Artículo de opinión
21 mar 2019 . Actualizado a las 13:14 h.El derbi asturiano es la ‘mili’ de este siglo. Parece un recuerdo del pasado y una historia recurrente para todos los nacidos antes de los años 80. Se hablaba del servicio militar, de la ciudad de destino, de compañeros célebres de los que nada más se supo. Ahora le cuentan a los ‘millennials’ el último Sporting-Oviedo en Primera, el del gol del guaje Villa, el de Bango en propia puerta, buscarán estadísticas y repetirán batallitas de aquel viaje en tren y el paseo de la Calla Uría al viejo Tartiere o del Humedal a El Molinón. Buscando en el baúl de los recuerdos, cualquier tiempo pasado nos parece mejor, que cantaba Karina en 1969. Un año en el que, por cierto, hubo derbi en Segunda División.
No es que la categoría en la que se juega (Segunda) le reste importancia al partido, que se la resta, ni repercusión, que se la resta también. Es que hay una generación entera que no podrá contar ningún tipo de batallas: ni de la mili ni de los derbis, ausentes de 2003 a 2017. Lo único que supimos del clásico asturiano durante más de una década fueron aquellos libros que impulsaron con mucho esfuerzo Antón Meana y Pedro Zuazua. La generación perdida podrá buscar historias en esas páginas.
El de este domingo puede ser histórico. O no. Puede significar el impulso definitivo del Oviedo hacia el play-off o la continuidad de la buena racha sportinguista. El del año pasado, con victoria azul, fue el punto de inflexión de los de Baraja para dispararse hacia los primeros puestos, pero como el final de Liga fue el que fue pasará sin pena ni gloria al cajón de las estadísticas. El de la primera vuelta de esta temporada estuvo lejos de ser entretenido, pero sí que tuvo consecuencias: el resultado decidió la destitución de Rubén Baraja.
A los asturianos, en el fondo, nos da igual que llevemos más de dos décadas sin derbi en Primera División, porque nuestro clásico nos sigue pareciendo, casi a la misma altura del Madrid-Barça, la mayor rivalidad de todas las del fútbol español: ni el derbi sevillano, ni el gallego, ni el de Madrid. En Asturias, esta semana, solo se habla de lo que pasará el domingo en El Molinón y marcará las conversaciones del lunes en la vuelta al trabajo. El que gane hablará de su equipo. Y el que pierda hablará de la ‘mili’.
