
El Sporting, lanzado desde el mes de marzo, busca confirmar sus opciones de play off ante el Granada, segundo clasificado
12 abr 2019 . Actualizado a las 20:01 h.Los tiempos de paz no contentan a nadie. No hay controversia, tampoco polémica y todo resulta tan gris que aburre al más inocuo. Es lo que tiene ganar. Silencia los debates y obliga a los amantes de la permanente desilusión a ir un poco más allá. Ahora parece que tampoco vale con ganar. También hay que jugar bien a fútbol. Bien en el sentido más elitista de la palabra. Bien de bonito, con posesión como hacía Guardiola con Xavi, Busquets, Iniesta y Messi. Puro purismo.
Es la permanente búsqueda del pero. Cuando pierdes porque no ganas; cuando, en cambio, te toca sumar de tres, como viene haciendo el Sporting desde inicios de marzo, la crítica tiene hambre y como tiene que comer y vivir de algo va un poco más lejos, al menos un paso más y se va directa al juego. Al Sporting de José Alberto, sentenciado antes de su renacimiento por su propio rendimiento, le faltan las formas, aunque se haya encargado de avanzar y avanzar desde más atrás que nunca.
Reformulado en su estilo y renacido en puntuación a este nuevo Sporting, convencido de sus capacidades, los debates parecen darle igual. Se había ganado a base de méritos su derrota y ahora también se ha ganado la oportunidad de volver a sentirse aspirante. Quiere confirmar su escalada al cielo del play off ante un hueso, el Granada, segundo clasificado de LaLiga 123.