que más cayó a los costados, ofreciendo un despliegue brutal que a mí personalmente me agotaba, y eso que estaba sentado en la grada. La principal desventaja de este movimiento del serbio era que se perdía a un potencial rematador dentro del área, y eso dejaba en desventaja al Sporting en el área rival. Con el paso de los minutos se podía observar que el Mallorca era muy vulnerable por los costados, y aprovechar eso se antojaba clave para poner en ventaja a los gijoneses. Por ello las incorporaciones de Cordero y, especialmente un hiperactivo Geraldes, generaron todo el peligro del Sporting por fuera en ataque.

Los laterales fueron de gran importancia en un contexto de partido que les hacía muy necesarios. El Mallorca sufría por fuera y las posiciones medias de Lod y Carmona les dejaban todo el carril libre y despejado para sus incorporaciones, pero se echaba en falta que pudieran tener oportunidad de estar en igualdad o superioridad ante los defensas baleares sin necesidad de perder un hombre de remate por las caídas a banda de Djurdjevic o Blackman. Eso José Alberto también lo supo ver, y sustituyó a sus dos hombres de banda con clara tendencia interior por dos extremos al uso, de los que les gusta partir bien pegados a la línea de cal y que buscasen, ya fuese en diagonal o en vertical, la profundidad que generase superioridades con las subidas de Cordero y Geraldes.

Así, con Álvaro Jiménez y Álvaro Traver sobre el césped, el Sporting incidió más en atacar el punto débil del Mallorca por los costados. Pablo Pérez, tras la entrada de estos, comenzó a jugar más por dentro y así tener un hombre más al remate, y Geraldes comenzó a ganar con mucha facilidad la línea de fondo. Aún con ventaja en el marcador. Algo de lo que buscaba proponer José Alberto; seguir buscando la portería rival con independencia del resultado, pero siempre con cabeza. El Sporting pudo terminar matando el partido mucho antes, pero el acierto sigue siendo una cuenta pendiente para los gijoneses. Al final sufrimos de más, aunque es algo a lo que la parroquia rojiblanca ya está demasiado acostumbrada. No es que se echase de menos, pero ir al templo para ver al Sporting atacar hasta los últimos minutos compensa el sufrimiento de los instantes finales cuando el luminoso está muy ajustado. Mejor eso que conformarse con una renta mínima, como sucedía en los últimos tiempos.