Análisis: «El Sporting necesita creer en un plan»

Daniel Souto

SPORTING 1905

Fernández Sporting
Fernández Sporting

Artículo de opinión

22 may 2019 . Actualizado a las 23:38 h.

A todo aficionado sportinguista todavía le cuesta acostumbrarse a ver equipos con menos presupuesto y masa social, no solo estar presentes de forma constante en Primera División, sino alcanzar logros clasificatorios en la máxima categoría y hasta tener el privilegio de vivir noches europeas. Un sueño más bien lejano en Gijón, pero que en su día fue una realidad. Sin embargo, aunque uno no termine de adaptarse a esta nueva situación, es fácil comprender el por qué del destino de unos y otros. Por qué el Sporting está donde está, en un lugar que no le corresponde, pero seguramente sí merezca.

El club rojiblanco siempre ha sido un club de cantera a lo largo de su historia. Mareo, su valor principal, tanto por activo presente como futuro, un sostén a la altura de las principales academias futbolísticas de nuestro país, incluso de aquellas que representan a clubes con una realidad muy alejada de la nuestra. Este valor es irrefutable, pero requiere de cierto trabajo muy concreto en torno a la planificación y desarrollo de dicho talento que deriva en muchas ocasiones en una gestión harto complicada. El poder de la cantera, junto al equilibrio de incorporar de fuera todo aquello que no seas capaz de cubrir con las generaciones venideras, es parte fundamental a la hora de diseñar una hoja de ruta, de planificar el futuro de un equipo a medio plazo sin demasiados sobresaltos. Un valor que pocos tienen a lo largo y ancho de nuestra geografía, y que el Sporting debería saber explotar para poder dar el salto.

Decíamos que al aficionado sportinguista no le costaría encontrar motivos por los que la situación del club es la que es actualmente, anclado de nuevo en Segunda División, sin tener el horizonte despejado y con un objetivo al que le cuesta mirar a los ojos. Y la principal dificultad que se está encontrando el Sporting a la hora de asentar su proyecto más allá de una simple temporada es la gestión y planificación de los recursos. Extrapolando de la ecuación la condición especial de la entidad rojiblanca, dejando a un lado su situación económica y el valor tan diferencial que tiene en Mareo, todo proyecto deportivo que ponga sus miras en la sostenibilidad y el crecimiento -el sin retorno mejor no mencionarlo- debe tener un equilibrio y una planificación digna de mención. Y esta vive totalmente ausente en las oficinas de nuestra ciudad deportiva.

No solo el Sporting, ningún equipo que quiera plantear un proyecto al alza puede permitirse superar la docena de fichajes temporada tras temporada, de manera constante. Más allá de hacer grupo o identificar a los jugadores con la grada y el club, un equipo bien estructurado debe encontrar, desde una serie de piezas clave y el trabajo conjunto de la dirección técnica con la deportiva, la forma de acudir al mercado únicamente para mejorar ciertas características del equipo o cubrir las bajas que puedan surgir. Evidentemente no es un trabajo sencillo, un fichaje nunca sabes cómo va a salir y el riesgo es algo que acompaña constantemente a esa profesión de Director Deportivo, aunque juzgarlo desde el otro lado de la barrera nos resulte muy sencillo.

El problema no viene en nuestro caso cuando un fichaje o dos no funcionan, la principal piedra en el camino del futuro de nuestro club es que cada verano tenemos que aprendernos quiénes ocuparán más de la mitad de las convocatorias. Sin olvidar que subir a Mareo para hacerte una foto con el míster quizá no tenga validez apenas pasados unos meses. Y esa es una de las claves para la sostenibilidad de un proyecto: la continuidad. Ejemplos, recientemente, tenemos muchos. Equipos como Getafe, Leganés, Eibar o Girona, que llegan a Primera bajo un proyecto con una cabeza visible, una idea estructurada y una dirección deportiva que acompaña en el camino marcado. Y ya vemos lo que le ocurrió al club catalán cuando se desmarcó de esta idea tan particular. Clubes con una situación de partida muy diferente a la nuestra, con recursos mucho menores, pero parece que estos son los equipos frente a los que “no podemos competir”.

Reconstruir este equipo será volver a tropezar con la misma piedra, pero el club necesita sentar de una vez sus bases, poner los cimientos de un proyecto que lleve al club a donde pertenece, a Primera División. Mareo es un valor, pero no es la única solución. Todo proceso debe tener sus pasos a seguir y no nos debemos precipitar con el innegable talento que llega desde la Escuela en una generación que ya ha demostrado su potencial. La estabilidad desde el banquillo, el creer en una idea, planificarla y desarrollarla es fundamental para que el Sporting recupere el aliento. Seguir apostando por incorporar 14 piezas nuevas -como esta temporada- es seguir escogiendo el sendero equivocado. El equipo necesita reestructurarse para encontrar su apuesta y su modo de juego, equilibrando el potencial de la cantera con la actuación en el mercado, pero en ese aspecto la experiencia también nos hace minimizar nuestras esperanzas. Ojalá nos equivoquemos.